Pase lo que pase, la figura de Hugo Rafael Chávez Frías ha entrado para siempre en la historia de Venezuela. Los héroes no nacen de la casualidad ni la improvisación, sino de actos extraordinarios que modifican el rumbo de la sociedad. Cuando Chávez se alzó con sus militares bolivarianos en 1992, le dio a nuestro país la posibilidad de la libertad y la dignidad frente a gobiernos corruptos y hambreadores que habían entregado la Patria de Bolívar al Imperialismo Yanqui.
Más de 20 años han pasado de aquel momento trascendental de la vida nacional, desde entonces Chávez nunca ha abandonado su compromiso con la justicia y la inclusión social; sin descanso ha trabajado por construir una sociedad socialista, que no es otra cosa que un país con igualdad para todas las personas.
El sacrificio y nivel de responsabilidad del Presidente Chávez, de manera imprevisible consumió su salud porque las tareas sin descanso ni reposo al frente de la república le causaron fatiga. Como en el año 2002, cuando fue secuestrado y casi fusilado, hoy Chávez lucha heroicamente por su vida contra la infame enfermedad del Cáncer. Él y solo él, tiene la autoridad moral para decidir cuál será el siguiente paso ahora que ha retornado a Venezuela para seguir su tratamiento médico luego de la compleja cirugía a la que fue sometido.
La principal virtud del Comandante, es que sabrá poner primero el interés nacional antes que cualquier otro factor. Ya lo demostró antes de abordar el avión que lo llevó a Cuba para su operación; en ese momento (diciembre 2012) fue capaz de plantearle a Venezuela un escenario hipotético en caso de que él mismo falleciera o simplemente no pudiera continuar en ejercicio de su cargo por este motivo sobrevenido de su enfermedad.
El retorno de Chávez a Venezuela pone fin al tema jurídico constitucional, por ahora, pues ya no puede hablarse de falta temporal del Presidente y mucho menos absoluta. Aunque la problemática política no desaparecerá, pues el oposicionismo seguirá especulando con la salud del Comandante y no renunciará, mientras pueda, a promover la matriz mediática sobre la pronta muerte de Chávez.
Todo enfermo tiene dos escenarios posibles: Mejorarse o empeorarse. Chávez lo sabe y lo asume políticamente. No le regalará ventajas ni tiempo a los enemigos del socialismo que diariamente conspiran contra la democracia bolivariana. Sus más cercanos colaboradores (altos funcionarios del Estado) deben tener muy en cuenta que la unidad revolucionaria es requisito indispensable para la supervivencia del proceso socialista venezolano y su profundización. Simplemente, o nos unimos o desaparecemos. La unión cívico militar es la clave. Ninguna agenda personal, ni afán de mando puede anteponerse a la dirección colectiva que requiere esta nueva etapa del chavismo.
Chávez dijo lo que había que hacer en el peor de los escenarios (9 de diciembre de 2012). Podrá pronunciarse nuevamente y recordarle a los hijos de la Patria que la Revolución Bolivariana es una obra que trasciende a su persona, que ella depende de cada hombre y mujer patriota que la defienda, con organización, unidad, dirección política y coraje frente a la adversidad.
Poco importa si la prensa fascista hace correr el rumor de que el Presidente ha retornado simplemente para morir en su país natal. Lo fundamental es ante la historia es que Chávez ha cumplido su misión social, ha libertado a la Patria del bipartidismo burgués y de los gobiernos que fueron sirvientes de EEUU, nuestro comandante merece que sigamos su extraordinaria obra de independencia y soberanía.
Los pueblos del mundo le agradecen a Chávez por convertir a Venezuela en ejemplo de una sociedad con menos desigualdades en tiempo donde el neoliberalismo, el imperialismo y sus guerras continúan golpeando a la humanidad.
Gracias Chávez, tu esfuerzo no se perderá. Todos somos Chávez.
Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales UCV.
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