Homenaje al Libertador Simón Bolívar

Hoy, 24 de julio de 2012 se cumplen 229 años de haber nacido nuestro Libertador Simón Bolívar Palacios, miembro de una familia de la aristocracia venezolana. Fueron sus padres doña María de la Concepción Palacios y Blanco y don Juan Vicente Bolívar y Ponte. Fue su maestro Simón Rodríguez.  Pero para conocer quién fue nuestro Libertador decía mí amigo y colega economista Ignacio Silva Sucre, sobrino tataranieto del Gran Mariscal de Ayacucho,  

“Hay tres documentos que deben ser conocidos por todo aquel que quiera saber el ideal de Simón Bolívar, la carta de Jamaica, el Discurso de Angostura y Mi Delirio Sobre el Chimborazo”

                                                    Ignacio Silva Sucre

                                                        (Conferencia  sobre Simón Bolívar en la Casa Sucre de Caracas – 1996)

Por su lado, el historiador londinense John Lynch, nos dice, [1] 

  Bolívar fue un hombre sumamente complejo, un libertador que desdeñaba el liberalismo,

un soldado que menospreciaba el militarismo, un republicano que admiraba la monarquía. Estudiar a Bolívar es estudiar a un personaje extraño y muy particular, cuyo pensamiento y voluntad fueron factores no menos clave en el cambio histórico que las fuerzas sociales de la época. Consciente de su valía, protegió su reputación  expresando sus ideas en un torrente de  palabras cuya elocuencia y convicción  todavía producen asombro y admiración en sus lectores.”  

Comencemos, este escrito en el orden que nos indicó Silva Sucre,

LA CARTA DE JAMAICA [2]

Es la contestación que le hizo el Libertador a un caballero de la isla, veamos fragmentos de ella,

       “Tres siglos ha dice V., que empezaron la barbaridades que los españoles cometieron en el grande hemisferio de Colón” Barbaridades que la presente edad ha rechazado como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad humana; y jamás serían creídas por lo críticos modernos, si, contantes y repetidos documentos, no testificase estas infaustas verdades.

  …denuncio ante su gobierno y contemporáneos los actos más horrorosos de un frenesí sanguinario.

      ¡Con cuánta emoción de gratitud leo el pasaje de la carta de Vd. en que me dice: “que espera que lo sucesos que siguieron entonces a las armas españolas, acompañen ahora a las de sus contrarios, los muy oprimidos americanos meridionales”!  Yo tomo esta esperanza por una predicción, si la justicia decide la contienda de los hombres. El suceso coronará nuestros esfuerzos porque el destino de la América se ha fijado irrevocablemente; el lazo que la unía a la España está cortado, la opinión era toda su fuerza; por ella se estrechaban mutuamente las partes de aquella inmensa monarquía; lo que antes la enlazaba, ya lo divide; más grande es el odio que nos ha inspirado la Península, que el mar que nos separa de ella, menos difícil es unir los dos continentes, que reconciliar los espíritus de ambos países…El velo se ha rasgado, ya hemos visto la luz, y no se quiere volverá a las tinieblas; se han rota las cadenas; ya hemos sido libres, y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos. Por tanto, la América combate con despecho; y rara vez la desesperación nos ha arrastrado tras si la victoria

      Porque los sucesos hayan sido parciales y alternados, no debemos desconfiar de la fortuna. En unas partes triunfan los independientes mientras que los tiranos en lugares diferentes obtienen sus ventajas, y ¿cuál es el resultado final? ¿No está el Nuevo Mundo entero, conmovido y armado para su defensa? Echemos una ojeada y observemos una lucha simultánea en la inmensa extensión de hemisferio.

 El belicoso estado de las Provincias del Río La Plata ha purgado su territorio y conducido sus armas venceremos al Alto Perú, conmoviendo a Arequipa e inquietando a los realistas de Lima. Cerca de un millón de habitantes disfruta  su libertad.

    El reino de Chile, poblado de 800.000 almas, está lidiando contra sus enemigos que pretenden dominarlos; pero ene vano, porque los que antes pusieron un término a sus conquistas, los indómitos y libres araucanos, son sus vecinos y compatriotas; y su ejemplo sublime es suficiente para probarles, que el pueblo ama su independencia por fin la logra.

   El virreinato del Perú, cuya población de asciende a millón y medio de habitantes, es sin duda el más sumiso y  que más sacrificios sele han arrancado para la causa del Rey; y bien que sean vanas las relaciones concernientes a aquella porción de América, es indudable que ni está tranquila, ni es capaz de oponerse al torrente que amenaza a las más  de sus provincias.

