4-F-1992: ¿El “fracaso” necesario?

57 SEGUNDOS QUE CAMBIARON LA HISTORIA DE VENEZUELA

"Primero que nada, quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela y, este mensaje bolivariano va dirigido a los valientes soldados que se encuentran en el Regimiento de Paracaidistas de Aragua y en la Brigada de Valencia:

Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre. Ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor. Así que oigan mi palabra. Oigan al Comandante Chávez quien les lanza este mensaje para que, por favor, reflexionen y depongan las armas porque ya, en verdad, los objetivos que nos hemos trazado a nivel nacional, es imposible que los logremos. Compañeros, oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, su desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este Movimiento militar Bolivariano. Muchas gracias."

Hugo Rafael Chávez Frías
4 de febrero de 1992



¿Qué fue el 4-F-92? Algunos analistas opinan que el intento del 4F fue un fracaso. El Comandante Hugo Chávez, en algún momento, lo calificó como “una quijotada”. Luego de ver el video, leer el texto de la arenga de Chávez y revisar los eventos de ese 4 de febrero de 1992, siempre vienen a mi mente las mismas interrogantes sobre la importancia de ese evento, su significado, su trascendencia y su impacto dentro y fuera de Venezuela. Interrogantes que durante años me he formulado y que hoy quiero compartir con ustedes amigos lectores, para una reflexión:

¿Qué hubiera pasado –pensemos por unos minutos- si la rebelión del 4F hubiera tenido éxito, se hubiera logrado el poder y se hubiera depuesto al presidente Pérez?
¿Habría tenido reconocimiento y sostenibilidad en el tiempo, nacional e internacionalmente, un gobierno así nacido, con intenciones para ese momento desconocidas?
¿Cuál habría sido su destino?
¿Qué significado tuvo el “por ahora”?
¿Qué habría sucedido si Chávez, en vez de emprender la “quijotada” del 4F-92, hubiera solicitado la baja de la Fuerza Armada y se hubiera lanzado a la actividad política?

Vamos a intentar responder estas preguntas, a través de varios escenarios posibles:

PRIMER ESCENARIO: Chávez pide la baja y se va a hacer carrera política. Un perfecto desconocido para el pueblo venezolano, sin apoyo económico y con el antecedente, para la época, de venir del sector militar. Estoy seguro que habría recorrido todo el país. Nos hubiera señalado su proyecto político. La derecha habría manejado su poder económico, político y mediático para intentar aniquilarlo. Chávez se habría defendido. El gobierno de turno habría vendido PDVSA y el resto de las empresas del Estado venezolano. Los precios del petróleo habrían continuado su descenso macabro (por debajo de los siete dólares por barril). La OPEP se habría disuelto. Tal vez estuviéramos viviendo lo que está viviendo Europa en estos momentos, pero en plena guerra civil, porque nosotros, a diferencia, no nos habríamos calado esas medidas. Tal vez habría aparecido nuevamente la guerrilla. Tampoco se hubiera dado el “por ahora” y menos la posibilidad de conocer a un hombre capaz de asumir responsabilidades ante el país.

SEGUNDO ESCENARIO: Chávez logra el poder el 4-F-92. Seguro que un gobierno nacido bajo estas circunstancias, no hubiera tenido sostenibilidad en el tiempo, más aun, demostrando intereses contrarios a los del imperio. Rápidamente habría sido declarado gobierno forajido. La OEA, ONU y las demás instituciones supranacionales hubieran cercado este intento con todos los mecanismos conocidos. Habría tenido demasiados flancos débiles y más temprano que tarde habría fracasado. Y éste sí que habría sido un fracaso rotundo. Y lo peor: no hubiéramos tenido tiempo suficiente para conocer al Comandante Chávez, en su profunda dimensión de amor.

TERCER ESCENARO: lo que realmente sucedió y de todos es conocido. Le ha permitido al pueblo venezolano y al mundo, conocer al Comandante Chávez dentro de su circunstancia del “por ahora”, de hombre “cuatriboleado” para asumir responsabilidades, sus metas y logros dentro de su majestuosa dimensión amorosa hacia su pueblo, así como hombre de propuestas para un mundo mejor: UNASUR, ALBA, CELAC, ASA, PETROCARIBE, entre otras. Y aquí hay que detenerse un poco. Porque precisamente este “por ahora” resultó ser la clave que abrió el corazón del pueblo venezolano y permitió, siete años más tarde, que ese pueblo le diera la confianza y lo llevara a la silla de Miraflores.

