Barack Obama dijo ayer que EE.UU. mantendrá una "diplomacia enérgica" con la comunidad internacional.
Afirmó que se procurará una "rendición total de cuentas de la relación que mantiene el gobierno de Hugo Chávez con las FARC", la cual, dijo, "ha sido muy perjudicial para la región".
Insistió en que Chávez "representa a un gobierno antidemocrático que ofrece las mismas falsas promesas ideológicas que fracasaron en el pasado".
Aseguró que respaldará el derecho de Colombia de atacar a grupos terroristas aún si estos se refugian en países vecinos como Ecuador o Venezuela.
Agregó que su gobierno buscará se aclare cualquier apoyo a las FARC que provenga de gobiernos vecinos para los que, dijo, "debe llegar la condena y el aislamiento internacional. Incluso, de ser necesario, algunas fuertes sanciones".
Obama dijo que continuará apoyando la lucha contra las drogas a través del Plan Colombia y los esfuerzos del Gobierno colombiano por acabar con el paramilitarismo. Respecto al Plan Colombia, sugirió que se "actualizaría" para que refleje los retos a medida que éstos evolucionan.
Estas declaraciones de Obama, potencial nominado presidencial del Partido Demócrata, fueron parte de un discurso sobre América Latina que pronunció ayer en Miami.
Si algún lector logra discernir en estas lamentables declaraciones alguna diferencia entre el discurso de Obama y el de Bush, felicitaciones, se ha ganado un viaje a Houston.
El elocuente senador de color y aspirante a la Casa Blanca definitivamente no hace honor a su lema de campaña: "Cambio".
Por lo visto, el verdadero cambio vendrá del mundo progresista, ¡¡JAMÁS DEL IMPERIO!!
Tal como sólo puede ser...
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