Venezuela necesita un verdadero partido de la clase trabajadora

Al cierre de este año 2010, vemos que diariamente la oposición venezolana presenta a través de sus medios de comunicación, innumerables protestas y reclamaciones de obreros y sindicatos, a lo largo y ancho del territorio nacional; lo cual forma parte de una nueva maniobra que pretende hacer ver que la Revolución Bolivariana promueve desmejoras contra la clase trabajadora y que el empresariado privado es un patrono más responsable, generoso y eficiente. Dicha campaña mediática y política emprendida por la oligarquía criolla (que durante su largo reinado jamás promovíó el bienestar del pueblo) obliga al estamento revolucionario a desplegar una contraofensiva ideológica, organizativa y política para vincularse profundamente con el proletariado, reorganizarlo, promover la unidad sindical y profundizar su educación política, y al mismo tiempo velar por la eficiencia en la administración de las empresas nacionalizadas.

Véase que según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE): para el segundo semestre de 2007, de nuestros 27.403.078 venezolanos, 65% integramos una fuerza laboral de 19.110.435. En el primer semestre de 2007, unos 91.962 están en la agricultura, cría, pesca y caza; 1.328.699 manufacturan bienes; 1.025.197 construyen inmuebles; 91.962 extraen y ´procesan hidrocarburos; 964.752 transportan y almacenan bienes; 51.111 laboran en los servicios de electricidad, gas y agua. Es esta la clase llamada a protagonizar el proceso de cambio social en nuestro país,  que hasta la presente fecha, se mantiene mayormente dispersa sin ningún partido o Estado Mayor que la aglutine, además de estar altamente despolitizada y sin ideología científica.

Esa clase trabajadora debe ser considerada una entidad con un significado mayor al de una mera población electoral, por ello, la socialización de la economía, la soberanía alimentaria y la producción al servicio de la utilidad pública que hoy noblemente se pretenden,  jamás serán posibles sin el establecimiento de una verdadera vanguardia de la clase obrera que fije sólidos nexos con las organizaciones sindicales y desarrolle una política clasista proletaria.

Sin la implantación de una federación sindical única que brinde su fuerza de trabajo y pensamiento para el funcionamiento de la industria estatal y sin firme promoción de conciencia revolucionaria, el reparto de rentas y riquezas puede resultar insuficiente para consolidar el desarrollo económico popular e impedir que las macabras élites del pasado avancen en la reconquista del poder nacional. Es inadmisible la pasividad de ciertos sectores revolucionarios frente  a la actual campaña del oposicionismo dirigida a asumir el liderazgo de la clase trabajadora y la utilizarla para sus planes políticos de cara al 2012. Necesario es hacer que se corrijan los incumplimientos del Derecho Laboral de parte de los empleadores, tanto en el sector público como en el privado, para hacer justicia con la masa trabajadora y  fortalecer la economía nacional.

Es también válido dar a conocer los aciertos de la gestión revolucionaria, pues que poco se comenta en la actualidad que el Gobierno Bolivariano en los últimos diez años destinó a la inversión social una cifra cercana a los 330 mil 580 millones de dólares (datos de Elías Eljuri Presidente del Instituto Nacional de Estadisticas), lo que prácticamente equivale a 5 veces lo invertido por los gobiernos de la década previa a la llegada de la revolución. De allí que si bien es cierto que falta mucho por realizar para implantar el socialismo y así erradicar todas las formas de pobreza, no es menos cierto que este proceso histórico ha impulsado grandes mejoras en la calidad de vida de nuestro pueblo, las cuales que nos conducen al desarrollo más significativo que se haya conocido en nuestra patria.
 
Urge, entonces, seguir desarrollando  y activando las instancias del poder popular, tales como las comunas y los consejos comunales; esto en el entendido de que el  Socialismo es precisamente el único sistema social donde el pueblo asume el control de los medios de producción y desde esa posición, ejerce el poder político. De allí que siguiendo el objetivo estratégico de construirlo con sus auténticos protagonistas (los trabajadores), Carlos Marx, el máximo dirigente obrero de todos los tiempos, fundó la Asociación Internacional de los Trabajadores o Primera Internacional (Londres, 1864), y bajo la consigna de “proletarios, uníos” procuró integrar a los obreros de diversos países. En Venezuela, su sucesora fue la llamada Central Única de Trabajadores de Venezuela (CUTV), una organización fundada por aquellos combativos comunistas de los años 60 del siglo XX, pero que fue lamentablemente disuelta hace pocos años.
 
En la actualidad, la clase trabajadora (llamada a ser protagonista) intenta reimpulsar sus luchas en el favorable escenario de la Revolución Bolivariana, pero carece de una auténtica vanguardia ideológica organizada que si tenga la capacidad de atraer a las masas y orientarlas hacia objetivos revolucionarios y clasistas, en vez de meras reivindicaciones económicas. Es por esto que el pueblo rechaza a los dirigentes que nunca han trabajado en la fábrica ni representan sindicatos, pero sin embargo viajan a conferencias europeas; no deseamos más oportunistas que usen "el sindicalismo sin sindicatos" como trampolín para ser diputados.
 
Los que nos formamos en la lucha sindical clasista, quien suscribe, abogado de los trabajadores y las trabajadoras, sabemos cuanta falta hacen hoy, sindicalistas consecuentes como Cruz Villegas, Carlos Arturo Pardo y Hemmy Croes entre otros pocos; por lo tanto, no queremos más jefes de cascarones vacíos arrodillados a una política de burocratismo, reformismo, economicismo, electoralismo y conciliación patronal; junto a esos “príncipes del proletariado” jamás haremos la revolución, ni nos liberaremos de los burgueses opresores, ni aboliremos las leyes que avalan la explotación, ni aprovecharemos la actual etapa histórica para definitivamente derrotar al capitalismo y acabar con la exclusión social.
 
(*) Abg. Constitucionalista y Penalista. Profesor Universitario.

jesussilva2001@cantv.net

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com
 


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Jesús Silva R.*

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

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