Las Líneas Estratégicas de Acción Políticas del PSUV y las Ambigüedades (I)

Aunque el documento de las Líneas Estratégicas de Acción Política es una muy buena reflexión y casi una autocrítica que luce como dura en algunos de sus párrafos; el documento, aún con este nivel de autocrítica contiene el mismo mal o es reflejo de “algunas” de las fallas que trata de identificar y combatir. El documento aun siendo autocrítico tiene miedo de plantear adecuadamente las situaciones.

 Tengo la sensación, que el documento es como una pieza de un círculo vicioso que simplemente gira y por esa razón; el análisis de su contenido debe ser una tarea urgente para la militancia. Hay situaciones tratadas o planteadas en el documento que exigen un análisis con la mayor objetividad-rigurosidad y esto no significa, que el documento no sea abordado a partir de las percepciones o ideas que cada uno de nosotros  ha venido acumulando.

Un primer elemento que surge de este análisis, es el enredo o desorden que se observa entre las situaciones que pueden ser  señaladas como causas y los temas o asuntos que son productos de esas causas, que en este caso se conciben y deben ser identificadas como efectos o consecuencias. Es muy importante diferenciar estas dos situaciones (causa y efectos) porque si las confundimos o no se ordenan y en el plan de acción o las estrategias se focalizan  en los efectos, los problemas suelen “desaparecer” por momentos, pero luego florecen y las situaciones se tornan más críticas. Si se trabaja así; estamos aplicando la “técnica” de los pañitos calientes.

Es necesario corregir en el documento, una situación que no es casual ni responde a un problema de redacción, pero de dejarse así, no garantiza el logro de los objetivos o no facilitara la aplicación y desarrollo de las estrategias. Si se observa bien el documento en “algunas” de sus páginas, observaremos que siempre se trata de describir o precisar una situación a través de una imprecisión. Hay “algunas Fallas”, “algunas actitudes”, “algunos sectores”, “algunos camaradas” “algunos militantes” y con ese impreciso esquema de descripción, no se va muy lejos y el diagnóstico de la situación aunque parezca crudo no lo es.

No dejando de ser un buen documento, no es el primero ni el único. El libro rojo por ejemplo, es también un buen documento, pero esos documentos no hacen milagros. Si fijamos la atención en la estrategia de “convertir la maquinaria en un partido-movimiento”, es posible que notemos un pequeño contrasentido. En la parte introductoria se recoge un planteamiento  que se expresa así:

“Nuestro reto inmediato es identificar esos obstáculos, combatirlos y superarlo para lograr la reunificación de todos los sujetos sociales y políticos que comparten los objetivos estratégicos y los valores sustantivos de la Revolución Bolivariana, rumbo a la conformación del gran Polo Patriótico” (Subrayado nuestro)

Si el reto es identificar esos obstáculos, cómo es que ya me sugieren estrategias. Entiendo que pueden definirse unas orientaciones generales que la discusión y el debate va dándole mejor sentido de acuerdo a las realidades particulares y territoriales, pero si la idea y estrategia 2 es “Convertir la maquinaria en un partido-movimiento”, lo primero que debería hacerse es darle a la militancia en los estados, municipios y parroquias la oportunidad para identificar esos obstáculos con la discusión y participación porque aunque puedan existir obstáculos que se repitan en diferentes estados; cada estado o municipio tiene sus particularidades. Entiendo que deben definirse acciones, pero no deben caer todas desde arriba, porque estaremos girando en el círculo y contraviniendo lo que se intenta colocar como reto.

El lenguaje y la palabra es una cosa increíble. Sirve para comunicar claramente una situación y también sirve para distraer la atención: mirar para otro lado. Sin pretender ir muy lejos esto, pensemos un poco en el sentido de la palabra obstáculo. Este término sugiere una dificultad que se atraviesa o encuentro en la vía e impide avanzar. No suena como una consecuencia de mis acciones y omisiones.

No suena muy correcto ni apunta a un diagnóstico muy sano colocar esta idea: “No obstante, es necesario reconocer las fallas y limitaciones políticos electorales, que permitieron que la derecha opositora conquistara un número de escaños en el parlamento y preservara algunos gobiernos locales”. Las fallas y limitaciones  se perciben aquí, como una situación sin ningún nivel de precisión. Los resultados electorales son una consecuencia de un desempeño. No es un factor o situación independiente, sucedió porque hubo un evento o situación que produjo ese desempeño.

Este ligero desorden en la autocrítica conduce a un mal repartimiento de las responsabilidades y “justos y pecadores” son los mismos. En la parte introductoria se presenta un párrafo donde se asoma este mal repartimiento de responsabilidades, cuando dice: “El actual momento político y social exige de la militancia y de la dirigencia del PSUV audacia y honestidad para reafirmar y defender nuestros logros”. Las cargas están así repartidas; los militantes en el mismo nivel que la dirigencia, hemos sido pocos audaces y poco honestos para defender lo logros. Aquí cabe una pregunta: ¿las fallas y limitaciones políticos electorales, que permitieron que la derecha opositora conquistara un número de escaños fue únicamente por no haber defendidos nuestros logros?

eugenio27.salazar@gmail.com



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Eugenio Salazar Brito


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