Construcción del proyecto Bolivariano en el ambiente pre-bélico

La unidad antiimperialista y la memoria colectiva (II)

El aprendizaje sobre cómo hacer del petróleo una herramienta política para prevenir y/o presionar contra las agresiones de la oligarquía y del imperialismo, sobre todo para impulsar el desarrollo de nuestra nación y de otras naciones del mundo, se debe al sabotaje petrolero: utilización de este recurso valioso por la oligarquía como herramienta política para derrocar a Chávez y el resto del Gobierno Bolivariano, al costo económico, político y social que fuese necesario.

La lucha por PDVSA:

¿Cómo se configuraron las fuerzas patriotas en ese momento?

Para febrero de aquel 2003 en PDVSA, ante el sabotaje petrolero la unión cívico-militar consiguió un nuevo soporte para la defensa de la soberanía: l@s trabajador@s petroler@s como actor político a favor de la revolución. Sin los primeros, l@s trabajador@s seguramente no hubiesen aguantado el largo período de presión y agotamiento, y sin estos últimos, la unión cívico-militar hubiese terminado en una acción eminente defensiva sin posibilidades de hacerse del manejo de la industria.

El papel de la clase obrera petrolera cuantitativamente pequeña en nuestro país, definió el rumbo del continente al asumir el rescate de la producción y la dirección de la industria. El nuevo modelo de gestión del que tanto se habla ahora tuvo como ejemplo claro aquella experiencia. La industria bajo control de las bases. Bases de trabajadoras no burocratizadas ni escuálidas, tampoco apáticas a la coyuntura política del momento. Estamos hablando trabajadores de las áreas medulares, en una relación bien particular: aproximadamente el 80 % de l@s trabajador@s de las nóminas mayor y ejecutiva (empleados) abandonaron sus puestos de trabajo, mientras el 80 % de la nómina contractual (obreros) se mantuvieron al frente.

La lucha de clases cobró toda su crudeza entre los que defendían el producto de su trabajo a favor del pueblo venezolano y la soberanía nacional, contra los que regalaron nuestra riqueza por décadas, privatizaban la industria por pedazos, y entregaban nuestra soberanía… todo esto a favor de los intereses más mezquinos de las clases dominantes gringas; en el medio tomaron su tajada la oligarquía criolla, como pago por cumplir su papel: ser vende patrias.

Si bien l@s trabajador@s petroler@s rescataron la industria junto con militares y comunidades organizadas, lo que después vino fue cercano a la metáfora del maratonista. Obedeció a múltiples razones[1], pero el sendero quedó marcado y permitió los avances que hasta ahora hemos visto y debemos recordar, los cuales mejoraron la calidad de vida y brindaron mayor bienestar a la sociedad venezolana.

Repercusiones para hoy

Imponiéndose las fuerzas patriotas sobre las pro-imperialistas, se determinó el ejercicio de la política Plena Soberanía Petrolera concretada a través de: la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco, control Estatal total o mayoría accionaria sobre gran parte de los medios de producción vinculados a actividades inherentes o conexas al negocio petrolero, mayor captación de la renta petrolera a favor del tesoro nacional, compromiso directo de la industria petrolera en proyectos de obras e inversiones bajo el concepto del desarrollo endógeno de la nación, nueva agenda exterior multipolar basadas en nuevas alianzas y acuerdos de cooperación sur-sur que enarbolan como premisas: el respeto de la soberanía para dilucidar diferencias contractuales, la transferencia tecnológica y el intercambio de petróleo por diversos productos y servicios de beneficio para el pueblo, entre otras.

El efecto de la derrota del sabotaje, el control de PDVSA influyó en la conciencia de trabajadores, trabajadoras y pueblo en general. Vale destacar:

l        Multiplicación de experiencias de control obrero y profundización en las experiencias de co-gestión entre gobierno y trabajadores.

l        Redistribución palpable de la riqueza petrolera a través de la conformación de los Consejos Comunales y constitución de las Misiones Bolivarianas y la subsecuente incorporaciones de millones de hombres y mujeres de los sectores populares participando activamente en la gestión pública de esta nueva política de Estado.

l        Desempeño de PDVSA como organización capaz de incidir en todos los espacios de la vida pública, bajo una concepción concretamente nacionalista y anti-privatizadora (lo opuesto a lo que ocurrió en el siglo de explotación petrolera bajo la regencia yanki).

