Ha sido reelegido el diputado Diosdado Cabello como Presidente de la Asamblea Nacional legislativa. Un acierto para el proceso popular bolivariano.
En la reciente entrevista de Fidel con Ramonet (http://www.rebelion.org/ noticia.php?id=179004), el lider de la revolución cubana resaltaba cómo uno de los legados más importantes del Presidente y eterno Comandante Hugo Chavez, era la dirigencia revolucionaria conformada a lo largo de los últimos 14 años, entre quienes se destacan Nicolas Maduro, Diosdado Cabello, Rafael Ramirez, Ali Rodriguez y otros sobresalientes lideres con cargos en el Estado y los partidos que integran el Gran Polo Patriótico.
Esa cúpula dirigente ha mostrado gran talento en el manejo de situaciones difíciles como las que se presentaron a lo largo del complejo año 2013, muy parecido a la convulsa etapa del 2002/2003, en que las condiciones económicas exacerbaron las contradicciones políticas al punto de propiciar el conocido golpe de Estado contra la naciente República Bolivariana.
2013 quedara en la historia de la nación como el de una furiosa tormenta que amenazó las conquistas populares y vio el envalentonamiento de la ultraderecha fascista dispuesta a todo con tal de recuperar los espacios perdidos por la burguesía oligopólica que pugna por el control absoluto de la renta petrolera y la riqueza de la sociedad.
Si la acción del Presidente Maduro con su ágil y firme liderazgo fue definitiva, no lo fue menos la gestión del Presidente de la Asamblea Legislativa. Cabello demostró seriedad, coherencia, rigor e iniciativa en su desempeño como máximo conductor del hemiciclo legislativo. No toleró el sabotaje y la insolencia de la ultraderecha. Supo colocarla en su sitio y sin tanta retorica. Su procedimiento fue exacto y sin devaneo alguno. La aprobación de la Ley Habilitante fue uno de los mejores momentos de la labor legislativa, vista la perspectiva de la ofensiva contra la insurrección economica maquinada por el imperialismo y sus aliados de la oligarquía interna.
La sinergia de su liderazgo concurrió en la derrota propinada a la MUD el 8 de diciembre, que la tiene en el foso de las inocuidades políticas. Francamente creo que ese cadáver no merece que se le considere más como un interlocutor de la democracia popular. Su actividad linda más bien con las conductas tipificadas en las normas penales y criminales.
Diosdado, un acierto como Presidente del poder legislativo por otro periodo más. Es que la transición al socialismo no es cosa de un día para otro, ni es tarea fácil que pueda confiarse a los eternos especuladores de cafetín, que se auto proclaman de izquierda pero que son en la práctica una inutilidad. O no, son una utilidad para la derecha que los instrumentaliza en su permanente sabotaje a la lucha por la emancipación.
La transición requiere de hombres como Cabello que no vacilan en cada paso del avance colectivo hacia la refundación de un Estado acorde con los principios y los propósitos del modelo socialista proyectado desde nuestra tradición y forma de pensar.