Como sindicato revolucionario, Sirtra Salud Dtto Capital, hemos venido planteando desde hace tiempo, la pertinencia del ejercicio de la rectoría en salud por parte del estado. En virtud del descalabro y fraccionamiento que trajo consigo la descentralización. Estamos convencidos que la rectoría debe ejercerla un ente como el Ministerio del Poder Popular para la Salud, ahora bien entendemos, que el mismo debe transformarse radicalmente, tanto en lo estructural como en su conceptualizacion, ya que en la situación en que se encuentra actualmente no es capaz de garantizar ni la rectoría, ni mucho menos la construcción de un Sistema Socialista de Salud, como el que requerimos.
Nos parece positivo, independientemente de algunas fallas, la promulgación de los decretos para la Creación del Sistema de Salud (5836) y mas recientemente el decreto presidencial (6201) donde se transfiere la estructura de salud de la Alcaldía Metropolitana al Ministerio del Poder Popular para la Salud.
Sin embargo hemos visto con mucha preocupación la manera precipitada y desatinada, como se ha venido implementando la llamada”transferencia”. Lo primero que debemos señalar al respecto, es la ausencia de lógica institucional en los procedimientos y en la conformación de los equipos de transferencia. Para muestra un botón, el ente que recibe toda la estructura transferida, es decir, el Ministerio del Poder Popular para la Salud, no es quien preside la comisión encargada de revisar todo este proceso (comisión de transferencia), como era de esperarse. Si no la Alcaldía Metropolitana a través del Dr. Carlos Ocanto, representante del Alcalde Barreto, institución esta que aparece “pagándose y dándose el vuelto”, ósea es quien entrega y quien recibe a la vez. ¿Entonces de que transferencia hablamos? ¿Cual es el papel del Ministerio del Poder Popular para la Salud? ¿Cuál será la verdadera intención de todo esto?.
Otro aspecto significativo es que la inexplicable preponderancia de la Alcaldía Metropolitana en la transferencia, la ha llevado asumir la designación de un conjunto de funcionarios, severamente cuestionados por su desempeño en algunos cargos y por su condición política, abiertamente de oposición. Es verdaderamente inaudito, como funcionarios conocidos por su incompetencia, por estar involucrados en irregularidades y por tener su parcialidad política a favor de la oposición, se les premia, utilizando la llamada “trasferencia”, no es posible que la estructura de salud Metropolitana antigua Secretaria de Salud, se este llenando otra vez de Adecos y de oposicionistas, ahora en cargos gerenciales ¿que responsabilidad tienen en esto el Alcalde Barreto, José Corales, Gerardo Estévez y el Ministerio del Poder Popular para la Salud?.
Ponemos como ejemplo de esto, las recientes designaciones del Dr. Willians Freites, en la Dirección de Salud Ambiental Metropolitana, el mismo fue responsable del incremento de los índices de dengue, pasitosis intestinal y mal de chagas en Caracas (cualquier duda al respecto revisar las estadísticas de su gestión pasada). Así mismo la Sra. Cecilia Villaroel, ficha de AD, nombrada “contra viento y marea” por el Dr. Carlos Ocanto, coordinadora de nominas de la Dirección de Recursos Humanos, involucrada en hechos irregulares como el traslado de ascensos para favorecer a funcionarios de su preferencia, al igual que Oleg Núñez quien ha sido designado como sub. Director de Recursos Humanos de la Coordinación Metropolitana de Salud, ambos firmaron contra el presidente. Pero lo mas tragicómico de todo, es que algunos miembros que representan a la Alcaldía Metropolitana en la Comisión de Transferencia, no solo firmaron en contra del presidente si no que tiene una abierta complicidad con los sindicatos de oposición, favoreciendo a estos de manera descarada, tal es el caso del Sr. José Corales, actual Director de Recursos Humanos de la Alcaldía Metropolitana.
Hemos creído desde siempre en la rectoría del estado en materia de salud, igualmente en la construcción de un Sistema Publico de Salud de carácter socialista, pero este proceso de “transferencia”, no apunta en ninguna de estas dos direcciones, incluso entre los trabajadores, testigos de excepción de estos acontecimientos, ya les asalta la suspicacia, de un pretexto para “raspar la olla”.
Nosotros revolucionarios, lo que nos obliga a ser profundamente críticos, seguiremos empeñados en la transformación de la institucionalidad burguesa en la salud, sin ser alcahuetas o estoicos, comprometidos como lo estamos por autentica convicción con el socialismo.
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