Casa y trabajo a patemingo y muerte a los cinturones de miseria

  Cuando el Presidente Chávez habló en su programa televisivo,  frente a la Zona Petrolera del Orinoco,  de construir viviendas, o mejor dicho urbanizaciones socio productivo en zonas adyacentes a la Faja y que serían habitadas por los trabajadores y sus familias, hizo una carambola de tres bandas: Dotó de vivienda al trabajador. Lo coloco cerquita de su lugar de trabajo. Y decretó la muerte de futuros cinturones de miserias circundantes a tan importante polo de desarrollo de petrolero. Cinturones de ranchos degradantes e inhóspitos formados, en su mayoría por barracas que recuerdan la Antropología de La Pobreza de Oscar Lewis. Si eso lo hubiesen hecho los gobiernos cuartorepublicanos con los obreros venezolanos en lugar de regalarles bloques, zinc y cartones para que construyesen sus barracas,  los cerros de caracas y la periferia de los complejos industriales no se hubieren llenados de barracas, de ranchos y de casuchas voladoras instaladas al borde de desfiladeros y en zonas de alto riesgo.

       Pero no solo las zonas industriales y los cerros y barrios de Caracas  se convirtieron en cinturones de miseria por culpa de la IV República. También las adyacencias de las universidades se llenaron de barrios. Por ejemplo. En terrenos de la UDO, núcleo Anzoátegui, nació el Barrio Universitario y el Domingo Guzmán Lander. Ocupando una importante franja de terreno prevista para expandir ese centro universitario.

       De manera pues que hay que celebrar la decisión del Presidente Chávez, de acometer esa proeza enmarcada en la misión Saber y Trabajo, porque que va a permitir la construcción de casas dignas para todos los obreros y técnicos que demandara el desarrollo de la Zona Petrolera del Orinoco. Entiendo que los trabajadores recibirán cursos   de soldadura, cabilla, carpintería, encofrado, plomería, instrumentación, manejo de equipos petroleros, etc. Serán centros habitacionales dotados de kinder, escuelas, liceos, bancos, cines, canchas deportivas, campos de futbol, estadios de béisbol, bibliotecas, centros médicos –asistenciales, supermercados, cuerpos policiales, plazas, parques, jardines, teatros, caminerías, arboledas, pequeñas manufacturas, talleres de corte y costura. En  fin pequeñas ciudades con  excelente urbanismo, confort y facilidades para desarrollo y crecimiento familiar, como las que se están construyendo a través de Gran Misión Viviendas...

       El catálogo de beneficios que comprende esa determinación del Presidente Chávez es que el pueblo trabajador va experimentar que vivir y trabajar es una fiesta, una razón para ser feliz de manera integral y que no solo Caracas y la grandes ciudades ofrecen posibilidades de triunfar y de conformar una vida sana, fructífera,  en unión de la familia.

 No es lo mismo vivir en una barraca que en una casa digna, con todos sus muebles, amplia, cómoda, confortable, con buena vialidad, en medio de amplias y arboladas plazas, parques y jardines e integrado a una urbanización con todos los servicios públicos y, de pasodoble, a petemingo del Trabajo. Esta catajarria de beneficios va a hacer que  el trabajador adquiera conciencia de clase, más conocimientos y, por ende,  mejor preparación  y disposición para reclamar sus derechos. Y por supuesto que desaparezca de su entorno el hacinamiento, la promiscuidad; que aumente el tiempo de disfrute y de enseñanza de la infancia de sus hijos, que desaparezca la precocidad de las relaciones sexuales, la preñez de adolescentes. En pocas palabras va a hacer que el pobre entienda que con estudio, trabajo y apoyo del Gobierno Revolucionario se  puede superar la pobreza. Y se logra dicha y bienestar. La felicidad, pues.

       Es importante señalar que empresarios de países nórdicos dotan de vivienda con todas las comodidades a sus ingenieros y técnicos creativos con tal de que vivan dentro de las fábricas o en zonas aledañas. Pero el derecho a la vivienda y a las comodidades es mientras están en nomina: Una vez que dejan de pertenecer a la Compañía, la Compañía le dice Chao pescao. Ahora. ¿Por qué las empresas ofrecen esos beneficios? Elemental Mr. Watson;  porque los quieren  a patemingo de la fábrica para sacarles el jugo en aras de una máxima asistencia al trabajo y de un óptimo rendimiento y porque no necesitan transporte para movilizar a tan precioso recurso humano. Amen de tenerlos “cerquita” a la hora de una emergencia.

       Una diferencia básica entre estos empresarios nórdicos y Chávez es que aquí  las casas son de los obreros y su familia, no de los empresarios. Aparte de contar con todos los servicios y constituirse en una gran familia, integrado a un humilde, decente y honesto vecindario. Ahora. Es  muy cierto que la  cercanía de los trabajadores a sus puestos de trabajo beneficia a la productividad. Pero también genera identidad y estado de pertenencia en los trabajadores. Bueno. Pues de eso se trata. Ahora sólo falta que los equipos destinados para tan noble fin se pongan las pilas.

       TINTERO

       Basta ya de seguir utilizando Zona Petrolífera del Orinoco para denominar esa región. Eso tiene que llamarse Zona Petrolera del Orinoco. Lo de Faja Bituminosa y Zona Petrolífera lo inventaron gringolandia y sus lacayos criollos para minimizar tan valiosa reserva petrolera. Así que Zona Petrolera del Orinoco para tutirimundachi.

americoarcadio@yahoo.com



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Americo Hernandez


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