Hugo Chávez la campaña electoral y el Socialismo

Arrancó la campaña electoral, el huracán bolivariano desborda las calles y en medio de un mar de pueblo observamos la confianza que hay en Chávez. Vimos por TV la marcha y el posterior discurso de Chávez en Anzoátegui, observamos a un pueblo que desbordó las expectativas y se conectó con su líder. Los rostros de la gente cuando Chávez fustigó a los alcaldes, gobernadores y funcionarios que no aceleran la construcción de las estructuras del poder popular, nos da una idea del sentimiento del pueblo llano y la práctica de algunos dirigentes del proceso imbuidos en una praxis pequeño-burguesa que limita el avance y detiene la aceleración del proceso.

Razón tienen quienes han cuestionado el accionar y el control que la ideología pequeño-burguesa ejerce sobre la conducción de la revolución; Chávez con su inmensa capacidad y visión se desmarca de esas posiciones para encarar el reto de consolidar la irreversibilidad del proceso revolucionario en su marcha popular hacia el socialismo.

El proceso de decantación nos involucra a todos, pero también debemos estar claros que no todos tienen la paciencia de visibilizar algo que para muchos burócratas se torna lejano, eso crea desánimo en el pueblo. La praxis socialista no tiene un librito escrito, sin embargo, existe un marco que nos define plenamente. Recordamos hace un tiempo la incomodidad de algunos “revolucionarios” con respecto a la heroica Cuba; esos mismos que veían como “gallina que mira sal” la hermandad con la Cuba revolucionaria hoy habitan el estercolero de la historia. La revolución bolivariana siguió su marcha de hermandad con la revolución cubana y eso representó un punto de quiebre con los sectores de derecha infiltrados en el proceso. La ideología pequeño burguesa es más voluble, terriblemente oportunista y con una carga discursiva y consignista que sorprende al más radical. No obstante, cuando se profundiza en el análisis, solo el socialismo está en el ritornelo discursivo porque la práctica es capitalista.

El propio presidente Chávez se refirió a los descontentos, sobretodo con gobiernos regionales y locales, independientemente que sus instancias dependan del gobierno nacional, pero una práctica de la ideología pequeño-burguesa es colonizar los cargos del gobierno nacional en sus regiones, en este sentido se esmeran en colocar directores (as) a su servicio, no en servicio del pueblo y la revolución. Es muy común encontrarse son experiencias de este tipo en donde los gobernadores sobre todo, terminan secuestrando las instancias del gobierno nacional so pretexto de “la articulación”, y los ministros, de buena fe, oyen más a los gobernadores que al pueblo y los funcionarios terminan obedeciendo intereses grupalistas antes que cumplir con su labor de consolidar el poder popular, saben que si el gobernador los apoya estarán atornillados a sus puestos.

Esa es la realidad de las regiones, por ello cuando Chávez fustiga a funcionarios del propio PSUV no hace sino interpretar el sentimiento popular y por ello el estallido de alegría y el brillo en los ojos de quienes se sienten interpretados por las palabras del comandante. Ese brillo no solo se expresó en Anzoátegui, estoy seguro que ocurrió en todo el país. Chávez con ese contundente discurso marcó un antes y un después y selló una advertencia para quienes se preocupan más por sus cargos que por hacer la revolución. Hizo referencia también Hugo Chávez, entre otras tantas, al comportamiento de los gobernadores, colocando como ejemplo a García Carneiro y una respuesta de éste en una entrevista. Carneiro ante la pregunta sobre su aspiración a la gobernación de su estado, simplemente respondió: “No se, ni me interesa”…lacónicas palabras que se hacen gigantes tomando en cuenta la realidad de cada estado y el mar de fondo que se mueven entre “los equipos” de los gobernadores para ganarse el beneplácito del líder para seguir siendo gobernadores, y otros para seguir siendo “revolucionarios”, porque hasta ese extremo hemos llegado, hay quienes si se les quita una gobernación saltan para la derecha en el acto. “Lo importante ahora es Chávez, después veremos”, refirió el presidente de Carneiro.

Sin duda que la frase de Carneiro resume la actitud de un revolucionario ¿Le debe importar a un revolucionario un cargo? ¿Debe ser la leit motiv de un gobernador sus aspiraciones a una reelección? Para un revolucionario no lo es, para un representante de la ideología reformista pequeño-burguesa y de derecha si lo es, de allí el choque, en el fondo con el propio Chávez.