  La Nueva Granada que es, por decirlo así, el corazón de la América, obedece a un gobierno general, exceptuando el reino de Quito, que con la mayor dificultad contienen sus enemigos por ser fuertemente adicto a la causa de su patria, y la provincias de Panamá y Santa Marta que sufren, no sin dolor, tiranía de sus señores. Dos millones y medio de habitantes están esparcidos en aquel territorio, que actualmente defienden contra el ejército español bajo el general Morillo, que es verosímil sucumba delante de la inexpugnable la plaza de Cartagena. Mas si la tomare será a costa de grandes pérdidas, y desde luego carecerá de fuerzas bastantes para subyugar a los morigerados y bravos moradores del interior.

  En cuanto a la heroica y desdichada Venezuela, sus acontecimientos han sido tan rápidos, y su desvastaciones tales, que casi  la han reducido a una absoluta indigencia y a una soledad espantosa; no obstante que era uno de los más bellos países de cuantos hacían el orgullo de la América. Sus tiranos gobiernan  un desierto; y sólo oprimen a tristes restos que, escapados de la muerte, alimentan una precaria existencia: algunas mujeres, niños y ancianos son los que quedan. Los más de los hombres han perecido por no ser esclavos, y los que viven combaten con furor en los campos y en los pueblos internos, hasta expirar o arrojar al mar  a los que, insaciables de sangre y de crímenes, rivalizan con los primeros monstruos que hicieron desaparecer de la América a su raza primitiva. Cerca de un millón de habitantes se contaba en Venezuela; y, sin exageración, se puede asegurar que una curta parte ha sido sacrificada por la tierra, la espada, el hambre, la peste”.

Esta era la situación que se vivía en América de Sur, Bolívar le describió con propiedad en su Carta de Jamaica, fechada el 6 de septiembre de 1815 en Kingston.  A pesar de las dificultades que atravesaban los países que él libertaría después con al ayuda de los generales a su mando, se mostraba muy optimista y seguro de que la América sería libre de los españoles. Unos párrafos más adelante Simón Bolívar escribió:

 “La felonía con que Bonaparte, dice Vd. prendió a Carlos IV y a Fernando VII, reyes de esta nación, que tres siglos ha aprisionó con traición a dos monarcas de la América meridional, es un acto muy manifiesto de la retribución divina, y al mismo tiempo una prueba de que Dios sostiene la justa causa de lo americanos y les concederá su independencia”.

 

  Bolívar confiaba en Dios para lograr la independencia de América.

  Sigamos con la carta de Jamaica,

 “La posición de los moradores del hemisferio americano ha sido por siglos puramente pasiva: su existencia política era nula. Nosotros estábamos en un grado todavía más abajo de la servidumbre, y por lo mismo con más dificultad para elevarnos al goce de la libertad. Permítame Vd. estas consideraciones para establecer la cuestión. Los estados son esclavos por la naturaleza de su constitución o por el abuso de ella. Luego un pueblo es esclavo cuando el gobierno por su esencia o por sus vicios, huella usurpa los derechos del ciudadano o súbdito”.

Aquí cabe recordar lo que sucedió en Honduras con Selaya y lo que acaba de pasar en Paraguay con al destitución de su presidente Lugo, teniendo también presente lo sucedido en Chile con Allende y los múltiples golpes de estado en muchos países de América Latina. Nuestro Libertador era un gran analista, sabía exactamente lo que estaba sucediendo en nuestros países y visionario, veía también lo que podía suceder.

Continuemos, Bolívar, hizo un análisis de todo lo que estaba pasando en todos los países que estaban sometidos al yugo español desde los de Norte América hasta la Patagonia, de México, escribió,

 “Los sucesos de Méjico han sido demasiados varios, complicados, rápidos y desgraciados, para que se pueda seguir en el curso su revolución. Carecemos además de documentos bastante instructivos, que nos hagan capaces de de juzgarlos”. 

Más luego escribió en su famosa carta de Jamaica:

  “Es más difícil, dice Mantesquieu, sacar  un pueblo de la servidumbre que subyugar uno libre”. E indicó, “Esta verdad está comprobada por los anales de todos los tiempos, que nos muestran, las más de las naciones libres sometidas la yugo, y muy pocas de las esclavas recobrar su libertad”.

¿Cuantas naciones libres del planeta Tierra no están sometidas al imperialismo yanqui?

 “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria. Aunque aspiro a la perfección del gobierno de mi patria, no puedo persuadirme que el Nuevo Mundo sea por el  momento  regido por una gran república; como es imposible, no me atrevo a desearlo, y menos deseo una monarquía universal de América, porque este proyecto sin ser útil, es también imposible. Los abusos que actualmente existen no se reformarían y nuestra regeneración sería infructuosa.

