Alquimia política

El movimiento cooperativista

El problema de la rentabilidad o no de las cooperativas, es la conciencia con que se asuma su misión y visión, en el marco de las relaciones de producción modernas. Desde el inicio de la humanidad la cooperación ha sido un principio de intercambio vital que ha desempeñado un papel relevante en la existencia de los seres vivos. Particularmente, los animales por intuición y los seres humanos por socialización siempre han necesitado a sus semejantes para enfrentar las vicisitudes impuestas por el contexto de sobrevivencia. En este sentido, la sobrevivencia evolutiva de la especie animal nos brinda muchos ejemplos de cómo agrupándose es la única posibilidad de existir frente al peligro natural existente.

En este propósito, al comienzo de la civilización, los hombres explotaban la tierra en forma colectiva, siendo los medios de trabajo y los productos obtenidos también de carácter colectivo, convirtiendo de esta manera el trabajo en un acto de cooperación, logrando así la sedentarización necesaria, que hizo posible el paso ascendente del hombre desde la prehistoria hasta el proceso civilizatorio.

Igualmente, a través del transcurrir histórico en diversos contextos de los albores de la civilización se encuentran variadas manifestaciones organizativas de tipo grupal en la que los individuos, utilizando como medio la ayuda mutua, buscaban fortalecer sus intereses comunes. La necesidad de brindar protección a sus intereses hizo posible la constitución de asociaciones, las cuales constituyeron el germen de las instituciones de solidaridad.

Es así que en Egipto, los artesanos se organizaron en una asociación para darle protección a sus actividades; Los fenicios aseguraban entre sí sus mercancías, antes del intercambio comercial desarrollándolo a través del transporte. Este tipo de asociación podemos decir que se constituyó en el inicio de la cooperación en materia de seguros cooperativos; organizaciones para la explotación de la tierra en común en Babilonia. Se conoce la existencia de los “undestabings” cooperativos cuya función era la recepción, intercambio y comercialización de productos de origen agrícola y de las sociedades de crédito, para luchar contra los préstamos especulativos.

Del mismo modo, en China se conoció la existencia de asociaciones cooperativas para el ahorro y el préstamo; Sociedades funerarias. En Roma y Atenas existieron formaciones organizativas para la cooperación, cuya función era la de ayudar a todas las personas; Los ágapes de los primeros cristianos como forma primitiva de las cooperativas de consumidores; vida agraria entre los germanos; Organizaciones agrarias y de trabajo entre los pueblos eslavos: el Mir y el Artel entre los Rusos, la Zadruga de los Serbios; Agrupaciones de los campesinos para la transformación de la leche: queserías de los armenios y de los campesinos europeos de los Alpes, del Jura y de Saboya.

En este aspecto, existieron las organizaciones para el cultivo de la tierra y el trabajo entre las civilizaciones precolombinas, principalmente entre los Incas (Ayllú) y los Aztecas (Calpulli) también la Minga y el Convite. Las reducciones de los Jesuitas en el Paraguay; Las cajas de la comunidad en la época de la colonización española en América; Las colonias con carácter religioso de los inmigrantes en América del Norte; entre otras.

En el mismo orden de ideas, las comunidades indígenas venezolanas desarrollaban su trabajo en forma colectiva. Por ejemplo, los Yanomani y los grupos indígenas asentados en el Valle de Quibor, en el Estado Lara, trabajaron la agricultura en forma colectiva. Los instrumentos de trabajo eran de propiedad comunitaria y la distribución de la cosecha equitativa. La cayapa o forma de trabajo colectivo para lograr un beneficio común, es una expresión de organización de nuestras comunidades indígenas. Estas manifestaciones constituyen las raíces del Cooperativismo Venezolano.

Es por ello, que con la evolución de las actividades desarrolladas, por las asociaciones cooperativistas antes mencionadas, se concretaron formas organizativas para la solución de problemas de carácter económico y social por parte de diversos sectores, practicando la ayuda mutua y la solidaridad, conformándose de esta manera actos pre cooperativos.En este sentido, desde la antigüedad pasando por la edad media, los grupos humanos más desposeídos motivados por la necesidad de transformar su realidad socioeconómica continuaron buscando formas organizativas que coadyuvaran a ello, esto los enfrentó a las diferentes formas de poder existentes que pretendían perpetuarse a través del trabajo y del esfuerzo de las poblaciones explotadas. Originando que las organizaciones creadas asumieran diferentes matices ideológicos y se plantearan diferentes métodos de lucha, que dentro del proceso que se denominó revolución industrial se radicalizaran las contradicciones que dieron origen a ideas sobre un régimen social ideal y una sociedad más justa o régimen social superior.

Es importante destacar, que este cuerpo histórico de eventos se ha revalorizado en el contexto sociopolítico de la Venezuela contemporánea, en donde la interpretación constitucional (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, CRBV, 1999) orienta hacia una sociedad protagónica, auto determinada, cogestionada y cooperativa; erigiendo el modelo de unidad de producción como el epicentro local para la fundación de propuestas cooperativistas que vengan a solucionar necesidades de servicio y productos en las comunidades, a precios solidarios y bajo un concepto de ganancia equilibrado, en el cual la responsabilidad social de los ciudadanos garantice la repartición equitativa de recursos.

Así mismo, se plantea, en la CRBV, que el proceso educativo además de ser democrático tiene que ser flexible; tiene que estar acorde con las necesidades reales del país, adaptarse a ellas y hacer suyos los recursos disponibles y proponer alternativas para las decisiones. En todo momento tiene que ser un proceso abierto, de participación, donde se brinde igualdad de oportunidad para todos, sin excluidos ni incluidos.

¿Cuál es el valor de la enseñanza en el tema cooperativista en el proceso educativo bolivariano? La respuesta es rescatar el sentido humano de las fuerzas de producción, con la idea de devolverle a humanidad, al hombre, la finalidad de hallarse inmerso en un mundo al cual no pidió venir, pero que estando en él no puede reducirse al simple hecho de nacer, crecer, desarrollarse, reproducirse y morir. Y hacia el plano social, reconstruir una nueva sociedad. Cabe citar las palabras de la estudiosa en temas de ética y moral ciudadana, Victoria Camps, en cuanto a que “…educar las cosas buenas y humanas de la cooperación, es acicalar el carácter, en el sentido más extenso y total del término: formar el carácter para que se cumpla un proceso de socialización imprescindible, y formando para promover un mundo más civilizado, crítico con los defectos del presente y comprometido con el proceso moral de las estructuras y actitudes sociales”.

En un aspecto concreto, la crisis que muchos llaman “integral”, puesto que afecta todas las estructuras de la sociedad (políticas, económicas, sociales, culturales, educativas), no solamente incide en lo nacional, sino que también en el mundo oriental, como el occidental, se ven amenazados por esta ausencia de valores humanos, y es por ello que hoy en día se habla de unos valores globalizados, es decir, que abarca por completo las dimensiones locales, regionales e internacionales de la sociedad en sus aspectos educativos, culturales, en busca de reorientar el sentido y armonía de la vida del hombre. El pensamiento cooperativista se erige en este andamiaje de contradicciones como una esperanza aún válida, aunque algunas voces lo tilden de improductivo, inviable, ausente de ese éxito que garantizan las empresas u organizaciones que viven de la explotación del hombre por hombre.


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Ramón Eduardo Azocar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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