“Una conspiración material queda terminada en el momento en que se detiene la mano que oprime el puñal; una conspiración moral no tiene término.”
Napoleón.
Las recientes declaraciones del Juez de la Audiencia Nacional Española, Eloy Velasco, referidas a la supuesta cooperación gubernamental venezolana prestada a miembros de ETA, con el fin de facilitar el adiestramiento que éstos brindarían a combatientes de las FARC, para atentar en España contra personalidades, entre las que se cuentan el actual presidente colombiano Álvaro Uribe, se inscribe en un nuevo capitulo de la ofensiva que a escala planetaria, se ha desatado contra la Revolución Bolivariana y de manera particular, contra el Presidente Hugo Chávez. La ópera bufa correspondiente a este período comenzó semanas atrás en Cancún, México, cuando en un arrebato de ira, casi echando espuma por la boca, el Presidente neogranadino, le espetó a voz en cuello al Comandante Chávez “…sea un varón…”, mientras lo acusaba de mantener bloqueada a Colombia. Por supuesto ello motivó una respuesta “…¡de vete al carajo!...” por parte de Chávez, quien de manera meridiana junto a Evo Morales, visualizó y denunció la estratagema deliberadamente dirigida a sabotear el parto de una organización de países de América y el Caribe, sin la participación de los amos de Uribe. A los pocos días, un nuevo informe de la inefable Corte Interamericana de Derechos Humanos, señalaba las constantes “violaciones y amenazas a los derechos de prensa y libertad de expresión por parte de nuestro gobierno”, mientras todos los medios de comunicación nacionales e internacionales le hacían coro, repitiendo como loros los señalamientos contra el réeeeegimen.
Otro tanto hizo el Departamento de Estado de los Estados Unidos – el jefe de la gavilla – cuando a prácticamente horas de haberse conocido el informe de la CIDH, lanzó otro dardo envenenado en su informe anual antidrogas señalando que “agentes venezolanos asisten a las guerrillas…” y que “…el Presidente Chávez no cooperó consistentemente con Estados Unidos y otros países para reducir el flujo de cocaína a través de Venezuela…”.
Henos aquí entonces, prácticamente a las puertas del Juzgado, a propósito de un señalamiento harto irresponsable del juez de marras, quien para prender su ventilador y esparcir excremento sobre nuestro gobierno solo se limitó a señalar que “…en 2007 dos activistas de ETA impartieron un curso sobre manejo de explosivos a las FARC en algún punto de Venezuela al que accedieron con un escolta militar venezolana…”. Toda un joya del género novela tragicómica.
Ignoran quienes nos atacan, que hemos sido nosotros los venezolanos las principales víctimas de ese incómodo hermano que es Colombia – un hermano como lo fue Caín de Abel, paro hermano al fin – cuando por las apetencias territoriales de nuestros vecinos hemos perdido aproximadamente 400 mil kilómetros cuadrados de territorio desde 1.830 hasta la fecha, lo que se suma a miles de vehículos de nuestros nacionales que robados aquí en Venezuela, circulan libremente por las calles de Colombia, sin que haya sido posible que nos los devuelvan por la vía diplomática – ni por ninguna otra – al igual que un centenar de avionetas. Ignoran que somos nosotros las víctimas de un contrabando de extracción que a diario se lleva de nuestro país toneladas de alimentos, millones de litros de gasolina, aceites y derivados del petróleo, así como productores agropecuarios quienes al negarse a pagar vacuna, terminan siendo llevados a territorio colombiano, sin que el gobierno de Uribe mueva un dedo para impedirlo.
Ignoran quienes nos atacan, y digo ignoran con toda la ironía posible, porque obviamente no ignoran nada, que la relación de los miembros de ETA respecto a Venezuela, no comenzó con Hugo Chávez, no señor. Comenzó con Carlos Andrés Pérez, quien durante su segundo gobierno y a instancias de su socio socialdemócrata Felipe González, a la sazón Jefe del Gobierno Español para esa época, accedió a darle asilo político a unos etarras que luego se instalaron por los lados del Hatillo, aquí en Caracas, no para impartir cursos de explosivos a nadie, sino para instalar tal y como hacen el 90% de los españoles que por aquí viven hace décadas, unas Tascas memorables donde se puede disfrutar de lo mejor comida Vasca y beber cerveza, vino o lo que a usted se le antoje.
Ignoran, allá en la CIDH, que es Venezuela el país que más ha avanzado en la consecución de las denominadas metas el milenio, democratizando el acceso al agua potable y a las redes de disposición de aguas servidas a su población, erradicando el analfabetismo e incrementando el acceso a la educación superior, entre otras cosas. Ignoran ahora como lo hicieron el 11 de abril de 2002, que fue aquí en Venezuela que los empresarios junto a los medios de comunicación y una parte de la Fuerza Armada, con apoyo de estupilandia USA, secuestraron a un Presidente democráticamente electo y le negaron a todo un pueblo, mientras lo masacraban en las calles, el derecho a la información y a la libertad de expresión, cerrando los medios de comunicación oficiales – VTV, Vive y Catia TV, entre otros – mientras transmitían comiquitas por sus canales privados. Hablando de Derechos Humanos, estos señores se olvidan de los Humanos que aquí no tenían ningún Derecho y que la Revolución Bolivariana ha reivindicado.
Ignoran quienes desde el Departamento de Estado nos atacan, que el mismo día que nos señalaban como colaboradores del narcotráfico internacional, la Organización de Naciones Unidas (ONU), certificaba como el primer país consumidor de cocaína del mundo, precisamente a los Estados Unidos de Norteamérica, donde además se produce la mayor cantidad de marihuana del planeta, que en su variante transgénica denominada Súper Marihuana, constituye hoy por hoy la primera actividad agrícola de ese país.
Ignoran que no ignoramos por dónde vienen. Ignoran que estamos claros, que ya no somos pendejos y que los estamos esperando en la bajadita.
rubenvillafa@hotmail.es