“M. de Prad ha dividido sabiamente a la América en quince a diez y siete estados independientes entre si, gobernados por otros tantos monarcas. Estoy de acuerdo en cuanto a lo primero, pues la América comporta la creación de diez y siete naciones; en cuanto a lo segundo, aunque es más fácil conseguirlo, es menos útil, y así no soy de la opinión de las monarquías americanas. He aquí mis razones: el interés bien entendido  de una república se circunscribe en la esfera de su conservación, prosperidad y gloria. No ejerciendo la libertad imperio, porque es precisamente lo opuesto…

 “Los estados del istmo de Panamá hasta Guatemala formarán quizá una asociación. Esta magnifica posición entre los dos grandes mares, podrá ser con el tiempo el emporio del universo sus canales acortaran las distancias del mundo, estrecharan los lazos comerciales de Europa, América y Asia; traerán a tan feliz región los tributos de las cuatro partes del globo. ¡Acaso sólo allí podrá fijarse algún día la capital de la tierra como pretendió Constantino que fuese Bizancio la del antiguo hemisferio!”

¡Qué visón tuvo nuestro Libertador!

  En Panamá se construyó el canal que unió al Pacifico con el Atlántico y a las naciones de su continente. Ello no sólo ha contribuido enormemente a las relaciones comerciales entre países americanos sino con los países de Asia y Ocenía,  pero la unión política y económica de las naciones americanas ha sido objeto de destrucción por parte del imperio norteamericano, presidentes han sido derrocados y hasta asesinados durante sus mandatos por el simple hecho de ser socialista y partidarios de la unión de países socialistas de la América.  

  La Gran Colombia

  “La Nueva Granada se unirá con Venezuela. Si llegan a convertirse en formar una república central, cuya capital sea Maracaibo, o una nueva ciudad que con el nombre de Las Casas, en honor a este héroe de la filantropía, se funde entre los confines de ambos países, en el soberbio puerto de Bahía –honda. Esta posición aunque desconocida es más ventajosa por todos respectos. Su acceso es fácil y su situación es tan fuerte, que puede hacerse inexpugnable. Posee un clima puro y saludable, un territorio tan propio para la agricultura como para la cría de ganado, y una grande abundancia de maderas de construcción. Los salvajes que la habitan serían civilizados y nuestras posesiones se aumentarían con la adquisición de la Goagira. Esta nación se llamaría Colombia como un tributo de justicia y gratitud al creador de nuestro hemisferio. Su gobierno podría imitar al inglés; con la diferencia de que en lugar de un rey, habrá un poder ejecutivo electivo, cuando más vitalicio, y jamás hereditario, si se quiere república; una cámara o senado legislativo hereditario, que en las tempestades políticas se interponga entre las olas populares y los rayos del gobierno, y un cuerpo legislativo de libre elección, sin otras restricciones que las de la cámara baja de Inglaterra. Esta constitución participaría de todas formas, y yo deseo que no participe de todos los vicios. Como ésta es mi patria tengo un derecho incontestable para desearle lo que en mi opinión es mejor. Es muy posible que la Nueva Granada no convenga en el reconocimiento de un gobierno central, porque es en extremo adicta a la federación; y entonces formará, por si sola un estado un estado que, si subsiste, podrá ser muy dichoso por sus grandes recursos de todo genero.

 El Libertador pasó después a analizar las situaciones de Chile, el Perú y Méjico. Escribiendo,

“Chile puede ser libre

.

  El Perú, por lo contrario, encierra dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal: oro y esclavos. El primero corrompe todo: el segundo está corrompido por si mismo. El alma de un siervo rara vez alcanza apreciar la sana libertad: se enfurece en los tumultos o se humilla en las cadenas.

Líneas más abajo en su Carta de Jamaica expresó,

“ …en Lima no toleran los ricos la democracia, ni los esclavos y pardos libertos la aristocracia: los primeros preferirían la tiranía de uno solo, por no padecer las persecuciones tumultuarias y por establecer un orden siquiera pacifico. Mucho hará si se consigue recobrar su independencia.

 Y la recobró con el triunfo del general Antonio José de Sucre en Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, que nos sólo liberó de los españoles al Perú sino a toda la América del Sur.

 Para concluir con la Carta de Jamaica de Simón Bolívar incluiré aquí dos párrafos famosos de esta carta:

 ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso d los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar de discutir sobre altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra generación.