Un breve balance del estado de las fuerzas del pueblo

Se debe reconocer que no solo la situación internacional, sino el ambiente nacional son delicados para el sostenimiento de la Revolución Bolivariana. El clímax de agitación y definición política en la población alcanzado en esas épocas, no tiene comparación con el ahora. Ha disminuido el nivel de participación y movilización popular y en las estructuras burocráticas del gobierno se evidencian limitaciones respecto al planteo de una gestión revolucionaria con visión socialista.

Para l@s trabajador@s petroler@s se traza un gran reto, volverse a colocar en la vanguardia de una contraofensiva nacional con impacto mundial contra la agresión imperial que tiene como objetivos a la vista Venezuela, Irán y Corea del Norte. Esto no niega que otras naciones puedan ser víctimas como daño colateral de la estrategia gringa de una guerra mundial.

No ha sido casual que las empresas mediáticas nacionales y transnacionales sigan siendo el ariete, que busque fracturar la unidad del chavismo y sembrar o profundizar la desesperanza en las grandes mayorías.

Tampoco debe ser casual que en lo particular hayan enfocado tanto sus baterías propagandísticas hacia el caso de PDVAL[2], relacionarlo con MERCAL, y con cualquier problema de supuesto acaparamiento que no sea expuesto por el gobierno. El  objetivo del enemigo no solo era descalificar la gestión en materia alimentaria, su meta mayor ha sido:

  • Colocar en duda la gestión del sector público de los medios de producción bajo las metas del modelo socialista.
  • Generar la desmovilización y el descreimiento en l@s trabajador@s petroler@s respecto a sus autoridades y a los alcances que ha conquistado esta nueva política energética para así romper el nivel relación y cohesión a lo interno de las instituciones vinculadas a PDVSA.
  • Anular el potencial papel que este sector de la clase obrera puede cumplir para echar al traste con cualquier conjura contra la República, y así mantenedría el avance que las condiciones exijan para profundizar la Revolución Bolivariana.
El escenario de guerra no solo está declarado, desde hace rato se ha mantenido en acción permanente los actos de provocación y agresión contra el gobierno y el pueblo, lo que califica el momento ahora es que todas las formas de agresión podrían ejecutarse en un periodo corto, con mayor énfasis en lo militar.

Una propuesta para el ¿Que hacer?

La mejor defensa para el proceso Bolivariano es el contraataque, ha sentenciado Fidel Castro. En este sentido no puede haber motivos para neutralizar conservadoramente las amenazas expuestas. Lo que no implica operar con las mismas herramientas del enemigo.

De tan diversos ejes de interés, se proponen al debate algunos en los que el pueblo, en particular los militantes del partido debemos abordar para asumir la tarea en la coyuntura pre-bélica que amenaza nuestra región, en particular, nuestro territorio:

Partir por analizar y asumir la referencia programática que tienen:
1.        La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (C.R.B.V.), con énfasis en la materia de soberanía y Seguridad de la Nación
2.        Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (L.O.S.N.), con énfasis en las disposiciones Generales
3.        El Libro Rojo (L.R.), y sus referencias a la soberanía y seguridad nacional principalmente.

En este sentido se debe visualizar los tres grandes referentes que permitan evaluar el avance de nuestras fuerzas:
1.        La agitación: Tendría una característica basada en discursos y concentraciones dirigidos al animo de combate o despertar de la conciencia sobre el riesgo que refleja el Gobierno colombiano hacia Venezuela y cosechar el sentido patriótico que consiguió total significado para el pueblo en los distintos procesos de confrontación dentro de la revolución.
2.        La movilización: en este escenario: se refiere a la “transición de una situación ordinaria a otra extraordinaria” [3].Debe tener tres grandes ramas que deben interconectarse en ciertos momentos:

l        La Militar: “El Presidente o Presidenta de la República es la máxima autoridad político-administrativa que dirige la movilización” y la FAN actuará bajo esta medida cuando el Presidente lo decida sin necesidad del estado de excepción[4].

l        La Civil: Bajo decreto de Estado de Excepción el Presidente ordenará la movilización “en cualquiera de los ámbitos que establece la Constitución y las leyes respectivas, en todo o en parte del territorio”[5].

l        La Política: Generación de iniciativas que quiebren con la cotidianidad, concentren y movilicen a militantes y pueblo en general en espacios de referencia en los centros urbanos, con el fin de demostrar disposición para las acciones a tomar en el futuro.
3.        Organización Revolucionaria: Se busca dirigir el proceso que ha despertado la moral y que ha irradiado a cada vez más ciudadanos el sentido de patriotismo, hacia el desarrollo necesario de formas organizativas coherentes a el escenario político-militar:

