Buhoneros y motorizados

Como lo hizo Carneiro en Vargas

La mayoría de los motorizados ignoran que en otros países ellos no pueden avanzar con sus máquinas entre dos hileras de autos. O lo que es lo mismo están obligados a calarse su cola. Y ni hablar del respeto total y absoluto a las señales de tránsito. Pero aquí no. Aquí en nuestro país hacen los que les da la gana. Y Dios libre que usted colisione con sus motos o los arrolle porque enseguida se le encima un enjambre de ellos en actitud amenazante, en una clara y mala interpretación de solidaridad.

De verdad que hay que entrarle de frente al problema de los motorizados con respecto al respeto a la Institucionalidad. Asimismo hay que combatir la profusión de delitos que cometen algunos de ellos amparados en la versatilidad de sus vehículos. Un comentario aparte merece el comportamiento que asumen en los cortejos fúnebres de algún ‘colega”. Ya por allí el alcalde de Guarenas, Rodolfo Sanz, dijo que no va a tolerar ese tipo de actitudes: trancar la ciudad, disparar al aire, etc. García Carneiro, gobernador de Vargas, hace años los metió en cintura, y recientemente, Aristóbulo Isturiz, gobernador de Anzoátegui, lanzó en decreto similar al de Carneiro.

Sin caer en exceso se puede asegurar que el desenvolvimiento de los motorizados en calles, avenidas y autopistas del país se han convertido en un problema de salud pública, y como tal debe “atacársele”.

De igual manera hay que señalar la anarquía que ha generado la buhonería. Es muy poco el espacio que esta gente deja en las aceras para el peatón y últimamente se ha convertido en un factor de perturbación de la Economía venezolana al revender de manera especulativa alimentos de la dieta básica subsidiadas por la Revolución Bolivariana de Venezuela. Sin embargo hay alcaldes de la nueva generación que ya han tomado medidas para subsanar esta anarquía. Garcés, alcalde de Guaicaipuro (Los Teques-Miranda) emitió un decreto que prohíbe a los buhoneros vender alimentos subsidiados por el Gobierno. Y Guillermo Martínez, alcalde del municipio Bolívar (Barcelona) desalojó a los buhoneros del bulevar 5 de julio y ordenó un operativo permanente de aseo y mantenimiento de tan importante espacio público.

Lo de Carneiro, Isturis, Sanz, Garcés y Guillermo nos demuestran que si hay voluntad política y de gobierno sí se puede resolver el problema de los motorizados y buhoneros. Por supuesto que hay que a los motorizados, organizarlos, y a los buhoneros, demarcarles y asignarles un nuevo lugar de trabajo tal como lo hizo Carneiro en Vargas.


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Américo Hernández


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