Por otra parte, para los socialistas no solo se trata de hacer las cosas, se trata de cómo se hacen las cosas. Los alcaldes y gobernadores de la derecha hacen obras, limitadas pero las hacen, ejercen el populismo, etcétera. Los gobernadores y alcaldes socialistas están obligados a hacer obras, pero la diferencia está en cómo uno y otro construye la obra. Una obra puede y debe ser el epicentro de una carga espiritual de socialismo. Inaugurar una carretera que permita a unos campesinos producir y sacar del campo sus productos es una excelente oportunidad para luchar contra el capitalismo. Una recuperación de tierras con uso no conforme de acuerdo a la ley es una oportunidad para hacer el socialismo ¿Cómo? He allí la confrontación entre dos modelos, el capitalista y el socialista. Si construyo la carretera y dejo abandonados a los campesinos, esa carretera pudiera servir para que las mafias capitalistas se enriquezcan más. El enriquecimiento de las mafias capitalistas traen consigo la explotación y la usura, especulación, etcétera. Sería entonces una obra que fortalece al capitalismo. Pero si al contrario, ese gobernador es socialista, y construye la carretera pero hace un estudio de la tenencia de la tierra, procede de acuerdo a la ley, conforma o impulsa la conformación de Consejos Campesinos, de REPLAS y trabaja en función de unas redes de distribución para que los alimentos le lleguen de forma directa al pueblo, entonces estamos hablando de una praxis socialista. Existe otra perversión en gobernaciones y alcaldías llamadas socialistas. Por ejemplo, constituyen supuestas empresas socialistas, sin embargo, en las mismas trabajan obreros que no entienden ni papa de la división social del trabajo. Los gerentes actúan igual o peor que los capitalistas y además siempre hay “asociaciones estratégicas”  con parte de los burgueses de esas regiones que terminan llevándose la gran bola de real. El Consejo Federal de Gobierno; se crean mamotretos y mecanismos que no permiten la transferencia del manejo de los recursos a las comunidades, detrás de las asignaciones llegan “los empresarios socialistas” y se llevan su buena tajada… el pretexto, “es que el pueblo no esta preparado”, “es que el pueblo no cuenta con la maquinaria” y un rosario de justificaciones para no hacer la praxis socialista.

De ejemplos podríamos hacer un libro y nos faltarían espacios. Vayamos al PSUV… es muy frecuente que muchos gobernadores se esmeren en que “sus equipos” se apoderen de la estructura del PSUV, quien no acata la línea es execrado, marginado y tratado como “un loquito” que es “indisciplinado”, “Incapaz de hacer equipo”, entre otro montón de epítetos. Se inicia entonces una coba en cadena, es decir, con una computadora y unos “equipos” que secuestran todo, se envía a Caracas unos cuadros estadísticos que son de envidia, “excelentes”, muy bien presentaditos, pero si usted se le ocurre bajar a la base se dará cuenta que “los debates” son para tomarse la foto y listo. Así ocurrió con las LINEAS ESTRATÉGICAS y con el plan nacional que el presidente presento para el debate y la discusión. En Trujillo por ejemplo se trajeron al ministro Giordani para lo de la discusión del plan de Chávez 2013-2019, el aparataje de la gobernación se encargó de montar “sus equipos”, el más vivo de cada municipio se lanzó el discurso y el gobernador pone el corolario. En la base no se discutió el plan de Chávez, ni se ha discutido, es más, ni siquiera se ha repartido el material. Discursos bonitos, informes “excelentes”, pero las bases excluidas. Cuando el debate de las líneas estratégicas todo se inició muy bien hasta que alguien le reclamo al gobernador no se que cosa y sus adláteres lo catalogaron de “un insulto a la majestad”… ¡Por dios! ¿Qué carajo es un gobernador para creerse infalible? Pues santo remedio…la solución, no se discutió más las líneas estratégicas del comandante en el estado Trujillo.