 El congreso de Panamá se efectuó con pocos resultados positivos, hoy nuestro presidente Hugo Rafael Chávez Frías, conjuntamente con los presidentes de varias naciones de América entre los que se encuentran Lula da Silva del Brasil, Cristina Fernández de Kichner de Argentina, Rafael Correa de Ecuador, Evo Morales de Brasil, José Mújica de Uruguay, Daniel Ortega de Nicaragua y los comandantes cubanos Fidel y Raúl Castro los cuales han conformado con sus países una unidad de naciones que asoma a ser muy poderosa y a cristalizar el sueño de Bolívar.

Y el último de estos párrafos es el siguiente:

 “Felizmente los directores de la independencia de México se han aprovechado del fanatismo con el mejor acierto, proclamando a la famosa virgen de Guadalupe por reina de los patriotas; invocándola en todas las casos arduos y llevándola en sus banderas. Con esto el entusiasmo político ha formado una mezcla con religión, que ha producido un fervor vehemente por la sagrada causa de la libertad. La veneración de esta imagen en Méjico es superior a la más exaltada que pudiera inspirar el más diestro profeta.” 

 

El profesor de historia John Lynch con referencia a la Carta de Jamaica de Bolívar, escribió en su biografía de Bolívar,

“La Carta de Jamaica es más importante como reflejo de las ideas de Bolívar y como fuente en el cual indagar lo que motiva sus acciones como un llamamiento al pueblo americano, pues fue un llamamiento que en 1815 el pueblo no oyó. El texto se publicó en 1818, y  primera versión conocida en español vio luz en 1833. No obstante, el Libertador aprovechó el contenido de la Carta, en ocasiones palabra por palabra, en muchas otras declaraciones públicas a lo largo de años posteriores, de forma que convirtió en moneda corriente del ideario político de la revolución hispanoamericana.”[3]

Veamos ahora la

VIGENCIA DEL DISCURSO DE  SIMÓN BOLÍVAR EN ANGOSTURA

15 DE FEBERO DE 1819 

Antecedentes del Discurso de Angosturas:

En 1819 “Bolívar estaba listo para  enfrentarse al mundo o, por lo menos a España y la Santa Alianza” conformada por Austria Prusia, Rusia e Inglaterra, quienes se otorgaban el derecho de  atacar a cualquier país que consideraban que estaba entorpeciendo la paz con movimientos liberales y revolucionarios.

¿Acaso Colombia no bombardeó a un campamento de la FARC en el Ecuador con este  argumento, y los Estados Unidos de Norte América no han invadido a Afganistan e Irak con el mismo cuento? 

Venezuela en 1819 gozaba de una paz temporal, la lucha de clases había sido contenida con el fusilamiento del general Manuel Piar el 16 de octubre de 1817. Mariño, por su lado, le fingió obediencia a Simón Bolívar porque quería que éste le suministrara armas  que tenía, en el gran parque almacenado en Angostura, para luchar contra Morillo. Bolívar lo nombró Comandante General de Ejercito de las provincias orientales y le comunicó su próxima marcha a hacia Cumaná.[4] A José Antonio Páez, quién estaba en San Juan de Payara, lo ascendió a General de División y lo nombró Jefe del Ejército.[5] No obstante, el Libertador contaba con nobles oficiales, entre ellos Antonio José de  Sucre, el más hábil estratega de la guerra, aún cuando no lo conocía personalmente, lo que sucedió después de la batalla de Boyacá cuando ambos navegaban por el Orinoco.

El Centro Norte de Venezuela estaba ocupado por los españoles,  inclusive la capital de la República. Bolívar, al advertir que la  guerra en Venezuela había llegado a un punto muerto  ponderaba una nueva estrategia a seguir, se preparó para nuevas acciones y se alistó para las acciones que tenía por delante con una nueva declaración de principios”[6]

ASPECTOS DEL DISCURSO DE ANGOSTURA

Antes de entrar en el discurso pronunciado por El Libertador, hay que hacer notar que la Colombia conformada por Venezuela, la Nueva Granada (Colombia y Panamá actual) y Ecuador fue ideada en ese Congreso de Angostura

Veamos ahora los puntos resaltantes de ese discurso que tuvo lugar en el Palacio de Gobierno de Angostura, hoy Ciudad Bolívar, el 15 de febrero de 1819. Ese día se reunieron en dicha ciudad, 26 delegados, representantes de Barcelona, Caracas,  Casanare, Cumaná, Barinas, Guayana y Margarita. Bolívar llegó acompañado de los oficiales de su Estado Mayor entre ellos Rafael Urdaneta y Tómas Montilla, además, también lo acompañaron ilustres persona como lo eran Francisco Antonio Zea, Juan Germán Rocíos y Fernando Peñalver.

