Desarrollar exitosamente la política a gran escala, implica la comprensión y uso de la ciencia para generar nexos entre sectores sociales que inicialmente han permanecido desvinculados en el plano de su conciencia, pero que estando en situaciones económicas semejantes, deben ser incorporados al proyecto social de liberación contra el régimen o "estado de cosas" que los margina.
Desde nuestra óptica, el primer deber de la vanguardia libertadora es desplegar una política de unión de todas las clases y capas de la sociedad que hoy viven del trabajo propio para convertirlas orgánicamente en el nuevo bloque social que impulse la transición a la igualdad de clases y la rebelión general contra las aristocracias.
Entendiendo el objetivo estratégico, ninguna táctica o maniobra debe ser valorada aisladamente, pues la dialéctica científica nos exige analizar los escenarios globalmente y enmarcar nuestras conclusiones en la cosmovisión de finalmente a quién beneficia una determinada política.
Por tales motivos, resulta indubitable que el partido, los frentes y movimientos, así como las acciones y las alianzas de una revolución popular, lejos de incurrir en calcos dogmáticos de las valiosas gestas del siglo pasado, deben más bien representar la interpretación dialéctica de las circunstancias y correlaciones de fuerza del tiempo presente.
Del mismo modo que Vladimir Lenin realizó la mejor revolución posible en 1917, hoy nos toca emprender la nuestra con el material humano disponible en la sociedad burguesa secularmente afianzada. Definitivamente, contra la ideología de la clase dominante, que manipula a los explotados bajo el yugo de su propaganda alienadora, debemos profundizar (en teoría y praxis) la política destinada a fomentar la propiedad social de los medios de producción como eje fundamental del progreso colectivo.
Para no cederle espacio a visiones románticas que nos encaminen a la derrota frente al pragmatismo radical de los adversarios, tengamos siempre en cuenta que el avance de la revolución económica es la base material del cambio cultural, y ésta, en paralelo con la revolución ideopolítica, será la que garantice en definitiva la base social de apoyo para la victoria patriótica en las elecciones del año 2012.
Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales.
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