Conjugar el verbo de la patria

El Ministro de Comercio, geólogo Dante Rivas, camarada nacido en El Tigre y criado margariteño por la margariteñidad de sus padres, escribe una frase llamativa en su artículo “Un derecho social” (Porlamar, Sol de Margarita, 05.05.2014, p.8, reproducido también en aporrea.org), que cito a continuación: “Por suerte estamos conjugando a la patria como un verbo, con sentido nacionalista, buscando vivir con lo nuestro, sustituyendo importaciones y generando más y mejores empleos. Es posible. Los estamos demostrando”.
El párrafo por sí sólo es portentoso en gerundizaciones: “conjugando, sustituyendo, generando y demostrando”. Hay por tanto una conjugación real en tiempo presente, pero se me antoja entrarle a esa materia un poco más a fondo y voy a empezar a conjugar a Venezuela.

Guarimbear: Proceso de perturbación que hacen los nacionalistas escuálidos para producir bochornos y arrecheras por mandato de Capriles. Guarimbeando deviene de este verbo en acción continúa. Es posible y los están demostrando.

Acaparar: Proceso de ocultamiento y almacenamiento de productos esenciales para vivir con los nuestros aunque sea pasando penas y pocas glorias, hambre y penurias mediante, con la complicidad y la corruptela —flagrante y lamentablemente— de nuestros políticos y funcionarios del proceso revolucionario socialista bolivariano ideado por nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez. Es posible y los están demostrando.

Encarecer: Mecanismo de explotación del prójimo pendejo por sobreprecio y usura ante la más cruda impunidad y a la vista de todos en los mercados públicos y calles del país, donde esté sentado un buhonero bajo una sombrilla con cara de yo no fui. Arroz, leche, mantequilla, aceite, azúcar y café se expenden a precios bien abultados junto con chupetas, bolibombas, tarjetas telefónicas y galleticas desabridas y asoleadas. Esto lo hacen los buhoneros para llenarse los bolsillos con la anuencia de nuestros políticos y funcionarios corruptos y corruptores del proceso revolucionario socialista bolivariano es posible, so pretexto de que eso es “empleo digno. Eso es posible y lo están demostrando.

Desestabilizar: Proceso incisivo e intensivo para crear condiciones de derrocamiento del Presidente de la República Nicolás Maduro o en todo caso, promover su renuncia, de manera que se vuelva loco y mande a matar un montón de gente para aplicarle las viejas fórmulas golpistas ensayadas una y mil veces en Venezuela en el pasado. Sin embargo, el pueblo noble y sabio ha sabido contener estas antipatrióticas artimañas de la oligarquía y la burguesía. Por ello, hay que curarse en salud. El gobierno tiene muchos boliburgueses y boliburguesitos con cara de yo no soy o de yo no fui, que no sólo se enriquecen sino que miran al pueblo de soslayo y eso también desestabiliza la moral y la ética que tanto pregonó nuestro Comandante Eterno para el ejercicio honesto y responsable en la administración pública. Es posible y se está demostrando en el día a día de nuestra revolución bonita. ¿Y las tres erre?

Dignificar: No puede faltar este verbo en la conjugación patriótica de nuestra revolución socialista. Este proceso representa el anverso de capitalizar o hacer capital. Los pobres no estamos haciendo plata aunque nuestros políticos y adjuntos políticos (pueden llamarse familiares, testaferros, panas, acomodados, contratistas, cuántohaypa´eso, tiramealgo o de cualquier otra manera, a la usanza emuladora de la Cuarta República). Hacen plata, por ejemplo, esos señores como los del restaurant Gran Carne en Vara de Guatire que vendía celulares de Movilnet como si fueran churrascos argentinos, además de antenas para televisión satelital y decodificadores de imagen. Es posible que Movilnet muy pronto venda churrascos criollos y no celulares. Total, son simples juegos económicos para joder a los pobres aunque uno peca de anti revolucionario porque deja entrever que hay corrupción de por medio en esa y tantas artimañas más.

En todo caso, nuestro proceso revolucionario ha dignificado dignamente a nuestra patria, conjugándola con la sustitución de ranchos por casas, pensiones para los abuelos, nuevas universidades públicas, canaimitas para las escuelas, mercales corruptos, pedevales acaparadores y revendedores corruptos (en la Mesa de Guanipa hacen posgrados en esta materia, Presidente Maduro), consejos comunales corruptos que venden el cemento a precio de gallina gorda o tococa como decimos en la isla de Margarita, entre otras modalidades y modus operandi de la dignificación patria bien conjugada.

Por cierto, aprovecho decir por este medio al Ministro de Educación Héctor Rodríguez que mi madre Cruz María Pérez trabajó 27 años de bedel en El Tigre, en la escuelita Andrés Bello del Sector La Esperanza, y aunque se jubiló hace cuatro años, en 2010, todavía no le han pagado una locha de sus prestaciones sociales. La pobre vieja —mi vieja pobre— cumplió este tres mayo pasado sus 65 años de edad. Háganlo como caridad si no pueden hacerlo como dignidad pero páguenle sus churupos, hermano.

Conjuguen la patria, ministros y den el ejemplo, y Dios y yo se los agradeceremos eternamente. Intenté entrar con ella a la sede cavernícola del Ministerio de Educación en Caracas y si yo hubiese podido quemo esa sede como expresión de una auténtica guarimbada revolucionaria por la ineptitud y desconsideración del personal que allí trabaja (la mayoría adecos y adecas enchufados o fijos desde la Cuarta República, de seguro) que no tienen consideración alguna con quienes vivimos en el interior del país.

Batallar, guapear, aguantar, soportar, luchar. Esos son otros verbos conjugadores de la patria. La lista es larga pero la patria es una. Ojalá podamos conjugar la alegría y el sentido de ánimo de Dante Rivas para alcanzar eso que él llama Cultura del Trabajo Feliz. Los buhoneros y nuestros políticos tienen trabajos felices, sin dudas.

Lamentablemente mi trabajo no es feliz. No puede serlo porque no me es suficiente para vivir como corresponde y me la paso es “buscando” (harina, arroz, leche, aceite, todo) para sobrevivir, los mismo que los sopotocientos de miles de venezolanos de a pie. Es así y se los puedo demostrar.





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José Pérez

Profesor Universitario. Investigador, poeta y narrador. Licenciado en Letras. Doctor en Filología Hispánica. Columnista de opinión y articulista de prensa desde 1983. Autor de los libros Cosmovisión del somari, Pájaro de mar por tiera, Como ojo de pez, En canto de Guanipa, Páginas de abordo, Fombona rugido de tigre, entre otros. Galardonado en 14 certámenes literarios.

 elpoetajotape@gmail.com

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