Durante 40 años de mi vida trabajé como servidor público. Estos relatos no me los contó nadie, ni los leí en alguna parte, fueron mis vivencias. Lo que vi en cientos de servidores públicos, como yo.
El servidor público es un trabajador totalmente desmoralizado, por varias razones:
-Su salario miserable, que lo empuja a la tentación de hacer favores que terminan en cosas indecorosas. Siempre está ¨haciendo un hueco para tapar otro hueco¨ por qué su salario no cubre sus necesidades familiares. La caja de ahorros es su paño de lágrimas, cuando la tienen, sino caen irremediablemente en manos de un agiotista hasta que reciban un bono, sus vacaciones o su aguinaldo.
-El poco reconocimiento a su desempeño. Conocí cientos de compañeros que esperaron décadas para su reclasificación, para su inclusión en la nómina fija y salir de esa ilegal y desesperante condición de ¨contratados¨, para que se les reconociera su prima de profesionalización y se les ubicara en un puesto acorde con su preparación. Hay infinidades de obreros graduados en la Misión Sucre que siguen de obreros, barriendo, manejando o de vigilante, ganando salario mínimo, frente a la indiferente y poca solidaridad de sus jefes ¨revolucionarios¨.
-El trato desigual en las instituciones de gobierno. Hay servidores públicos que hacen lo mismo en diferentes instituciones del estado, pero tienen salarios diferentes, a veces con grandes diferencias que los discrimina y los desmoraliza.
-No hay estímulos como seres humanos con derechos, en cuanto a la recreación, al estudio, a la salud, a la estabilidad familiar, a la vivienda, a la alimentación. Cuando un empleado público cae enfermo tiene que endeudarse por qué su prima de seguro es muy baja, si la tiene. También su ticket de alimentación es insuficiente y diferente de institución a institución.
- Hay muchas instituciones del estado que no pagan sus cotizaciones al seguro social y dejan a los indefensos servidores públicos sin el derecho a una pensión de vejez digna. Lo digo, por experiencia propia. La mayoría de los Maestros y profesores a veces esperan más de 6 años por su jubilación y el pago de las prestaciones sociales correspondientes, violando la legislación laboral.
Sin embargo, Dios aprieta, pero no ahorca. El pasado 24 de mayo, se hizo justicia por fin. La Federación de empleados públicos fue recibida, por primera vez en 54 años de democracia, en Miraflores y presentó a consideración de nuestro Presidente Obrero Nicolás Maduro dos proyectos justicieros: La primera contratación colectiva socialista de los servidores públicos, que reivindica a más de 2 Millones de trabajadores públicos con una visión integral del salario y una respuesta justa y oportuna a su problemática laboral y la petición constitucional de promulgar un nuevo Estatuto de la Función Pública que, de ahora en adelante, se llamará el ¨Estatuto de los Servidores de la Patria¨ este instrumento jurídico esperamos que ponga las cosas en su lugar y acabe con la odiosa discriminación del servidor público. Que lo dignifique definitivamente. El Presidente ordenó en el acto constituir las comisiones del estado para conocer y aprobar sendas peticiones en un tiempo perentorio de 60 días. Los trabajadores presentes corearon: Así, así, así, así es que se gobierna. En mi interior, recé en silencio: Gracias Dios mío y vi a mi Comandante sonriendo.
Esta acción del gobierno fortaleció mi fe y mi esperanza de que si hay un futuro de justicia para todos, especialmente para aquellos que todos los días, sin esperar nada a cambio, con renovado espíritu revolucionario y de servicio, atendemos al pueblo con una sonrisa en los labios: Los servidores de la Patria.
¡QUE VIVA NUESTRO PRESIDENTE OBRERO NICOLAS MADURO! ¡CHAVEZ VIVE!
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