 Los delegados tenían como función elaborar una Constitución. “

Indalecio Lieviano en su libro “Bolívar” nos dice “Clases dirigentes débiles,  económica y políticamente; masas turbulentas de mestizos, indios, negros, y “pardos”, que odiaban a los blancos y ambicionaban sus propiedades y privilegios tradicionales; profundas diferencias entre la psicología del habitante del llano y el de la altiplanicie, y la falta de la riqueza económica necesaria para buscar en el reparto más adecuado de ella, el aplazamiento de la guerra de clases y colores que parecía destinada a consumir en corto tiempo la  gran oportunidad en América grandes Estados nacionales, tales eran las circunstancias que reducían a las comunidades americanas a situación semejante a la del mundo occidental en los tiempos de la decadencia del Imperio Romano.” [7]  “Al desprenderse la América de la Monarquía, española – escribía Bolívar – se ha encontrado semejante al Imperio Romano, cuando aquella enorme masa cayó dispersa en medio del antiguo mundo. Cada desmembración  formó entonces una nación independiente conforme a su situación o sus intereses; pero con la diferencia de que aquellos Miembros volvían a restablecer sus primeras asociaciones. Nosotros ni aún conservamos los vestigios de lo que fue en otros tiempos”.

“De la impotencia de las clases dirigentes para consolidar alrededor de sus intereses la estabilidad política de las sociedades americanas, como de los profundos odios raciales que dominaban a extensos sectores de la población del Nuevo Mundo, se deducía, para Bolívar, la necesidad de construir en América un Poder Público muy sólido, capaz de garantizar esa estabilidad social, hacer efectiva la igualdad política de las razas y trabajar sin descanso para obtener, en el cercano futuro, la nivelación de los profundos desequilibrios políticos y económicos que la Colonia había dejado como pesada herencia a la República.” [8]  

 

Vayamos ahora al Discurso pronunciado por Bolívar en Angostura.

Como primer punto el Libertador indicó que para evitar que la gente se acostumbre a un gobernante que lo gobierne eternamente deben hacerse repetidas elecciones, he aquí lo dicho por él:

“La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los Gobierno Democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso  como dejar permanecer largo tiempo en un mismo Ciudadano el Poder. El Pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la Libertad Republicana, y nuestros Ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo Magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente.”

 

A  continuación pasó a proponer el proyecto de constitución, diciendo:

 

Echando una ojeada sobre lo pasado, veremos cuál es la base de la República de Venezuela.

Nosotros ni aún conservamos los vestigios de lo que fue en otro tiempo: no somos Europeos, no somos Indios, sino una especie media entre los Aborígenes y los Españoles. Americanos por nacimiento y Europeos por derecho, nos hallamos en un conflicto de disputara los naturales  los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer, contra la oposición de los invasores; así nuestro caso es el más extraordinario y complicado. Todavía hay más; nuestra suerte ha sido siempre puramente pasiva, nuestra existencia política ha sido siempre nula y nos hallamos en tanta más dificultad para alcanzar la Libertad.

La Libertad, dice Rousseau, es un alimento suculento, pero de difícil digestión. Nuestros débiles conciudadanos  tendrán que enrobustecer su espíritu mucho antes que logren digerir el saludable nutritivo de la Libertad.

Muchas naciones antiguas y modernas han sacudido la opresión; pero,  son rarísima las que han sabido gozar de algunos preciosos momentos de Libertad; muy luego han recaído en sus antiguos vicios políticos; porque son los Pueblos más bien que los Gobiernos los que arrastran tras sí la tiranía. El hábito a la dominación, los hace insensibles a los encantos del honor y de la prosperidad nacional. Y miran con indolencia la gloria de vivir en el movimiento de la Libertad, bajo la tutela de las Leyes dictadas por su propia voluntad. Los fastos del universo proclaman esta espantosa verdad.

Solo la Democracia, en mi concepto, es susceptible de una buena Libertad; pero ¿cuál es el Gobierno Democrático que ha reunido a un tiempo poder, prosperidad, y permanencia? ¿Y no se ha visto por el contrario la Aristocracia, la Monarquía cimentar grandes y poderosos Imperios por siglos y siglos.”

Hagamos una reflexión al respecto, ¿cuántos años llevan en el poder los nuevos Imperios establecidos en el siglo XX, y es que acaso no se quieren eternizar ellos también?  

Continuemos con el Discurso de Angostura:   

“Al separarse Venezuela de la Nación Española  ha recobrado su Independencia, su Libertad, su Igualdad, su Soberanía Nacional. Constituyéndose en una República Democrática, proscribió la Monarquía, las distinciones, la nobleza, los fueros, los privilegios: declaró los derechos del hombre, la libertad de obrar, de pensar, de hablar de escribir.” 

