¡Qué vergüenza! Todavía dependiendo de burdas promesas electoreras

Aún con las imperfecciones que filósofos, politólogos y otros estudiosos del tema critican, las elecciones siguen siendo la única alternativa con la que cuenta la democracia en el mundo, de manera que votar la mejor opción es la consigna, sin embargo, es realmente triste que un municipio como Maracaibo todavía dependa de las promesas electoreras de los políticos de siempre. Les explico por qué.

En toda elección los candidatos hacen sus propuestas, eso es comprensible, pero prometer asfaltar calles en los barrios, entre otros beneficios tan elementales, no es más que poner en evidencia la inoperancia e ineficacia de las anteriores administraciones de la misma Alcaldía de Maracaibo.

Es algo así como si a estas alturas en materia de salud, los científicos en lugar de mantener una férrea batalla en busca de la cura del cáncer y del sida, estuvieran prometiendo una limonada caliente para combatir el resfriado. ¡Por Dios!, en pleno siglo XXI este tipo de servicios públicos deben estar totalmente superados.

Pero eso sucede con los candidatos. Se plantan en una trilla polvorienta que nunca pavimentaron pese a que tuvieron todos los recursos y oportunidades para hacerlo, y tienen la desfachatez de prometer que ahora si la asfaltarán. ¡Qué vergüenza!

Pretenden ponerle gríngolas a la gente para que no vea a los lados, no pueda voltear hacia el pasado. Subestiman la nobleza e inteligencia de ese pueblo humilde, que intenta mirar hacia ese norte que les ha señalado el presidente Hugo Chávez, sólo que los políticos locales se lo impiden, porque siempre estuvieron aferrados a sus intereses igual que en la IV República. Decir esto duele como chavistas, pero callarlo es peor. Quizás por eso se dejó llegar a Maracaibo a los extremos de no querer a los aspirantes rojitos.

Si los candidatos tuvieran algo que mostrar más que los maquillajes y la cosmética de las gestiones anteriores, la realidad fuera otra, porque en vez de prometer tapar un hueco, estarían debatiendo acerca de quien utilizó asfalto de mayor calidad en la consolidación de todas sus parroquias, tal cual lo merece una región petrolera como esta.

La gente de este municipio pensó que a través de empresas socialistas ya fuera el constructor de su propio destino, así como quiere nuestro máximo líder revolucionario, pero pasaron más diez años y no resultó de esa manera. Los contratos millonarios se los otorgaron a empresas explotadoras que se hicieron cada vez más ricas.

Políticos como Chávez se crecen. Ahí está su obra de Gobierno. No hay espacio para enumerarla. Solamente las misiones avalan lo que digo, pero los dirigentes que lo secundan echan por tierra su objetivo. En Maracaibo tiene un ejemplo crítico. Roguemos porque no se entere tarde y en función del 2012 y la consolidación de este proceso, tome a tiempo los correctivos para beneficio de todos.

(*)Periodista

albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán(*)


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