Ojo: no estoy haciendo
una apología de los evangélicos, estoy observando una conducta de
convicción y de perseverancia, digna de la causa del socialismo. Y digo
que no hago apología de los evangélicos, porque sabemos como algunas de
estas iglesias se han transformado en negocios y cómo otras han sido
instrumentos del mismo capitalismo para penetrar e inmovilizar al
movimiento popular con el mensaje de aceptar la realidad, sin cambiarla,
porque es voluntad del creador. Recuerdo con mucha precisión, cómo las
iglesias evangélicas fueron utilizadas a finales de los 70 y en la
década de los 80 para invadir los países centroamericanos y lograr
detener el avance revolucionario de los pueblos. Eran una trinchera más,
que se enfrentaba a sectores de la iglesia católica que se habían
sumado al movimiento revolucionario y que buscaba ante todo,
desmovilizar, delatar y entregar.
Pero
volviendo a la actualidad venezolana, es notable la ausencia de
cualquier miembro de la iglesia católica en la resolución del conflicto
del Rodeo. Ni de casualidad se aparece un jerarca de esta iglesia. Por
eso, cada vez ellos son menos, y los evangélicos cada vez son más. Y no
es que me agrade esto, sino que es digno de tomar en cuenta, por cuanto
ambas iglesias, al final se traducen en lo que las mismas siempre han
sido para la humanidad: instrumentos de la clase dominante para
perpetuar un determinado modo de producción.http://patriayautogestion.blogspot.com
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