Auditórium

Donde está asesorando el cínico Fouché: ¿En la MUD o en el PSUV?

“Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cual es” 

                                                 Joseph Fouché….

Escrita en 1929, esta biografía de Joseph Fouché (1759-1820) desde la Revolución Francesa hasta la caída y postrimerías del Imperio napoleónico descubre la psicología de un animal político excepcional. “Traidor nato, miserable intrigante, puro reptil, tránsfuga profesional, vil alma de corchete, deplorable inmoralista” son los calificativos que la historia guarda para este personaje. 

La compasión no es más que la impaciencia del corazón por librarse lo antes posible de la emoción molesta que cause la desgracia ajena.

 La ilusión del progreso del dialogo entre el gobierno bolivariano,  y la oposición está  quedando aplastada por una ideología monstruosa que se fortalece cultivando el odio, cuando se estimula el rencor, se  exacerba el resentimiento social.  Razón tenía Stefan Zweig cuando decía  que la cultura no es incompatible con la barbarie. Por eso traemos a colación  en este momento políticamente tan delicado que vive Venezuela al hombre que estudio a Joseph Fouché.

Zweig siempre combinaba  arte y veracidad, aplicando siempre la verdad histórica de los personajes. Nadie ha explicado mejor en forma tan descarnada, y  política la biografía de Joseph Fouché, personaje del que se asemeja en Venezuela a cierta dirigencia política, debido a los extraños diálogos entre el gobierno y la oposición.

De origen humilde, Fouché fue seminarista  durante la monarquía de Luis XVI. Revolucionario Girondino en sus inicios, Jacobino moderado en un corto trayecto, después radical.                                       

En nombre de la Convención, encabezó la represión de la segunda ciudad de Francia, que se ha oponía a la corriente revolucionaria. En una iglesia hace una  parodia durante una misa y que  revolucionaria, ordenando destrozar, y saquear todos los ornamentos antes de desatar la represión. A los presos los asesina con bombas en masa. Destruye en parte  la ciudad, y expropia  bienes con proclamas comunistas. Pero, se da cuenta que la sangre derramada empieza a arrechar a los parisinos, paraliza repentinamente las ejecuciones, y adopta una actitud mas  blandengue.  Traicionando de manera adelantada  a la derrota de los radicales, y a la caída de Robespierre. Mezcló rápidamente  insensibilidad y astucia, al paso de los años, cuando llegaron los tiempos moderados de Napoleón, el cínico de Fouché obtuvo el título de aristócrata: como Duque de Otranto.

Combinando hábilmente cinismo y lucidez, Fouché uno de los primeros ministros de policía  sobrevivió con Robespierre,  y con Napoleón. Capeo todos los temporales políticos de su época. Entregando finalmente, Francia a la monarquía restaurada. Moviendo los hilos del poder tras bastidores, sin escrúpulos, cuando acumulaba información sobre todos los políticos. Usando esta información para el chantaje y el beneficio propio, con gran astucia y sangre fría, sin  de piedad. Los favores los cancelaba con puñaladas traperas.

Fouché fue un hombre de apariencia mediocre, pequeño, muy parco,  contaba con una alta capacidad de maniobra imprescindible para sostenerse en el poder: una radical posición por todo lo que no fuera de su interés económico. Gracias a esta estrategia evadió todos aquellos años de guillotina. Fue astuto, cínico, calculador, mentiroso, extorsionador, adulador. Acabando vidas y todo tipo de creencias políticas.

Fouché demostró que el cinismo en política es imbatible, cuando se aprovecha el fervor del fanatismo ideológico. La historia de Fouché es digna de analizar en estos tiempos: demuestra porque el gobierno norteamericano con ex-altos funcionarios, gobernadores, magistrados, alcaldes hoy en fuga, y asilados en su territorio etc. Maneja tanta información sobre presuntas fortunas en dólares cuya información se deja colar a través de las redes sociales, de esta gente que hoy residen USA, cuando hasta hace 15 años atrás, eran unos pobres de solemnidad.  En los contextos políticos dominados por  el poder global, los que acaban ganando son los que se hacen los más descreídos.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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