Los estornudos de Colombia

El virus anda suelto y ya son muchos los contagiados que comienzan a estornudar, por ello hay que tener mucho cuidado y estar en alerta roja con ese tipo de reuniones donde abundan los abrazos y los besos apasionados, porque pueden dañar la salud de las democracias y deteriorar las relaciones entre los Estados

En esta reflexión de hoy quiero referirme a la situación creada por la mala conducta asumida por Colombia al darle carta abierta a la voz del fascismo y a los representantes del mismo, asesinos confesos que ordenaron e incitaron a acabar con la vida de varios venezolanos y venezolanas, incluyendo niños y niñas. Los malvados fascistas sembraron la muerte.

Y no es que Colombia tenga un cuerpo enfermo, al contrario, está enferma desde hace más de 50 años, con secuelas severas que alteran su paz espiritual. En su organismo institucional conviven una serie de virus mutantes que han ido conformando una cepa de enfermedades que transpiran por los poros de la piel. De allí que no es de extrañar ese nuevo brote, donde los estornudos de Colombia son la señal que algo anda mal.

El recibimiento que hicieron al portador del virus del fascismo pudiera interpretarse que desde allá se prepara “algo”, que bien pudiera ser un ataque directo o indirecto con apoyo del imperio maldito, para alterar la paz de la patria y desequilibrar el sistema político; o bien una conspiración para asesinar al Presidente de la República o a algún líder del equipo de la revolución, tal como ya lo ha alertado nuestro Presidente Legítimo, Nicolás Maduro Moros.

Hay que estar pendiente de eso, porque tal como ya lo dije hace muchos años atrás: “hablar de Colombia, es hablar de violencia”. También dije más reciente que “no era santo de mi devoción”, refiriéndome por supuesto, al actual mandatario del país neogranadino.

De verdad, no puede ser que cada vez que a Colombia le den ganas de estornudar, nosotros tengamos que salir salpicados; ni tampoco permitir la mala conducta de sus gobernantes. Recordemos toda la tensión vivida durante el gobierno de Uribe Vélez, con relaciones siempre tensas, caracterizadas por la latente amenaza paramilitar, que estuvo a punto de coronar el magnicidio en nuestro país. Esas son cuestiones que no hay que olvidar y colocarlas resaltadas en los puntos de la alerta roja.

Cuando el fascismo se junta, cuando se encuentra con sus pares en las fronteras de los virus mutantes, se producen estornudos de esa naturaleza que alteran el cuerpo de las relaciones y el ambiente se pone tenso y donde cualquier cosa puede ocurrir, fundamentalmente si se han planificado acciones violentas por parte de los virus mutantes.

Mientras el fascismo anda por allí, conspirando, desestabilizando y con ganar de matar el alma de la patria, la revolución anda en la calle, haciendo gobierno, construyendo el poder popular y sembrando la voz y el pensamiento del Comandante Eterno en cada pueblo y cada rincón del territorio nacional. Y hablando de cada rincón de la patria, quiero agradecer la amabilidad y trato a toda esa gente de Guarenas, quienes me atendieron muy bien en mi paso relámpago por allá. La promesa es que volveré para seguir dialogando sobre socialismo.


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Eduardo Marapacuto


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