Procesados por pensar diferente

El terrible Jhony era un delincuente de mi pueblo que como muy pocas veces
ocurre, terminó con sus huesos en la cárcel.

Él pensaba diferente a la mayoría; estaba convencido de que para que una
mujer fuese suya, sólo bastaba con que él así lo deseara. Por decenas se
cuentan las mujeres víctimas de la violación del degenerado, y no fueron
pocos los niños que corrieron la misma suerte.

Los bienes de los demás, sólo podían ser conservados; mientras que Jhony no
“les pusiera el ojo”. Era sin lugar a dudas un hombre que pensaba diferente.
Fueron tantas las veces que fue detenido, que la cárcel no le resultaba
extraña, y a diferencia de cómo piensa la mayoría, en ocasiones era invadido
por la nostalgia de su recuerdo.

Los bienes públicos y los privados eran la misma cosa para el terrible, eran
objetos que podían pasar a sus manos si se elaboraba un buen plan.
Nunca aceptó Jhony la culpabilidad de ningún delito, pues el problema
radicaba en que los jueces veían las cosas desde un punto de vista y él,
definitivamente, pensaba diferente.

Estos recuerdos, nada agradables por cierto, vienen a mi mente al ver la
campaña de los medios de comunicación, que pretende mostrarnos a unos
delincuentes como víctimas, partiendo de la misma posición que asumía el
terrible Jhony.

Como “procesados por pensar diferente” nos muestran los medios a hombres
como cuchita Mendoza, el cuervo, los hermanos Guevara y todo ese grupo de
miserables que ha cometido cuanto delito se les ha ocurrido en los últimos
tres años.

Poner bombas en las embajadas no es delito según nuestros medios de
comunicación; simplemente es una manera diferente de pensar. Tampoco lo es,
asaltar una gobernación e intentar linchar al gobernador. Ese acto es la más
clara demostración de que no existe un pensamiento único.
Usar francotiradores para asesinar inocentes, asaltar embajadas, cerrar un
canal de televisión, sabotear la industria petrolera y planificar y ejecutar
un golpe de estado; dejaron de ser delitos ( según los medios) para
transformarse en demostraciones de que se piensa diferente.

¡Claro que piensan diferente! Y claro también es que actúan diferente. Acaso
¿no pensaba y actuaba diferente el terrible Jhony? El problema no está en
pensar diferente. El problema es que si cometen un delito por pensar
diferente; al igual que el terrible Jhony deben ir a la cárcel.





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Alexis Arellano


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