Bolívar, luego se consagró a dictar cuál sería la Constitución que debíamos adoptar y el por qué de ello, así consideró que nuestra Constitución debería ser hecha para nuestro pueblo. 

“Legisladores, el principio fundamental de nuestro sistema, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida  y practicada en Venezuela. Que los hombres nacen todos con derechos iguales a los bienes de la sociedad, está sancionado por la pluralidad de los sabios; como también lo está, que no todos los hombres nacen igualmente aptos  a la obtención de todos los rangos; pues todos debe practicar la virtud, y no todos la practican; todos deben ser valerosos, y todos no lo son, todos deben poseer talentos; y todos no lo poseen, De aquí viene la distinción efectiva que se observa  entre los individuos de la sociedad más liberalmente establecida. Si el principio de la igualdad  política es generalmente reconocido, no lo es menos el  de la desigualdad física y moral. La naturaleza hace a los hombres desiguales en genio, temperamento, fuerza y caracteres. Las Leyes corrigen estas diferencias porque colocan a los individuos en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia propiamente llamada política y social.  Es una inspiración  eminentemente benéfica, la reunión de todas las clases en un estado, en que la diversidad se multiplicaba en razón de la propagación de la especie. Por este solo paso se ha arrancado  de raíz la cruel discordia. ¡Cuántos celos, rivalidades, y odios no se han evitado!

  Todo esto abarca un concepto muy distinto al expresado por Thomas Jefferson, quien dijo que “ All men are created iqual”,  “Todos los hombres son creados iguales”  

“Los Ciudadanos de Venezuela gozan todos por la Constitución, interprete de la Naturaleza, de una perfecta igualdad política. Cuando esta igualdad no  hubiese sido un dogma en Atenas,  en Francia y en América, deberíamos nosotros consagrarlo para corregir la diferencia que existe. Mi opinión es, Legisladores, que el principio  fundamental de nuestro sistema, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y practicada en Venezuela.

El Libertador en su Discurso defendió la igualdad civil que deseaba ver establecida en la Constitución. “Bolívar estaba convencido de que los odios raciales desencadenados por la guerra de la independencia, determinarían al finalizar la contienda el principio de guerras civiles.”[9]    

Y luego pronunció una de sus más celebres frases:

“El sistema de Gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma de estabilidad política”

Por las Leyes que dictó el Primer Congreso tenemos derecho de esperar que la dicha sea el dote de Venezuela; y por las vuestras, debemos lisonjearnos que la seguridad y la estabilidad  eternizaran esta dicha.  A vosotros toca resolver el problema.

“El hombre al perder su libertad, decía Homero pierde la mitad de su espíritu”

El Gobierno Republicano ha sido, es, y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la Soberanía del Pueblo: la división de los Poderes, la Libertad civil, la proscripción de la Esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas y las costumbres públicas. Que la historia nos sirva de guía en esta carrera[10]  

El analiza la Constitución de Gran Bretaña  y  la recomienda al Congreso para su adopción, basándose en estos hechos: “La constitución Británica que es la que parece destinada a operar el mayor bien posible a los Pueblos que la adopten, pero por perfecta que sea estoy muy lejos de proponeros su imitación servil. Cuando hablo del Gobierno Británico, solo me refiero a lo que tiene de Republicano, y a la verdad ¿puede llamarse pura Monarquía un sistema en el cual se reconoce la soberanía popular, la división y el equilibrio de los Poderes, la Libertad civil, de Conciencia, de Imprenta, y cuanto es sublime en la política?  ¿Pude haber más Libertad en ninguna especie de Republica? ¿y pude pretenderse a más en el orden social?” 

El Libertador recomendó un Parlamento de dos Cámaras, la de Representantes los cuales serían electos en elecciones populares y la Cámara del Senado, cuyos senadores serían hereditarios y según su concepto, la base, el lazo, el alma de nuestra República. Este Cuerpo en las tempestades políticas pararía los rayos del Gobierno, y rechazaría las olas populares.

Los Senadores serían elegidos la primera vez por el Congreso. Los sucesores al Senado llaman la primera atención del Gobierno, que debería educarlos en_colegios especialmente destinados para instruir  aquellos tutores.  Legisladores  futuros de la Patria. Aprenderían las artes, las ciencias y las letras que adornan el espíritu de los hombres públicos: desde su infancia ellos sabrían a qué carrera la Providencia los destinaba, y desde muy tiernos elevarían el alma a la dignidad que los espera.