No conozco la realidad de otros estados francamente, no obstante, seguro estoy que estas líneas que escribo se sintonizan con el sentimiento de muchos. Como no sería revolucionario solamente criticar y no proponer algo, por más descabellado que parezca, la sugerencia es que se reinicie el debate de la propuesta del comandante en las bases y que el comandante intervenga en las regiones a través de equipos para garantizar que el debate se de y que las opiniones de la base sean plasmadas en los documentos que bien bonitos llegan a Caracas, bonitos en diseño, pero en esencia vacíos. El gobernador y los alcaldes se merecen todo el respeto y la consideración, soy de los que asume a Chávez como el comandante y si el presidente señala que el candidato es el actual, tenga la plena seguridad que a pesar de su piel sensible; con mi voto, mis ideas y mi trabajo contará, en concordancia con la consigna de “irreverencia en la discusión, lealtad en la acción”. Soy de los que cree igual a la posición de García Carneiro ¿Es acaso importante una gobernación en estos momentos? Digo esto porque, en lo referente a mi estado Trujillo, pues se nota que todas las estructuras obedecen a una obcecada posición de subyugación a una política del gobierno regional que ya lanzó subliminalmente a Hugo Cabezas con la consigna de “Hugo Pa’ Rato, pero no es Hugo Chávez, es Hugo Cabezas. Solo basta recorrer las vías de Trujillo y nos daremos cuenta que está llena de vallas ¿Cuánto costarán esas vallas? Solo basta observar la conformación de los equipos y este estado se parece al estado Mérida, solo falta que se traigan al fantasma, Diógenes Andrade, ojalá lo hicieran, ese si es un revolucionario, pero el está dentro de los merideños no afectos al actual gobernador, por lo tanto no vendrá.

Honestamente soy de los que cree que las gobernaciones y alcaldías deberían desaparecer y pronto, no obstante, la realidad está allí, desgraciadamente tenemos elecciones para estos cargos y alguien debe ocuparse de ellos, en este sentido, creo que quien sea el escogido, al menos para Trujillo, debe ser un subversivo de este vetusto estamento de dominación burguesa para transferirle el poder al pueblo. Asimismo, aunque no lo contempla el plan de Chávez, me atrevería a recomendar explorar el sistema presupuestario de asignación de recursos a las regiones, para reivindicar a Guevara. Ciertamente que las gobernaciones que le quede a la burguesía pegarán el grito al cielo, sin embargo, en revolución los revolucionarios avalados por un mandato popular, los gobernadores, apoyados por sus Consejos Legislativos (Díganme donde estos no son un elefante blanco para ver que se puede sacar de allí), pudieran avanzar en primera instancia hacia la constitución de un régimen de asignación presupuestaria con un control central. De esta manera las gobernaciones no tendrían presupuesto que manejar, salvo lo inherente a sueldos, los contratistas no se esmerarían en halagar a los gobernantes de turno y por ende corromperlos y los gobernadores serían una especie de comisionados políticos para la construcción del socialismo. De esa manera lo menos apetecible sería ser gobernador, salvo para aquellos con consciencia revolucionaria que se ofrecieran solo para tener un inmenso trabajo físico e intelectual en función de avanzar al socialismo, los equipos de jalabolas se marcharían y el pueblo asumiría el control de estos espacios.

Seguro estamos que si no hay el interés capitalista de por medio no existirá la tirantez y la maniobra a flor de piel por quienes aspiran ser los bendecidos por Chávez para seguir siendo gobernadores de sus estado.

Por lo pronto, lo importante a destacar es que Chávez está en condiciones de darle una patada por el trasero a cualquier gobernador y nada pasaría, lo único que puede pasar es que el pueblo pobre, execrado de la democracia participativa y protagónica se motive a participar y a sentirse partícipe de la construcción de la patria nueva y se incremente el apoyo a Chávez. Ya esta bueno ya de bochinche y que la ideología pequeño burguesa y reformista siga copando los espacios, tiene que llegar la hora del pueblo… ayer escasamente conversaba con un camarada que está en un Consejo Comunal, con indignación me señaló que, aún cuando su Consejo fue financiado para una obra, la rabia se le notaba en los ojos cuando me dijo, al felicitarlo por haber logrado su comunidad el financiamiento, que si bien era cierto el financiamiento, detrás del mismo, en SAFONAC le asignaban la contratista que hizo encarecer el doble la obra que ellos habían calculado que incluso les sobraría dinero…palabras más, palabras menos, según le dijo el funcionario de ese organismo algo así como: “o aceptas la empresa, o quedas fuera”….

Por ello, y oyendo el discurso de Chávez, es que entendemos la sintonía entre el comandante y el pueblo, esto también lo sabe el imperio, por eso salir de Chávez es su más alto deseo, no obstante, igual al 13 de Abril de 2002, nosotros, los pobres de esta patria acompañados de todos los que de buena voluntad son capaces de responder como García Carneiro, acompañados de la fibra revolucionaria sembrada en la patria, le decimos a Chávez…No se detenga que este pueblo está CON Chávez RESTEAO

latojeda@gmail.com



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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