Habilitante: ¿Es posible la revolución en la revolución?

Toda revolución es autocritica, se corrige sobre la marcha, replantea sus caminos y se traza nuevos objetivos en su voluntad radical de transformar la vieja sociedad que se agoto como forma de organización adecuada de una nación.

El origen de la Ley Habilitante solicitada a la Asamblea Legislativa para otorgar facultades al Presidente Maduro está relacionado con graves circunstancias que afectan las condiciones de vida de la población más pobre.

Una inflación que se acercara al 58%, otra devaluación en curso, desabastecimiento, caída de los salarios, escaso desarrollo industrial, agigantamiento del rentismo petrolero, fuga descomunal de capitales, fraude con 20 mil millones de dolares transferidos a la banca privada, despojo de los patrimonios públicos por la boliburguesía, predominio de la burguesía importadora, dan forma a un cuadro muy complejo que amenaza la continuidad de la revolución democrática nacionalista desplegada desde el año 1999.

Las disposiciones que se expidan en el marco de las facultades que se otorguen al Presidente Maduro no pueden limitarse a temas menores e intrascendentes. Son urgentes medidas radicales que transformen el modelo económico y el tipo de Estado que impera de hecho, que se asemeja al viejo de la Cuarta República.

Las decisiones económicas, financieras y bancarias no pueden dejar intactos mecanismos administrativos como Cadivi, el Sitme y el Saime, convertidos en podridas alcantarillas al servicio de la burguesía importadora y comercial que protagoniza la fuga de miles de millones de dolares hacia los paraísos fiscales.

El rediseño del Estado debe dar un salto desde la retórica comunalista para concretar una intervención real de los ciudadanos en la gestión de las políticas públicas y en el control del gasto que ejecutan funcionarios venales expertos en el desvió de los presupuestos aprobados.

La democracia participativa y nuevos instrumentos de gobernabilidad ciudadana debe contar con otros soportes legales para poder erradicar el clientelismo, el servilismo y las redes caprichosas de los gamonales vestidos de rojo rojito.

En suma, hay que hacer una revolución en la revolución, sino apague y vamonos porque el terreno parece abonado para que el imperialismo y la ultraderecha se salgan con la suya, que no es otra cosa que la recuperación de los comandos centrales del Estado y el valor total de la renta petrolera que hoy festina la corrupción adornada de retorica seudo socialista.


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Horacio Duque

Politólogo e historiador.

 horacioduquegiraldo@gmail.com      @horacio_DG

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