El Senado de Venezuela no solo sería un Baluarte de la Libertad sino un apoyo para eternizar la República.

Bolívar recomendó en ese Congreso de Angosturas que se mantuviesen los tres poderes clásicos pero, que a ellos se agregase el Poder Moral, de su ingenio, que sería responsable de formar al pueblo en el espíritu cívico y en las virtudes políticas.      

El Poder Ejecutivo estaría representado por un Presidente nombrado por el Pueblo o sus Representantes.

Cualquiera que sea el Ciudadano que llene estas funciones se encontrará auxiliado  por la Constitución: autorizado para hacer bien, no podrá hacer mal, porque siempre que se someta a las Leyes, sus Ministros cooperarán con él: si por el contrario pretende infringirlas, sus propios Ministros lo dejarán aislado en medio de la República, y aún lo acusarán delante del Senado. Siendo los Ministros los responsables de las transgresiones que se cometan, ellos son los que gobiernan. Porque ellos son los que las pagan.  

“Nada es tan peligroso con respeto al Pueblo, como la debilidad del Ejecutivo.”

“En las Repúblicas el Ejecutivo debe ser el más fuerte porque todo conspira contra él, en tanto que en las Monarquías el más fuerte debe ser el Legislativo, porque todo conspira a favor del Monarca.   

“Ninguna forma de gobierno no es tan débil como el democrático, su estructura debe ser de la mayor solidez; y sus instituciones consultarse para la estabilidad.”

“El amor a la Patria, el amor a las Leyes, el amor a los Magistrados, son las nobles pasiones que deben absorber exclusivamente el alma de un Republicano. Los venezolanos aman  la Patria pero no aman sus Leyes, porque éstas han sido nocivas y eran fuentes del mal; tampoco han podido amar a sus Magistrados porque eran inicuos, y los nuevos apenas son conocidos en la carrera en que han entrado. Si no hay un respeto sagrado por la Patria, por las Leyes y por las autoridades, la Sociedad es una confusión, un abismo: es un conflicto singular de hombre a hombre de cuerpo a cuerpo.” 

“Para sacar de este caos nuestra naciente República, todas nuestras facultades morales no serán bastantes, si no fundimos la masa del pueblo en un todo: la composición del Gobierno en un todo: la Legislación en un todo y el espíritu nacional en un todo. Unidad, Unidad, Unidad, debe ser nuestra divisa.

“La educación popular debe ser el cuidado primordial del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de un República, moral y luces son nuestras primeras necesidades. Tomemos de  Atenas su Areópago y los guardianes de las costumbres  y de las leyes; tomemos de Roma sus censores y sus tribunales domésticos; y haciendo una Santa alianza de estas instituciones morales, renovemos al mundo la idea de un Pueblo que no se contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso. Tomemos de Esparta sus austeros establecimientos, y formando estos  tres manantiales  una fuente de virtud, demos a nuestra República una cuarta potestad cuyo dominio sea la infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas costumbres, y  la moral Republicana. Constituyamos este Areópago para que vele sobre la educación de los niños sobre la instrucción nacional; para que purifique lo que se haya corrompido  en la República; que acuse la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la Patria, el ocio, la negligencia de los Ciudadanos: que juzgue de los principios de  corrupción, de los ejemplos perniciosos; debiendo corregir las costumbres con penas morales, como las Leyes  castigan los delitos con penas aflictivas, y no solamente lo que choca contra ellas, sino lo que las burla; no solamente lo que las ataca sino lo que las debilita lo que viola la Constitución sino lo que viola el respeto público   

“Las acciones de los Ciudadanos serán los libros de la virtud y del vicio. Libros que consultará el pueblo para sus elecciones, los Magistrados para sus resoluciones, y los jueces para sus juicios.” 

Bolívar finalizó diciendo:

“He aquí el código que debíamos consultar y no el de Washington”

El congreso de Angostura adoptó una constitución que recogía mucho de las ideas del Libertador, aunque no el Senado hereditario ni el poder Moral. Eligió a Bolívar presidente de la República y  Zea vicepresidente. Pero, apunta el historiador John Lynch,” no era más que teorías pues todavía había que  ganar la guerra”[11]  

Las propuestas que hizo el Libertador al Congreso Constituyente de Angostura,  hoy, a casi doscientos años de haber sido señaladas, están vigentes y muchas de ellas han sido puestas en práctica, como es el caso de la Masiva Educación Pública que se ejecuta en el gobierno actual.    

