La candidatura de la patria y la burocracia chavista

El haber llegado al poder sin una estructura partidista sólidamente establecida, especialmente en lo teórico y en lo atinente a los intereses de clase, le ha impuesto a la Revolución Bolivariana el karma existencial de tener que depender para la administración del Estado de un grupo social(mal llamado clase media) que si bien depende de un salario para su supervivencia, sus ejecutoria desde todas las instancias del gobierno están firmemente ligadas a los intereses momentáneos y estratégicos del capital. Es precisamente esta actitud lo que a través de la historia del capitalismo ha convertido a la burocracia, en una de los grandes defensores del capital y ha permitido la viabilidad histórica del mismo, a pesar de las grandes contradicciones que èste genera en su seno. Para esta categoría social su horizonte socioeconómico apunta a convertirse en pequeños propietarios, o sea, a ser dueños de medios de producción.

En el caso venezolano, a partir de la irrupción del petróleo, el Estado se fue desligando de la sociedad agraria que lo acunó y luego alcanzó una gran autonomía con respecto a los intereses de las clases dominantes cuando se encargó de redistribuir la renta petrolera que copiosamente llovió sobre el país. Este Estado ha sido un útero de clases sociales en todo el espectro social; el gasto público no solamente ha alimentado a un gran número de trabajadores profesionalizados en la universidad oficial, sino que también, ha sido la palanca para crear asalariados y eso que han denominado la burguesía emergente. Por consiguiente, la burocracia de un Estado rentista-petrolero adquiere un poder social y político de magnitudes desconocidas en el mundo del capitalismo clásico. Dispensar internamente la renta petrolera es una arma poderosa en manos de la burocracia. Con el advenimiento del credo neoliberal, este sector social vio comprometida su existencia, pues, el achicamiento de la renta que propuso la Apertura Petrolera, conspiraba fundamentalmente contra los sectores asalariados, la burocracia entre ellos. En consecuencia, además de los sectores oprimidos, la burocracia puntofijista también andaba en búsqueda de un mesías que la pusiera a salvo del huracán neoliberal. La aparición del Comandante Chávez en la escena política nacional vino a tranquilizar las penas de los burócratas cuartorrepublicanos, pero al mismo tiempo el apoyo de éstos a la Revolución Bolivariana decretó un inmenso lastre ideopolìtico sobre la misma, que viene comprometiendo seriamente el destino de este proceso. Con el triunfo del Comandante Chávez la burocracia puntofijista en su gran mayoría va a seguir al frente de las instituciones estatales, ahora disfrazada con boina y franela rojas y, lo más dramático, es que pasó a controlar la dirección política del gobierno bolivariano. En ese empeño, los antiguos funcionarios adeco-copeyanos encontraron un aliado de última hora: aquellos personajes venidos de la izquierda formados bajo la tutela de la Tercera Internacional, el PCUS y del Castrismo. Estos personajes convencidos de que la clase obrera y el Estado deben ser dirigidos por una vanguardia lúcida, han hecho causa común con la burocracia de la democracia representativa. Para ambos sectores, los trabajadores deben estar al margen del ejercicio del Poder y defienden a ultranza el Estado heredado, o sea, el Estado Liberal. En síntesis el funcionariado chavista presenta el siguiente perfil:

1.-Es un grupo social que sin poseer medios de producción y dependiendo de un generoso salario ha devenido en una quinta columna con un enorme poder político dentro del Estado, pues tiene el control de la distribución del la renta petrolera.

2.-Su conciencia social no traspasa los límites de la acumulación de capital. Son funcionarios apagados férreamente a la economía política burguesa.

3.-Su concepción del socialismo oscila entre el estado de bienestar y cierta nostalgia por el modo de producción soviético.

4.-No tienen ningún escrúpulo a la hora de exhibir su novorriquismo con bienes materiales que están años luz de los que consumen las clases trabajadoras.

5.-Estan alerta para destruir cualquier atisbo de una economía política del trabajo que se esté gestando en el seno de la actual sociedad venezolana.

6.-Son tanto o más eficaces que los puntofijistas para cerrarles el paso en las instituciones del Estado a todos los militantes revolucionarios, por más capaces que éstos sean. Hoy existen miles de venezolanos/as de gran formación y comprometidos con las clases trabajaderas que están esperando que la Revolución los llame a trabajar por la instauración del socialismo.

7.- No toleran la más mínima crítica de su gestión, por lo tanto, son enemigos acérrimos de la liberad de expresión, sobre todo si ésta es ejercida desde los intereses de las clases trabajadoras. Este funcionariado chantajea la libertad de crítica al expresar que todo ataque a su gestión es un ataque a la revolución y el Comandante Chávez.

8.-En su gestión, los intereses populares pasan a un segundo plano, pues lo que le interesa son sus negociados con la otra personificación del capital. Los problemas en los servicios públicos tienen aquí gran parte de su explicación.

9.-Desde hace rato viene proponiendo en voz baja la tesis del chavismo sin Chávez, pues las ideas socialistas del Comandante, de concretarse, decretarían la muerte política inexorable de este funcionariado.

10.-Para nada están interesados en una victoria contundente del Comandante en las elecciones del 7-O, ya que de ser así, su poder para imponérsele políticamente a nuestro máximo líder se vería seriamente disminuido, por consiguiente, serían convertidos en material político de desecho. Por ello, han venido haciendo una gestión favorable a sus intereses, pero al mismo tiempo estratégicamente mata-votos.

En atención a lo expuesto, consideramos que la Candidatura de la Patria arrastra un peso muerto, que nuestro líder debe manejar con tino, pues, este pueblo en estos trece años de revolución, ha aprendido muchísimo y sabe deslindar muy bien la figura del Comandante de la de los oportunistas que quieren hundir este hermosos proceso histórico. Chávez debe entender que las masas humildes venezolanas no le van a dar otra oportunidad para implantar la economía política del trabajo. Por consiguiente, el Candidato de la Patria no puede equivocarse levantándoles el brazo a funcionarios corruptos y comprometidos con los intereses estratégicos de la burguesía. Este es el verdadero sentido de Batalla de Carabobo que tiene acto electoral del 7-O.

trompizvalles@hotmail.com


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Humberto Trompiz Vallés

Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.

 htrompizvalles@gmail.com      @trompizpetroleo

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