La ruta del pánico

Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres personas sufre en su vida algún tipo de padecimiento emocional. Los prejuicios sociales estigmatizan de tal forma a quienes cargan con este tipo de patología, que al respecto no se llevan estadísticas confiables, nadie habla de ello. El miedo a que nos etiqueten de "locos" obliga al que tiene una alteración nerviosa a callarse.
Pero resulta que, según la misma OMS, el 10 por ciento de la población mundial sufre de ansiedad/depresión, considerada un problema de salud pública.

El 17 por ciento de los norteamericanos la padecen. De Venezuela no se conocen datos, pero si hacemos una simple proyección numérica y nos atenemos al promedio mundial, tendríamos que en el país por lo menos dos millones y medio de personas podrían estar padeciendo silenciosamente una penalidad tan grave como cualquier enfermedad orgánica. Cuidado si más, visto el estado de estrés en que vivimos.

Desde enero pasado, la Pfizer dejó de producir "Tafil", el ansiolítico de uso más extendido por sus menores efectos secundarios. Al parecer, se les venció la licencia para elaborar el medicamento y no será sino hasta el año próximo cuando comiencen a fabricarlo de nuevo, si es que lo hacen. Lo cierto es que desde entonces, conseguir alguno de sus similares psicotrópicos o hasta el genérico "Alprazolam" es una misión imposible. Seguramente, por lo menos el diez por ciento de los lectores de este espacio sabe de qué le estamos hablando.

Quien por la razón que fuere (angustia, ansiedad, tristeza, depresión, trastorno de pánico, insomnio) necesite ese medicamento para calmar su sufrimiento, se encuentra con el vacío absoluto de respuestas vagas, que nunca ofrecen una salida. Que la Pfizer haya incumplido alguna de sus obligaciones y se le sancione por eso, vale.

Lo que no se explica es que no se le haya garantizado a tan vasto mercado, el sucedáneo que impida que semejante número de coterráneos viva el calvario que está padeciendo. Invitamos a los medios y a las autoridades a indagar en el submundo de las angustias humanas, para que se percaten del número de personas que está transitando el camino hacia el pánico.

Mlinar2004@yahoo.es


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Mariadela Linares


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