(Sólo para sabios como el dueño de la Polar)

La Incomprensible Economía Venezolana

Hace unas décadas atrás hubo un fenómeno económico, que reseñado en prensa se veía como incomprensible. De acuerdo al artículo los precios de los vehículos habían bajado y extrañamente, las tasas de interés para adquisición de vehículos habían subido, de hecho el articulista daba cuenta de cómo cuando los precios de los vehículos subían las tasas de interés bajaban (todo un fenemeno diría Joselo en aquellos tiempos).

Claro lo que no decía el articulista era que los dueños de bancos y los dueños de importadoras de vehículos y dueños de los grandes concesionarios eran los mismos (pero con distinto cachimbo como dice el refrán). Esto se sabría unos años después con el lío del “especulador dador de empleo”.

También es peculiar el comportamiento del sector producción de huevos, en el que los precios suben de manera casi homogénea semana a semana, lo que es extraño toda vez que la eficiencia del capitalismo llevada al campo agrícola hizo que grandes empresas productoras de alimentos de animales, contrataran a las granjas de ponedoras, les ofrecieran jaulas, gallinas y alimento y sólo con el deber de que los granjeros les entregaren la producción de huevos, les pagaban una cantidad “x” por esta.

Esa práctica empezó desde los ochenta y ahora es absoluta, si un vendedor de huevos independiente quiere comprar huevos en las granjas de Aragua o Miranda no consigue porque los granjeros le entregan sólo a estas grandes empresas de alimento, su producción. Claro uno puede pensar, ¡bueno que monten una granja independiente de huevos!, pero extrañamente el saco de alimento para estas gallinas o para los pollos de engorde sube todas las semanas también, a precios que al sacar la cuenta hacen que los huevos que se produzcan independientemente sean de un precio casi o igual al precio de los huevos en el mercado. (Que raro: las empresas de este alimento son las mismas del trato con los granjeros).

El otro fenómeno de nuestra economía es el de la construcción. En las 3 últimas décadas del siglo XX, se hablaba de la activación del sector construcción, uno decía verdad el gobierno debe activar la construcción para que hayan más empleos y no se explicaba porque no lo hacía. En los finales de los 80 y mediados de los 90 empezó una especie de movimiento constructor de grandes urbanismos en los sectores aledaños a Caracas que de repente fueron como grandes marcas, por la referencia en que se convirtieron. Aquí la influencia de la Ley de Política Habitacional en la cual se descontaba un porcentaje a los trabajadores y a los patronos que recaudaban a través de los bancos e iban a un fondo de vivienda en el que se daba crédito al constructor, a través de los bancos, este constructor hacía un conjunto residencial y después vendía al público que podía acceder con el crédito de política habitacional de nuevo a través de los Bancos. (Una maravilla pensábamos los incautos, ¡que viva el capitalismo!).

Este fenómeno tuvo consecuencias en el sector inmobiliario tales como:

El precio de la tierra subió en municipios que eran casi potreros.
Los precios de los apartamentos subieron al punto que el crédito de política era insuficiente para el trabajador promedio y no podía adquirirlos o debía contratar adicionalmente otro crédito a tasa libre.
Los alquileres de apartamentos subieron siendo desde entonces el monto del canon de arrendamiento igual o mayor a una cuota financiera de crédito de vivienda.

Uno se pregunta pero como puede pasar esto en un mercado capitalista, pues lo que no sabíamos era que la tierra en nuestras ciudades está en la propiedad de dos o tres familias desde hace mas de 100 años (y no voy a referirme a la manera como fue adquirida) por ejemplo imagínese ser dueño de todo Guarenas pasando por Guatire y hasta Araira o ser dueño de las Tierras en Aragua desde El Consejo hasta La Victoria no por una persona sino por 5 o 6 generaciones de una familia.

¿Cómo puede haber libre competencia en los precios de la tierra así, si el negocio sería no vender para ir engordando estas propiedades familiares?

¿Y si esa misma familia es la dueña de bancos? Porque claro son las únicas con capacidad financiera para hacer un banco. ¿Y si decidieron en los años 80 que el banco abriera constructoras y además financiadoras y administradoras?

Así sería tremendo negocio vender unas tierritas (a mi constructora) urbanizarlas con este crédito (a través de mi banco) a baja tasa de interés, que viene de la retención a los trabajadores y luego venderlas (con mi administradora) y como es la única oferta de vivienda, aumentaría el precio de venta. Este precio se financiaría con dinero de ese mismo fondo de política (con el crédito de mi banco) donde quedaría una parte de los intereses. Pero como eran tan buenos estos capitalistas, abrieron un crédito adicional al de política habitacional, con cuotas balón o indexados de manera que al año se pague casi el doble de lo que correspondía.

Claro que el otro efecto fue el aumento bestial de los costos del contrato colectivo de la construcción pero como esos costos los llevan directo al precio y las ganancias los duplican o triplican no hay problema.

Cuando se unen estas pequeñas cosas uno dice ¡pero que brava, esta incomprensible economía venezolana!

Tendremos que estudiar mejor como el sabio de la Polar que da clases por tv. En la segunda parte de este artículo podremos ver algunas otras consecuencias de la forma de ver la economía por estos sabios capitalistas.



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Allans Clavijo

Abogado. Miembro del colectivo de la Radio Senderos de Antímano en Caracas. Profesor de la Misión Sucre.

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