Para finalizar he aquí

MI DELIRIO SOBRE EL CHIMBORAZO [12]

    Yo tenía envuelto con el manto de iris desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al Dios de las aguas. Había visitado las encantadoras fuentes amazónicas, y quise subir a la Atalaya del Universo. Busqué las huellas de Condamine y de Humboldt; seguílas audaz, nada me detuvo; llegué a la región glaciar; el éter sofocaba mi aliento. Ninguna planta humana había hollado  la corona diamantina que puso la mano de la Eternidad en las sienes excelsas del dominador de los Andes. Yo me dije, este manto de iris que me ha servido de estandarte ha recorrido en mis manos sobre regiones infernales; ha surcado los mares dulces; ha subido sobre los hombros gigantescos de los Andes; la Tierra se ha allanado a los pies de Colombia y el tiempo no ha podido detener la marcha de la Libertad. Belona ha sido humillada por los rastros de iris, ¿y yo no podré trepar sobre los caballos canosos del gigante de la Tierra? Si, podré, y arrebatado por la violencia de un espíritu  desconocido para mí, que me parecía divino, pasé sobre los pies de Humboldt, empañados aún los cristales eternos que circuyen el Chimborazo. Llegó como impulsado por un genio que me animaba y desfallezco al tocar con mi cabeza la copa del firmamento, y con mis pies los umbrales del abismo.

  Un delirio febril embarga toda mi mente; me siento como encendido de un fuego extraño y superior. Era el Dios de Colombia que me poseía.

   De repente se me presenta el tiempo bajo el semblante venerable de un viejo cargado

de los despojos de las edades, ceñudo, inclinado, calvo, rizada la tez, una hoz en la mano. “Yo soy el padre de los siglos y soy arcano de la fama y el secreto; mi madre fue la Eternidad y los limites de mí imperio los señala el infinito; no hay sepulcro para mi, porque soy más poderoso que la muerte; miro lo pasado, miro lo futuro, y por mi mano pasa lo presente. ¿Por qué te envaneces, niño o viejo, hombre o héroe? ¿Crees, acaso, que el Universo es algo? ¿Qué montar sobre la cabeza de un alfiler es subir? ¿Pensáis que los instantes que llamáis siglos pueden servir de medida a los sucesos? ¿Pesáis que habéis visto la santa verdad?¿Imagináis locamente que vuestras acciones tienen algún precio a mis ojos? Todo es menos que un punto a la presencia del Infinito, que es mi hermano.”

   Sobrecogido de un sagrado terror, “¿como, ¡oh Tiempo, respondí, no ha de desvanecerse el mísero mortal que ha subido tan alto? He pasado todos los hombres en fortuna, porque me he elevado sobe la cabeza de todos. Yo domino el Universo con mis plantas; toco el Eterno con mis manos; siento las prisiones infernales bullir bajo mis pasos; estoy mirando de una guiñada los rutilantes astros, los soles infinitos; he visto sin sombro el espacio que encierra la materia y en tu rostro leo la historia de lo pasado y los libros del destino…”

   -Observa – me dijo-, aprende, conserva en tu mente lo que han visto, dibuja a los ojos  de tus semejantes el cuadro del Universo físico, del _Universo moral; no escondas los secretos que el cielo te ha revelado; di la verdad a los hombres…

      El fantasma desapareció.

     Absorto, yerto, por decirlo así, quedé exánime largo tiempo, rendido sobre aquel inmenso diamante que me servía de lecho. En fin, la tremenda voz  de Colombia me grita; resucito me incorporo, abro con mis propias manos mis pesados párpados; vuelvo a ser hombre, y escribo mi delirio. 

Gil Ricardo Salamé Ruiz

Economista

E – mail: gilrsalame@yahoo.com

 

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[1] John Lynch, “Simón Bolívar”, Prefacio, pág.VII

[2] Simón Bolívar Obras Completas, págs.159 – 175.

[3] Lynch, John, Simón Bolívar, pág.128.

[4]Lievano Aguirre, Indalecio, Bolívar  Segunda Edición  pág 208, Editorial El Liberal, Bogotá, Colombia. Sin Fecha

[5] Lynch, John, Obr.Cit. pág.161.

[6] Ibidem.

[7] Lievano Aguirre, Indalecio, Obr. Cit, pág 210

[8] Ibidem pág.211

[9]Leivano Aguirre, Indalecio, Obr. Cit. Pág. 213

[10] Negrillas fueron colocadas por el autor de este artículo.

[11] Lynch, John Obr. Cit pág. 165

[12] Mario Briceño – Iragorry, Lecturas, pág. 17. Fundación Editorial el Perro y la Rana, 2007.



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Gil Ricardo Salamé Ruiz

Economista, con Post Grados en Industralización y Ecología. Historiador.

 gilrsalame@yahoo.com      @gilricardosalam

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