Lo del dólar es una tragicomedia inventada, en la que si el dólar flota, Venezuela se hunde

Las idas y venidas, en relación a la entrega y el uso del Dólar, en la Venezuela Bolivariana, se parecerían a un clásico vodevil (Comedia ligera, con situaciones equívocas, para provocar la risa del espectador.) si no hubieran alcanzado ya, la intensidad de una tragicomedia.

Si el Estado Bolivariano, fuera el dueño y gestor de un Ente Nacional, que se ocupara de la Importación y Exportación exclusiva, de todos los productos  que la economía nacional produce y/o necesita comprar en el exterior, no habría necesidad de discutir sobre el dólar, todo estaría claro y en su lugar.

Porque en ese caso, ya no importaría que persona lo necesita, sino para que se va a usar.

Y esa diferencia es la que va, del pensamiento humanista y venezolano del Comandante Chaves, al de la codicia al servicio de sus intereses privados,  de los Mendoza y los Capriles.

Y la confusión, que aparentemente reina, en el seno de los que se ocupan de las finanzas en el Gobierno Bolivariano, es la causante de la alegría, que demuestran estos días los  diarios de la oligarquía venezolana, alrededor de las decisiones que se adoptaron o se adoptaran,  acerca del uso y disposición de los dólares.

El ministro de las Finanzas y el presidente del BCV, gozan de una extraña  simpatía y prestigio, en los principales voceros de la derecha venezolana. Me pregunto porque ??

Si existiera el Ente Nacional de Importación  y Exportación, con exclusividad del Gobierno Bolivariano,  si sumado a eso la Banca Privada solo pudiera operar en moneda nacional, no habría necesidad alguna de que los capitalistas privados manejen dólares u otras divisas   en sus transacciones.

Las divisas internacionales  para personas privadas, se reducirían a algunos pocos rubros, como por ejemplo los viajes al exterior de los pasajeros,  perfectamente controlables  y regulables.

Es imprescindible para el gobierno de un país independiente mantener el control sobre las divisas internacionales .Quitarle de las manos ese control y manejar privadamente las divisas, es el objetivo de la Banca privada  y la oligarquía venezolana, desde  que el Comandante Chávez, le devolvió al pueblo hace más de 10 años, esa posibilidad de independencia .

Es mucho más fácil entender esto, que enredarse como hasta ahora, en una maraña de decisiones, algunas tan absurdas y sin necesidad alguna, como la libre flotación del Dólar, que es el mecanismo por el cual, se producen la dependencia con la Banca Internacional del Imperio, que maneja el valor y la marcha del Mercado Internacional de Divisas a gusto y voluntad de las necesidades de los países centrales.

La relación del valor Bolívar- Dólar y la duración de esa  equivalencia en el tiempo, debe quedar en manos del Gobierno Bolivariano, pues es un  arma imprescindible para el manejo de la economía popular.

Otro absurdo,  son las subastas de dólares en el interior de Venezuela, con el objeto aparente de incitar a la codicia personal  de los necesitados de la divisa y aun cierto juego de azar.  Todo esto indica una falta de claridad ideológica, que conduce inevitablemente al descalabro  y a beneficiar a la oligarquía capitalista.

Y a soportar excesos, como por ejemplo, privilegiar un concierto de Beyonce en vivo,  que no es un ningún aporte cultural, pero que se lleva millones de dólares y no importar papel higiénico en tiempo y  cantidad suficiente, y tenerlo en el cuarto de baño,  mientras los que quieren, la ven a Beyonce por TV.

Venezuela tiene que aprovechar la suerte de que no es un país, que necesita recurrir a los préstamos, de los entes capitalistas internacionales, como el FMI, el Banco Mundial etc., para desarrollar su absolutamente imprescindible industria nacional. Ya que esto lo puede lograr en inmejorables condiciones, con acuerdos societarios,  gracias a su riqueza petrolera,  de igual a igual con países desarrollados, como China, Rusia, etc. sin la sumisión  entreguista, que exigen el Imperio Capitalista.

En consecuencia, su política financiera en relación a la divisa internacional,  debe ser  necesariamente más serena, ya que no es angustiante como lo es, para otros países subdesarrollados, pero que no tienen las reservas posibles, en su subsuelo.

Finalmente, el manejo de lo que ingresa en un país  debería ser, le guste o no a la oligarquía, o le parezca muy simple a los economistas de academia,  equivalente a la de una familia común.

Lo que ingresa, es para el uso de toda la familia y lo  que se compra, son las necesidades de toda la familia, empezando por las fundamentales,  salud, vivienda, alimentación,  educación, etc.

Y si los padres equivalentes al Estado, privilegian algún miembro de la familia sobre otros, la familia termina por pelear, vivir angustiada y finalmente deshacerse.

Es muy simple, aunque los privilegiados por conveniencia, lo quieran complicar.



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Hersh Zakheim

Lic. en organización de Empresas Industriales. Politólogo graduado en la ex URSS

 HZ.virtud@gmail.com

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