Las dos principales amenazas contra la Revolución Bolivariana

Una vez superadas las turbulencias que sufrió Venezuela en el año 2002, cuando Hugo Chávez estableció en la Fuerza Armada un conjunto de altos mandos militares comprometidos con su liderazgo y tomó control de PDVSA, comenzó una era de estabilidad política y económica para beneficio de su gobierno y buena parte de la población. Desde entonces, las amenazas contra la Revolución Bolivariana pasaron a existir principalmente en dos escenarios: el primero, una derrota electoral de gran magnitud (perder la mayoría de la Asamblea Nacional, más de la mitad de las gobernaciones o la Presidencia de la República). El segundo, una guerra contra Colombia que provocaría fractura en el Estado Mayor del chavismo ante un inminente derramamiento de sangre.

Con la misteriosa y trágica muerte de Chávez, los riesgos de cambio radical en el país han crecido, pues como se sabe en el plano electoral, la victoria de Maduro ha sido estrecha y esa situación se ha convertido en un problema de magnitud política que no tiene solución técnica (auditoría). Capriles y la alianza que lo respalda han asumido irreversiblemente la tesis del fraude electoral, así lo predican infatigablemente frente a sus seguidores en Venezuela y el exterior, de manera que ya les resulta imposible bajarse de ese autobús salvo que estén dispuestos a enfrentar el costo político de una derrota que terminaría por borrar a Capriles Radonski del mapa.

El supuesto fraude del 14-A se ha convertido en la matriz de opinión fundamental de la élite opositora y una vez agotadas las vías jurídicas nacionales, lo que sigue es una campaña internacional para deslegitimar el sistema político venezolano y causar el desgaste de Maduro. En ese guión desestabilizador, Estados Unidos juega un papel protagónico y Colombia, aliado inseparable del expansionismo gringo, empezará a brindar colaboración cada vez más frontal.

Al estudiar en detalle el tema de las relaciones colombo venezolanas, notamos que en términos tradicionales de la diplomacia, el recibimiento que el Presidente Juan Manuel Santos le ha dado en Colombia al ex candidato presidencial Capriles, equivale a que Maduro recibiera en Caracas al actual Jefe de las Farc-EP. Esta zancadilla de Santos crea un grave riesgo de retroceder a la indeseable etapa de conflicto binacional y peligro de guerra que se vivieron durante el mandato de Álvaro Uribe. Que ahora se hable de mayor acercamiento de Colombia hacia la Otan, agrava mucho más el panorama.

El plan de activar simultáneamente varios focos de caos está en marcha, el empresariado antichavista lo respalda desapareciendo alimentos vitales para los venezolanos y fomentando así un extenso descontento social. El sabotaje eléctrico continúa, así como la amenaza de nuevas trifulcas en la Asamblea Nacional. Imperialismo y sionismo dictan instrucciones de las operaciones combinadas para tumbar al gobierno, atormentando al pueblo para que reniegue del Bolivarianismo de la misma forma que una vez los nicaragüenses renunciaron al Sandinismo.

Si la grabación del ex presentador de la tv nocturna es cierta (y sus opiniones se acercan a la verdad), la dividida cúpula roja que él describe no estaría preparada para sobrevivir a la conspiración. Si la Dirección Revolucionaria (o parte de ella) se confunde y cree que lo que está en juego es acumular poder para una u otra corriente interna, no habrá unidad que salve al proyecto que Chávez soñó.

Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales UCV.

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

@Jesus_Silva_R

jesussilva2001@cantv.net



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

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