Ruralidades

General Rangel Silva

Usted es de una sola pieza pero no compacto como el Toyota que, aún cuando su “Inri” reza “made in Japón”, su patente y sus tornillos quebradizos son de los Machado Zuloaga. Usted, mi general, es como el roble que cimbra con la ventolera y se endereza como el foete. Además, águila no caza Barbosa, parafraseando al camarada Hugo Rafael Chávez Frías. Esta cortísima semblanza matizada con algo de parábola cristiana, será de fácil comprensión cuando nos enteremos el porqué de los ataques de la canalla contra uno de los militares del 4 de febrero de 1992. Expliquémonos. 

El primer escándalo de los hombres de Rosales y su aliado Teodoro Petkoff contra Rangel Silva, con el que pretendieron salpicar al vice-Presidente Elías Jaua, lo encabezó Teodoro el de la “bajaita” de VIASA y las prestaciones. Era que no podía soportar el catire de la esclavitud de Bobures, que viniera un “militarcito” a jorungarle la cueva de oro usurpada por él y Américo Martín en las montañas ribereñas de los afluentes del gran río Caroní. No podían soportar esos traidores, asesinos de Guardias Nacionales del tren del Encanto el mismo que delató al Chema Saher y a Soto Rojas; pitador de Machurucuto y el correlón de las montañas de Falcón, que un “desconocido” representante de Chávez les demoliera la ranchería de la vergüenza (trafico de blancas), las potentes maquinas de bombeo contaminadoras de ríos y quebradas, además de la criminal destrucción de esas montañas cobijadas de árboles milenarios, que todo el pueblo venezolano vio por TV, cómo fornidos arbustos fueron derribados por la sierra asesina. 

Por nuestra parte y visto desde acá, desde estas ruralidades del Estado Anzoátegui, decimos bien hecho General Rangel. Pero simultáneamente (o al mismo tiempo, como decimos por estos montes) nos preocupa que ese pulmón vegetal de nuestra Guayana, se quedó solo sin un Rangel Silva que lo cuide. Es que es demasiado extenso y el baquiano de los depredadores lo conoce palmo a palmo. Nació allá del orgasmo del jefe de las llamadas “Nuevas Tribus”. Se hace invisible tras el “cerro” de billetes adicionales al que le dejó su padre. Le alcanza y le sobra para pagar campañas electorales y para silenciar algunas voces, lo que nos indica que bajo esa importante selva no solo existen moscas; también gavilanes y buitres.  

En cuanto a las moscas que son Barboza y Rosales en el Zulia es más fácil de cazarlas. Barboza no es solo un “caimán con sueño”. Es que, además, es hijo de un “caimán” con lágrimas con las que remojó la cárcel vieja de Barcelona cuando Alejandro Otero lo mandó al calabozo por haber metido la mano en la caja donde se depositaba el dinero de la publicidad y venta de “El Nacional”, no obstante la bonhomía del Poeta Miguel Otero Silva. Era que Alejandro administraba. Entonces el tal “caimán con sueño”, alias Barboza, no tiene autoridad moral para acusar al General Rangel Silva de un propósito que sólo está en la mente de los que se saben perdedores, como ese de no reconocer los resultados electorales si no le son favorables. Además, Rangel Silva se ganó las presillas de general con coraje, no jalando bola. Esas pendejadas las tiene en el bolsillo derecho el farsante de oficio, el romulista apellidado Ramos Allup heredero jefe de Barboza, Rosales y el tal Contreras Laguado agazapado bajo las sombras de las diecisiete fincas de Rosales y Barboza, que más temprano, no que tarde, volverán a sus verdaderos dueños mediante el ejercicio legal. 

Patria, Socialismo o barbarie

pedromendez_bna@yahoo.es



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Pedro Méndez


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