El contrabando de extracción de alimentos practicado por los “bachaqueros” en el Zulia, principalmente en Maracaibo, es una práctica inédita y muy particular; sus operarios, que representan la sólida base de un gran negocio, realizan su trabajo públicamente, no de manera clandestino como el contrabando tradicional de Whisky, cigarrillo y otros productos;ello no usan armas de fuego, ni radios sofisticados, ni teléfonos de última generación; solo hace uso de la amenaza temporal y selectiva en caso quela cajera del supermercado le reclame a alguna usuaria su presencia por cuarta vez en la facturación.

Estos operarios, que inician sus labores en las largas colas son los explotados por las mafias que dirigen los centros de acopio, en el marco y contexto de una lucha de clases, donde lo fundamental para los explotadores es la acumulación de capital, a costa del trabajo de los explotados y estos capitalista en su estrato delincuencial aprovechan el potencial de estos operarios en su mayoría indígenas para el logro de sus propósitos.

Una vez que llegan los camiones de alimentos, en pocas horas, como langostas, ante la mirada pasiva de las autoridades son vaciados los anaqueles; sus sistemas de comunicación y distribución son admirables, tan efectivos, como el sistema de distribución europeo utilizado por Industrias Polar; es posible que los nodos directivos del contrabando de extracción, que nunca aparecen en escena, les informen la llegada de los camiones con los alimentos, la mayoría de los cuales pasa por el Puente sobre el lago “General Rafael Urdaneta”, allí deben tener su primer “nodo” de información y en cosa de minutos los supermercados son rodeados por operarios bachaqueros que tienen un sistema que les garantiza que al concluir la primera compra no vuelvan al final de la cola. Antes de que me califiquen como “bachaquero”, les aclaro que solo escribo con la guía de la lógica y la observación minuciosa de un proceso perverso donde se mueven grandes capitales.

Al final de la primera línea de producción del negocio están los centros de acopio, donde el sistema de transporte, dotado de camiones Tritón, representan la fase intermedia del negocio, estamos en la segunda línea de producción; todos estos camiones son centralizados por los capos del negocio del lado venezolano, quienes tienen el enlace y comunicación con los capos del lado colombiano, que reciben la carga y la distribuyen al mayor y al detal en territorio del hermano país ; según el Presidente Santos, comentado por el camarada Presidente Maduro, ya los alimentos están llegando al Pacifico, con razón no los encontramos acá en ninguna parte.

Ahora bien, para transportar un kilogramo de Cocaína, los narcotraficantes diseñan las estrategias más inimaginables, solo producidas por los más lúcidos productores de películas de cine, que van desde las “Narco mulas” con sus clásicos dediles colocadas en las impensadas partes del cuerpo humano, hasta su colocación dentro de otros productos, en objetos de arte, instrumentos musicales, en esfinge de vírgenes y pare de contar ; pero para transportar camiones 350 y 750 repletos de alimentos, estas estrategias no funcionan; necesariamente debe haber una clara complicidad de los cuerpos militares apostados en la frontera; un camión 750 no se puede esconder en cualquier parte del cuerpo; yo me pregunto, porque si cualquier mortal sabe por dónde son las trochas, como no lo debe saber nuestra Guardia Nacional Bolivariana, por lo que, indudablemente se presume están involucrados oficiales de todos los rangos, he allí la señal de una crisis ética y moral de algunos componentes militares, que se activa cuando los funcionarios civiles, presas de la misma crisis, ya han actuado en dos primeras líneas de producción de este indeseable negocio.
Esta organización Bachaqueroindustrial es tan poderosa que se da el lujo de tomar la mismísima residencia oficial del Gobernador del Estado y tomar el Puente Sobre el Lago durante siete horas, sin que los órganos de inteligencia puedan obtener información para la preservación de esta arteria vial, afectando miles de personas y provocando cuantiosas pérdidas a la economía regional.Ahora bien, qué hacer?El Presidente Maduro anuncia el “Plan Tenaza” conjuntamente con el Gobierno Colombiano, entendí que el nombre de este plan es idea de Santos; que Dios nos agarre confesados; que la luz de este señor, no esté tan cerca que queme al Santo, ni tan lejos que no lo alumbre; ya que, según nuestra camarada Presidente el contrabando de extracción de alimentos afecta ambas economías.

Los factores claves del negocio están plenamente identificados, aunque no se tenga la señal exacta de cada uno de ellos ( base operativa, algunos civiles corruptos, Tritoneros, capos que dirigen los centros de acopio en nuestra región, Guardia Nacional en sus diversos rangos, capos de recepción y distribución en el Estado Colombiano); por lo tanto, las acciones concretas del llamado “Plan Tenaza” al interior de nuestro país es una ineludible responsabilidad del gobierno venezolano, sin confiarnos en lo que pueda o no hacer por su lado el Presidente Santos.

En nuestra percepción, la base operativa, es el factor determinante; en un alto porcentaje de la etnia Wayuu, son hombres y mujeres de carne y hueso, que viven en nuestros barrios y parroquias, que tienen sus líderes; no son fantasmas invisibles; por otra parte, se sabe con absoluta precisión quiénes son los funcionarios que deben resguardar la frontera, se conocen cuáles son las trochas y ya debemos saber quiénes son sus líderes. ¿Cómo actuar? ¿Por qué no actuar? ¿Qué manos y mentes poderosas están detrás del negocio?.Presumo que el “Plan Tenaza” debe priorizar la intervención del principal factor que es la base operativa, a la que se debe caracterizar científicamente y tenderle la mano política, social y económicamente, elevarles su nivel de conciencia a través de sus líderes naturales y aislar a los recalcitrantes.
Ellos piden que les dejen trabajar, entonces se debe formular un Programa Especial para la atención digna de sus necesidades, retomar aquellas ideas del Comandante Chávez, de tener un frontera productiva y desarrollada, en fin, una alternativa diferente al contrabando de extracción de alimentos, que convierte a gran parte de nuestros indígenas en autores materiales de traición a la patria, bajo la guía de sus explotadores, programa donde sea elevado y estimulado el desarrollado su altísimo potencial, principalmente como comerciantes u otras actividades derivadas de su caracterización.