Observando los hechos de estos últimos veintiún años en retrospectiva, delante del féretro del eterno Comandante, ¡tantos logros! obtenidos con esta Revolución bonita, estoy convencido, desde mi humilde percepción, que el intento del 4F-92, lejos de ser una quijotada y menos aún un fracaso, por el contrario, resultó ser el paso absolutamente necesario, y ello justamente por lo fallido del intento, para que en 57 segundos, se consolidara la figura del Comandante Chávez, como la alternativa política que el pueblo estaba esperando dentro de aquella Venezuela menguada de ese momento. Ese “por ahora” fue el activador que impactó el alma del pueblo venezolano y le permitió recobrar la esperanza. Sin el “por ahora” no se hubiera activado la cadena de acontecimientos que permitieron hacer realidad todos los logros que hoy posee, disfruta y defiende el pueblo venezolano: las MISIONES y las GRANDES MISIONES, entre otros, con réplicas en toda América Latina y el mundo, en estos cortos catorce años.

Cualquier Comandante militar sabe que con un puñado de soldados y sin el apoyo de un pueblo, resulta imposible conquistar el poder. Y de lograrse, imposible sería sostenerse en los tiempos actuales, con la presión de la comunidad internacional y, sobre todo, si no se cuenta con el apoyo del imperio. ¡Chávez lo sabía! Pero también sabía que dentro del escenario político venezolano no se percibía una figura que saliera a “echarle un parao” a la entrega de la Patria, que la clase política del momento hacía al poder imperial. Sabía que esa clase política estaba vendida. Nadie se atrevía.

Su inmenso amor por la Patria y su orgullo de soldado descendiente de El Libertador Simón Bolívar, héroe de Pichincha, Junín, Boyacá, Ayacucho, Carabobo, le indicaron que algo debía hacer, que tenía que irrumpir, que no podía ser cómplice silencioso del desangramiento del país. No podía esperar a que se siguieran produciendo más “Caracazos”. Era necesario que el pueblo venezolano supiera que dentro de las Fuerzas Armadas había un puñado de hombres y mujeres dispuestos a salvar la Patria mancillada y ensangrentada. Por eso Chávez se lanza, cual moderno Quijote, ese 4F, a una batalla suicida, con poquísimas esperanzas de éxito y, por si fuera poco, con todas las posibilidades de terminar inmolado.

Ese día, hace veintiún años, Chávez logra nada más y nada menos que la visibilización y posicionamiento socio-político de su inédito liderazgo militar, dispuesto a defender y hacer respetar la Patria.

Pero además, como cosa de Dios, las circunstancias de aquel momento le brindaron la oportunidad de enseñar por televisión su rostro al pueblo, durante esa cortísima arenga de 178 palabras y 57 segundos, suficientes para ganarse el corazón de los venezolanos, del que nunca jamás saldría.

Buscando en los anales de la historia, otros discursos de alto impacto para los pueblos, entre grandes líderes como Julio César, Lincoln, Napoleón, Churchill, Gandhi, Mao, Lenin, Tito y otros, hay uno que surge con gran intensidad. Aquél que podemos sintetizar en aquella histórica pregunta “¿y es que trescientos años de calma no bastan?”, pronunciado desde la Sociedad Patriótica de Caracas, un 3 de julio de 1811, por el joven Simón José Antonio de la Trinidad Bolívar y Palacios, exigiendo al Congreso Constituyente, la independencia de Venezuela.

¡Qué coincidencia! Los dos venezolanos, jóvenes, y ambos con una Patria colonizada y al servicio de dos imperios: el imperio español para Bolívar y el imperio yanqui para Chávez.

Lo que resulta impactante es que siendo un perfecto desconocido, una cortísima aparición de 57 segundos en TV, haya sido suficiente para darle, siete años más tarde, la presidencia de la república. Por supuesto que esta aparición en TV, no estaba en los planes de Chávez. No podía estarlo.

Jamás pasó por la mente, de quien dio la orden para que al Teniente Coronel Chávez, una vez hecho prisionero, se le permitiera hablar por televisión, la idea de que justamente serían esos 57 segundos de TV, los que catapultarían al Comandante y lo posicionarían como el líder político más importante y controversial de principios del siglo XXI, en todo el planeta tierra.

Este “por ahora” abrió el camino que legitimó al Comandante Chávez en el poder, ante el pueblo venezolano y ante el mundo.

Un “por ahora” lleno de esperanza, que se volvió un “Chávez por siempre” para el pueblo venezolano.

Definitivamente esos 57 segundos dividieron la historia moderna de Venezuela en dos: antes y después de Chávez.

Jorgetejera2010@gmail.com

23-03-2013


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Jorge Tejera

Trabaja en ALCALDÍA GIRARDOT-ARAGUA Estudió en UNIVERSIDAD DE AIX-MARSEILLE-III, FRANCIA Vive en Maracay, estado Aragua

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