Mirada crítica a la guerra discursiva

La próxima contienda electoral por la Presidencia de la República, nos dispara señales de alarma, dado el nivel de la confrontación discursiva, y nos urge a reflexionar sobre el discurso político.

El discurso político debe cumplir la doble función de portador de ideas y de mediación entre los dirigentes y receptores. Todo discurso es parte de un proceso de poder y, a su vez, es política toda acción que implique poder, contrapoder y resistencia…

La intención de mantener la hegemonía o de construir una nueva se refleja en el uso del discurso para ganar elecciones, producir un cambio político, disminuir la resistencia o la incertidumbre. Por lo tanto, quien persiga conservar o ganar el poder, lograr el apoyo popular, difundir o combatir ideas, inevitablemente recurre al discurso como instrumento simbólico.

Incuestionable el papel político que juegan hoy día los medios de comunicación social y más aun la suerte de contubernio perverso entre lo político y lo mediático. En teoría el papel de los medios debe ser imparcial y equilibrado y, sin embargo, la mirada de los medios es profundamente política. La política al dar a través de los medios la visión de lo público, peligrosamente hace concesiones y se pliega al enfoque y la lógica mediática.

En principio, el discurso político, ese que nos transmiten los medios, debería ser portador de la ideología, proyecto e ideas de los que gobiernan y también de aquellos que pretenden acceder al poder. Sin embargo, la actual contienda electoral parece encaminarse a una guerra de descalificaciones en desmedro de un discurso que de a conocer a la ciudadanía, ese universo electoral, la ideología de los partidos que representan los candidatos, los proyectos y proposiciones para gobernar.

Cuando los medios se convierten en el escenario privilegiado de la representación de la batalla electoral, se constituyen en instancias del debate político y de confrontación electoral. Se establecen como canales primordiales que proporcionan a la ciudadanía un sistema de interpretación política. Y finalmente, se consolidan como espacio social de expresión de los actores en la contienda, pero igualmente fungen de espacios de silencio, invisibilidad o exclusión.

Preocupa entonces el uso excesivo de la ventana mediática para comunicar, por cuanto torna a los candidatos en la contienda -Maduro y Capriles- en políticos para los medios que hacen una política para los medios.



maryclens@yahoo.com


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Maryclen Stelling


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