Alquimia Política

Gilda Díaz de Castro: ejemplo de mujer

En estos días me he enterado de los quebrantos de salud de una gran amiga, discípula e insigne mujer, la Sra. Gilda Díaz de Castro. Y pensé  que ya en su franco proceso de recuperación hacía falta expresarle públicamente lo que desde la tarima del amigo he apreciado en ella, así como contribuir a fortalecer ese espíritu humanista que la caracteriza.

     La Sra. Gilda es un ser humano, es decir, un ser social, un ser histórico, un ser encarnado de una realidad y es allí en donde se manifiesta, como ser, sus posibilidades de trascender y de construir.

     Como mujer abarca la realidad físico-química, más lo espiritual. Como persona humana, la Sra. Gilda goza de un carácter singular que la convierte en entidad única e irrepetible; por esto mismo goza de unas cualidades que la constituyen, la definen y la distinguen: la hacen parte de lo social y lo cultural de un pueblo.

     Como persona humana en ella prevalece un equilibrio en su cuerpo espiritual, es auto consciente, libre y puede auto determinarse; goza de una corporalidad, posee como dimensiones que la caracterizan la coexistencia, la alteridad y la comunicabilidad, y su dimensión es trascendente, enmarcada en la libertad como elemento fundamental y la dignidad como valor absoluto de su ser.

     La Sra. Gilda es un ser social por naturaleza; en su devenir no ha dejado de contribuir a legar cosas nuevas. Además, sus instintos, y la palabra certera, da sentido de lo bueno y señala lo malo, participando en las comunidades, como decía Aristóteles, como un “ser político”.

     El ser humano que representa la Sra. Gilda, es libre, tiene conciencia de sus limitaciones y sus potencialidades; lucha cada vez por vivir más para aportar más a sus semejantes, como fin último de quien desde lo profundo del alma entiende las necesidades de las gentes y busca los modos para remediarlas.

     Una de las principales cualidades de la Sra. Gilda, es la forma como se ve a sí misma: como ser que trasciende ataduras, que no se doblega ante la adversidad y que ha tenido el coraje de crecer y seguir creciendo, sin importándole nada que busque perturbar su inevitable camino en el hacer el Bien Común. Es un Ser comprometido, humilde y sobre todo, humano.

      A todas estas, con qué valores puedo identificar a la Sra. Gilda; al cerrar mis ojos visualizo tres: honestidad, puntualidad y responsabilidad. Su honestidad se evidencia al actuar siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo que le corresponde, incluida ella misma). Su honestidad es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo. Su honestidad expresa respeto por sí misma y por los demás, es una actitud que siembra confianza en aquellos quienes están en contacto con ella.

      Es puntual ya que construye con esfuerzo el tiempo en el lugar adecuado. El valor de la puntualidad en la Sra. Gilda está caracterizado en el cumplimiento de sus obligaciones en una temporalidad real que la hace confiable y por supuesto un ser humano excepcional. Y es un ser responsable, en la medida que expresa el cumplir un deber. Su responsabilidad es una obligación consigo misma y con los compromisos asumidos, ya sea moral o incluso legal de cumplir con lo que se ha comprometido. La responsabilidad tiene en la Sra. Gilda, un efecto directo en otro concepto fundamental: la confianza. Estos valores representan el mapa verdadero de un ser que se ha convertido en referente de trabajo, esfuerzo y dedicación; un ejemplo de mujer que me enorgullece conocer y ser su amigo.

      Quise expresar estas líneas, desde el fondo de mi sentido racional y sensible, para calificar un ser humano que no necesita que se le diga lo tanto o lo inmenso que es, pero que en lo particular tenía la necesidad de expresarlo. Si alguien induce que estas palabras son un intento desbocado de “expresionismo de interés”, se equivoca; porque cada una de estas palabras lo que buscan es reconocer en un semejante su bondad y su aporte a la cultura humana del “vivir viviendo”. Mi afecto de siempre Sra. Gilda y mis mejores deseos de recuperación para que siga construyendo calidad de vida en un mundo de trasformación y cambios. *.-azocarramon1968@gmail.com  
 


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Ramón E. Azócar A*

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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