Respecto al “Audio García” Contra Mario Silva

La situación presentada por el audio perpetrado por el increíble Ismael García -Primera condición que descalifica la verdad de ese audio- nos lleva, según como se han desarrollado los acontecimientos relacionados con dicho audio, ha interpretar o descubrir un efecto depurador de muchos opinadores, quienes con velocidad de luciérnaga han ido a emitir opinión, por lo general, para hacer leña del árbol caído. Los opinadores de nuestras filas, quienes, se asqueaban de la forma “ordinaria y grosera” que usaba Mario Silva para desbaratar las matrices de opinión de la canalla, se lanzaron cual zamuros a devorar las carnes de Mario, ello es bueno, porque, Mario descansa un poco de ese basurero, y nosotros verificamos la identidad de nuestros “aliados supersensibles”.

Esto me hace recordar muchos episodios, que se han presentado o suscitado en el devenir de la revolución bolivariana. Por ejemplo, si se hacen colas en Mercal, de inmediato los “amigos” de la revolución corren a descalificar el procedimiento de Mercal, pero no se detiene a investigar cómo opera Mercal. Por ejemplo, ¿sabia usted? que Mercal despacha una cantidad fija de alimentos o sea una cuota, la cual se estima de acuerdo a la población que sirve y sus necesidades, es por ello, que si algún artículo se agota habrá que esperar a que sea restituido, hecho éste que no necesariamente deba ocurrir en el mismo día, también los alimentos que expende Mercal son subsidiados; lo que significa, que tomando en cuenta, que ese subsidio que llega hasta el 80% del precio regulado, cuando usted va a comprar un articulo que esta regulado a Bs10 Usted lo podrá adquirir con 2 Bs. En consecuencia, el ciudadano entenderá que asumiendo que este procedimiento de venta y distribución es un a especie de emergencia para atender un sector de la población que conforma el estamento más desfavorecido de la población, el gobierno venezolano omite el boato, la sofisticación y el ornato innecesario en la venta de los productos es por ello que el ciudadano que accede a la ventaja de adquirir alimento de calidad y a precios subsidiados con una relativa incomodidad que debería asumirse como una contribución con el esfuerzo del estado, y esto como todas las medidas de emergencia del gobierno venezolano, tendrán un corto periodo de vigencia, si el pueblo venezolano asume con conciencia revolucionaria el aprovechamiento de tan esplendida y necesaria oportunidad para salir de la pobreza extrema.

Por otro lado tenemos el caso de PDVAL y Los almacenes Bicentenarios que son creados para satisfacer la demanda de los sectores de la clase media baja y media y aquellos que según su progreso estén asumiendo al estatus de clase media, los alimentos, que aquí se expenden se hacen a precios regulados, para no afectar el poder adquisitivo de los ciudadanos, pero que sucede que en estos establecimientos el consumidor espera que les sea atendidos con mucho aire acondicionado, “musiquita”, y mucho boato y, porque no, delicateses que aparte de no formar parte de nuestras costumbres alimenticias, su costo es innecesariamente alto. Al ciudadano consumidor se le olvida que cuando él asiste a un supermercado privado capitalista es cautivado por sonrisas “amables” mucho frío, mucho perfume y aromas, mucho color artificial producido con luces creadas con ese fin, también es muy común a pesar de tanto aroma conseguir un fuerte olor a cloro, -será para desinfectar carnes en mal estado y poder venderlas- bien, decimos, que todas esta maravillas que se observan y se sienten en los automercados capitalistas, las paga el consumidor con la especulación que hacen con los precios de los artículos, entonces no pretendan, que en los establecimientos del gobierno venezolano, se les brinde todas estas maravillosas atenciones.

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOBERANA Y SOCIALISTA!

¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!


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William Castillo Pérez


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