Y, usted: ¿no quiere estudiar en Harvard?

Las puertas de Harvard están abiertas, pero no, para nosotros los pobres y, más sí somos chavistas, pero, para los de la derecha oligárquica sí para estudiar lo que ellos escojan, siempre y cuando tengan Voluntad Popular de desestabilizar y, arreciar con sus métodos fascistas al país al cual pertenecen, menos a los EEUU y, sí cumple con la función en particular de tratar de tumbar el gobierno venezolano como sea entonces, lo premiarán con una condecoración sumamente decorosa que le estirará las tripas de sus emociones neonazis hasta el fin de su vida y, si no lo cree, véase en el espejo ejemplar de Leopoldo López que está preso por su rectitud benevolente y sumisión de líder guarimbero por incentivar asesinatos y, por quemar y destruir cualquier institución y, sí es educacional mucho mejor -más arrogancia a su favor y desvelo- por la instrucción del pueblo en general, no puede ser.

Bien lo dijo, Antonio Ledezma, en un arrebato de felicidad al enterarse de tan precisa noticia que en Harvard condecorarán a Leopoldo López, lo que lo frustra como dirigente que ha marcado varios siglos en el quehacer político y, por más que él aspiró y quiso, los adecos no lo mandaron a estudiar a Harvard como debió ser, lo que le come los pelos del alma y, lo mantiene en desvelos de furia de rabia con sudores copiosos de no ser un Harvard-ad adelantado. Pero, mientras unos están contentos el caprichoso además, de molesto está arrecho sin poder tocar cacerolas a su favor y, como Leopoldo López en lo adelante será su futuro contendedor con condecoración incluida que le lleva una ventaja nada fácil de superar, aunque él siempre tendrá un futuro por delante a sus anchas y, a lo mejor la MUD lo involucrará en los actos a celebrar por tal motivo y, no entiende porqué su familia no lo envió a estudiar en Harvard que bastante dólares tenían para eso, aunque cree que fue por su desgano de su débil pereza mental que, quizás sea la resolución de esa incógnita a esa ecuación política-vivencial.

Aunque sigue manteniendo que él como Capriles no hay dos. La que si no agarra mínimo ni quiere dar el frente es, María Corina, por tener más años luz de actividad política que Leopoldo López y, especifica que ella no quiso estudiar en Harvard por odiar el inglés por tragar mucha saliva en la pronunciación de sus palabras y, no existir la letra eñe en ese idioma y, porque jamás imaginó que en esa university se iba inventar años después, nada más y nada menos, un premio consolador tan estimulante como insigne, para los latinos con obligación insurreccional como golpe suave y continuado en el guarimbeo que a ella le fascina como forma de oponerse a la dictadura comunista de Maduro, que sigue la tutela de los hermanos Castro. La noticia de la condecoración que Harvard le dará próximamente a Leopoldo López: le ha comido el corazón a más de un escuálido que suspira emocionado por tan lucrativo y expresivo acto que sólo a los gringos con paciencia sintética se le puede ocurrir en valorar las enseñanzas de ese líder que se ha especializado con ahínco en su desarrollo personal de acabar con la paz de los venezolanos y, llevarse por delante a los chavistas que son más peligrosos para el mundo que un mono con una hojilla y según algunos pareceres filtrados es posible que, María Conchita, haya sido con Ismael Cala los precursores de la alabancia del político venezolano y, que en Miami se sueña tenerlo allá como uno más de tanto apátrida refugiado.

Como acto evolutivo dejará muchos remordimientos caprichosos que encajonará a un gran número de ofuscados, nada partidarios con el premio que, alaba la destreza y la especialización en políticas públicas como lo ha llevado adelante Leopoldo y, según se precisa en la comunicación enviada por el comité de premiación a éste, el cual se explica con lógica aristotélica el porqué se determinó tan magno evento -único en su clase- y porqué la selección bien merecida por su lucha de desestabilizador continua por lo que él representó el mejor criterio de determinación -sí y sólo sí- para quedarse con el premio.

Pero los prolegómenos de la condecoración están en un mar de ideas que revisten de la inteligencia del condecorado, lo que ha conducido a solicitarle su consentimiento de qué cómo le gustaría la decoración del premio que puede ser la insignia de un miguelito o, de una bomba molotov o, de un lanza morteros o, de una china, o de un tumba rancho o, si mejor le parece el compendio de todas esas figuras bien compactadas en una sola que está en estudio con la anuencia de la MUD.

Se cree y se estima en razón de las redes que por fin el mundo se dio cuenta de lo valioso que es para Venezuela el líder de Voluntad Popular y, que desde ya, comienzan a trabajar con la inquietud a ver si le logran el premio nobel que sí se lo dieron a Obama que también estudio en Harvard ¿por qué a él no? Que mientras aquél destruye, espía y acaba con la paz mundial a cambio Leopoldo López inventó una nueva forma de hacer política sin poner en peligro su integridad física desde Ramo Verde.



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Esteban Rojas


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