La batalla de ideas por el socialismo bolivariano. Es una lucha contra la política de factores del sectarismo, que siguen los caminos ideológicos del fracasado “socialismo real”.
La inclinación hacia un comunismo estalinista. Constituye una tendencia de pensamiento esparcida en los partidos comunistas en todo el mundo. Aquellos donde tomaron el poder lo convirtieron en un verdadero bastión ideológico. Imponiendo la ausencia de democracia hacia el interior de esos partidos, junto a la eliminación del libre desarrollo de ideas revolucionarias en la sociedad que ellos mismos impusieron.
El sectarismo es un dominio de la praxis política. El pensamiento crítico, en cambio, no tiene una expresión conceptualmente en términos de sectarismo político. Menos en el estado del pensamiento revolucionario: la dialéctica materialista. Esta es la diferencia que no acepta la cohabitación con el fantasma del sectarismo político en el debate revolucionario, por muy álgido que el mismo resulte ser.
La peor manera de sembrar la desmovilización política en una sociedad, para reafirmar el carácter autoritario del estado venezolano es llamar a la unidad en las fuerzas políticas aliadas al gobierno bolivariano apelando al fantasma del sectarismo político.
El sectarismo político se da donde los grupos políticos hegemónicos luchan por el monopolio del poder político. Cuando se cierra desde el poder los espacios de la participación política libre y democrática, se convierte de facto en sectaria. Es muy importante entender que en la revolución bolivariana, el sectarismo político se esta convirtiendo en una expresión exclusiva del poder político gubernamental en todos los niveles. Esto significa que el sectarismo político es ejercido única y exclusivamente por las cúpulas del PSUV. Esto es una apreciación muy clara no admite ningún tipo de tergiversación.
El sistema político de partido/único tiende siempre a degenerar en la burocratización, y en la hegemonía política caso URSS y Cuba. La hegemonía política, en el sentido gramsciano, y en la interpretación de Noam Chomsky, viene a significar la legitimación de la conducción política. La conducción política sólo es posible bajo una democracia del consenso, no bajo el dominio autoritario del estadocracia.
La democracia no es posible bajo relaciones sociales de producción e intercambio regidas por el modo de producción capitalista. Si el dominio de la sociedad en el capitalismo se ejerce desde el estado de derecho burgués, la estadocracia impone un dominio absoluto de la sociedad por ser atributo del modo de producción establecido en la Unión Soviética.
El estado pasa a ejercer el dominio sobre la sociedad soportando su poder en el monopolio de las relaciones de propiedad sobre los factores de reproducción de la misma.
La ignorancia política muchas veces nos acompaña de manera permanente. Lo que determina el desarrollo es tener conciencia de ello. Pues de esa forma permanecemos abiertos al conocimiento del cual carecemos, no como seres humanos, sino de forma particular. En este sistema del entendimiento intelectual no hay cabida para la aplicación del sectarismo. Y esto es lo que marca la pauta en la batalla de ideas por el socialismo.
Lo que realmente define el carácter ideológico del sectarismo político es el análisis clasista cuando se está en funciones de poder. Existen intereses específicos, intereses económicos, materiales. Estos determinan las posiciones políticas, y los contenidos ideológicos. Es lo que ha demostrado el materialismo histórico. La vieja y trillada idea de la dictadura del proletariado, no es más que la derivación historio materialista, es la idea del sometimiento por la fuerza de las minorías desde el poder, que se apodera de los factores de producción. Esto causa una degeneración política de la idea revolucionaria. La enajenación del estado de derecho a manos del poder del estado. Bajo tales condiciones no se garantiza a las mayorías el acceso democrático a los derechos que detenta para sí la minoría gobernante. El estado de derecho entonces constituye una ficción.
Dando esto origen al dominio absoluto de las mayorías por el estado. En la práctica, por una burocracia que pasa a dominar el sistema socioeconómico; específicamente las relaciones sociales propias del modo de producción e intercambios establecidos.
Un estado de derecho y de justicia (Articulo 2 de la CRBV), implica la asunción democrática de un pacto social, la sociedad venezolana no puede quedar expuesta al surgimiento de grupos de poder que, que se constituyen en clases en el contexto del estado burgués, usurpando el poder económico que da la administración directa de los factores de producción. Convirtiéndose esta burocracia en una nueva clase social, debido a los intereses materialistas particulares que sólo pueden realizarse desde el poder. Es decir, desde el poder exclusivo. De ahí que el fenómeno no sea nominativo, sino objetivo.
El sectarismo político es la resultante de la reacción al poder antidemocrático. Su expresión suele darse solamente en el seno de los partido-únicos que, como partido al fin y al cabo, ha de luchar por la cohesión en sus filas. Pero creerse que la sociedad puede ser políticamente sectaria constituye un mal entendido cuando menos infantil. La sociedad venezolana siempre ha tenido el derecho optar por el pluralismo político, en aras de democratizar desde la institucionalidad la participación política determinante. Se trata de una participación que realmente pueda influir en las decisiones sobre la conformación de un sistema socioeconómico, con un estado como instancia de poder democrático afín.
En la transición hacia el socialismo, lo que en el fondo importa, es la conformación de un sistema de relaciones sociales de producción que defina, por objetivo, el autogobierno comunitario, y la autogestión empresarial como factores integradores de un nuevo modelo político.
La falacia de hablar de este modelo como reformismo económico destila no sólo deshonestidad intelectual, sino ante todo un inconmensurable grado de cinismo político.
La cuestión del culto a la personalidad, conlleva a La "degeneración burocrática" del estado cuya manifestación es epidérmica, pues envenena la vida diaria del ciudadano, fue muy bien resumida en la película la “Muerte de un Burócrata” y deviene en lo que Marx consideraba: "El peligro permanente de la usurpación gubernamental de la dominación de clase".
Los medios de comunicación oficiales como es de costumbre evaden posiciones críticas que movilicen la opinión pública. El pensamiento crítico intelectual no se puede callar ante la coacción o el pidiendo permiso para poder opinar. Los sindicatos partidistas oficiales no tienen voz propia.
¿Los ‘marxistas puros’ del PSUV, no son más que oportunistas que se esconden detrás de un “comunismo de corte estalinista”?
La real batalla de ideas en esta revolución bolivariana, que seria el debate ideológico a todos los niveles, no existe.
No se está demostrando preocupación real por los problemas de la realidad, y se inventan una realidad que solo existe en los medios de comunicación oficiales, lo que es decir en toda la prensa la radio y la tv. No obstante a esto, no se debe parar en cada puesto de revolucionario real, y combatir en la real batalla de ideas, denunciar, y hacer todo lo que se pueda contra estos neo burgueses... Cada uno en lo que el miedo y la posibilidad le permita
Hay un refrán muy popular que dice: “que nadie toque nada, yo solo puedo tocar”.
¿Desde cuando el sectarismo solo se ha ejercido desde el poder? No Llamar a la unidad para la elecciones del 26-S de los revolucionarios, al diálogo entre ellos, a eliminar las barreras sectarias que lo impiden, no es hacer el juego al inmovilismo, ya que no pretenden discutir nada, es des caracterizarlo. Hay tácticas buenas y tácticas malas. Los "revolucionarios" que pretenden hacer el socialismo con 4 necios y con un pensamiento único, nunca llegaran a nada.
Percasita11@yahoo.es