El primer escándalo
de los hombres de Rosales y su aliado Teodoro Petkoff contra Rangel
Silva, con el que pretendieron salpicar al vice-Presidente Elías Jaua,
lo encabezó Teodoro el de la “bajaita” de VIASA y las prestaciones.
Era que no podía soportar el catire de la esclavitud de Bobures, que
viniera un “militarcito” a jorungarle la cueva de oro usurpada por
él y Américo Martín en las montañas ribereñas de los afluentes
del gran río Caroní. No podían soportar esos traidores, asesinos
de Guardias Nacionales del tren del Encanto el mismo que delató al
Chema Saher y a Soto Rojas; pitador de Machurucuto y el correlón de
las montañas de Falcón, que un “desconocido” representante de
Chávez les demoliera la ranchería de la vergüenza (trafico de blancas),
las potentes maquinas de bombeo contaminadoras de ríos y quebradas,
además de la criminal destrucción de esas montañas cobijadas de árboles
milenarios, que todo el pueblo venezolano vio por TV, cómo fornidos
arbustos fueron derribados por la sierra asesina.
Por nuestra
parte y visto desde acá, desde estas ruralidades del Estado Anzoátegui,
decimos bien hecho General Rangel. Pero simultáneamente (o al mismo
tiempo, como decimos por estos montes) nos preocupa que ese pulmón
vegetal de nuestra Guayana, se quedó solo sin un Rangel Silva que lo
cuide. Es que es demasiado extenso y el baquiano de los depredadores
lo conoce palmo a palmo. Nació allá del orgasmo del jefe de las llamadas
“Nuevas Tribus”. Se hace invisible tras el “cerro” de billetes
adicionales al que le dejó su padre. Le alcanza y le sobra para pagar
campañas electorales y para silenciar algunas voces, lo que nos indica
que bajo esa importante selva no solo existen moscas; también gavilanes
y buitres.
En cuanto a
las moscas que son Barboza y Rosales en el Zulia es más fácil de cazarlas.
Barboza no es solo un “caimán con sueño”. Es que, además, es
hijo de un “caimán” con lágrimas con las que remojó la cárcel
vieja de Barcelona cuando Alejandro Otero lo mandó al calabozo por
haber metido la mano en la caja donde se depositaba el dinero de la
publicidad y venta de “El Nacional”, no obstante la bonhomía del
Poeta Miguel Otero Silva. Era que Alejandro administraba. Entonces el
tal “caimán con sueño”, alias Barboza, no tiene autoridad moral
para acusar al General Rangel Silva de un propósito que sólo está
en la mente de los que se saben perdedores, como ese de no reconocer
los resultados electorales si no le son favorables. Además, Rangel
Silva se ganó las presillas de general con coraje, no jalando bola.
Esas pendejadas las tiene en el bolsillo derecho el farsante de oficio,
el romulista apellidado Ramos Allup heredero jefe de Barboza, Rosales
y el tal Contreras Laguado agazapado bajo las sombras de las diecisiete
fincas de Rosales y Barboza, que más temprano, no que tarde, volverán
a sus verdaderos dueños mediante el ejercicio legal.
Patria, Socialismo o barbarie