“El PSUV, como su vanguardia conscientemente organizada, define en cada momento concreto cuáles son las polí­ticas, tácticas y estrategias a desarrollar, y cuáles las formas de lucha y de organización más pertinentes, así como cuáles son las tareas centrales y los métodos y estilos de trabajo y de dirección correctos para lograr una acumulación y correlación de fuerzas superior al enemigo...”[6]

“La seguridad de la Nación... es la condición, estado o situación que garantiza el goce y ejercicio de los derechos y garantías en los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar, de los principios y valores constitucionales por la población, las instituciones y cada una de las personas que conforman el Estado y la sociedad, con proyección generacional, dentro de un sistema democrático, participativo y protagónico, libre de amenazas a su sobrevivencia, su soberanía y a la integridad de su territorio y demás espacios geográficos.” [7](subrayado propio).

En el marco de estos referentes, acciones concretas cobraran más fuerza bajo la direccionalidad de las normas antes señaladas.

l        En el debate de ideas sobre la defensa de la revolución, se debe hacer hincapié en despertar esa memoria colectiva sobre los hechos trascendentales que esta generación ha construido de forma participativa y protagónica, sin obviar los 500 años de resistencia del pueblo venezolano. Se recomienda el artículo en la web: Construcción del Proyecto Bolivariano en 5 tiempos. Parte IV.

l        En cuanto a la unidad como un gran frente antiimperialista, se debe tener en cuenta:

1. La calidad de la gestión de gobierno en lo local y lo nacional tendrá fuerte incidencia en el proceso acumulativo de fuerzas. Por lo tanto todo el apoyo y la cooperación y corresponsabilidad para  inyectar mayor eficiencia en el desarrollo de los proyectos y obras de la revolución.

2. La claridad del mensaje para establecer relación directa entre la agresión extranjera de nuestra soberanía y el papel que vienen cumpliendo los voceros de la “oposición”, sobre todo proyectando su papel en un espacio de poder político como lo es la Asamblea Nacional.

3. La coherencia para tratar un tema que si bien de forma convencional no se ha estado preparado como país, sin embargo el pueblo ha soportado e inclusive vencido actos de agresión utilizados por la oligarquía para acorralar al pueblo y al gobierno. Es importante asumir el tema con la seriedad y responsabilidad de lo que implica, son riesgos en los que debe haber preparación para tener respuestas condicionadas al caso. No por  tener discursos panfletarios sobre nuestras capacidades o se sobredimensionen las debilidades o amenazas, se lograría el efecto deseado.

4. El colocar el petróleo como herramienta política decisiva en manos de la revolución, exigirá de l@s trabajador@s de la industria petrolera mayores niveles de organización. Es ahí donde ha recaído y seguirán presionando para evitar que su potencial recomponga las fuerzas revolucionarias que profundicen el proceso, Un papel de mayor participación y protagonismo de las bases petroleras en la gestión de la industria en situación de contingencia preventiva, de guerra y/o posterior a ella, colocaría a prueba las tendencias reformistas que dirigen la revolución,

En la lucha contra el imperialismo neutralizar su ataque es demostrar una fuerza política y moral que, expresándose en el terreno que sea necesario, no pueda ser barrida por las balas y las bombas. En esa fuerza residiría la raíz de la hegemonía cultural que requiere este Proyecto Bolivariano.

En defensa de la Revolución y la patria, hay una frase recogida en el Libro Rojo que es parece pertinente en esa dirección: “La lucha por la consolidación de la Democracia Bolivariana es inseparable de la lucha antiimperialista y por la construcción del socialismo.”


Militante del PSUV

Trabajador Petrolero



[1]           Ver título: ¿Todo lo que sube, tiene que bajar? en la Parte I
 
[2] Se ha llegado al punto de que el canciller colombiano Hoyos, mientras comenzaba por la denuncia de los supuestos campos guerrilleros ante la asamblea extraordinaria de la OEA, estableció una inexplicable relación con el tema de la “comida podrida” de PDVAL.
[3] Ver L.O.S.N.
[4] Ver L.O.S.N.
[5] Ver L.O.S.N.
[6] Ver L.R.
[7] Ver L.O.S.N.


cilibertoo@pdvsa.com



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Olaf A. Ciliberto G.


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