Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde

90 años se leen fácil, pero al transcurrir del tiempo y el espacio, se nota la distancia para aquellos seres humanos que la vida les da ese honor. Cuantos meses, semanas, días, horas, minutos y segundos; tienen que pasar y atravesar, por el fácil o duro camino de la vida y la naturaleza.

Del 1908 al 1998 fue el recorrido de la oligarquía capitalista, apoyada por el imperio yanqui, en el aprovechamiento de los recursos naturales de la nación, cómo del fuerte capital de trabajo que tiene el país. Esto no quiere decir que antes no existiera esa oligarquía burguesa, retrocediendo hacia el pasado, de 1898 hasta los primeros años de la colonia (después del 1500) hubo el poder de la oligarquía, del terrateniente, del militar de rango que pensaba más en su título, sus estrellas y su posición social, que los intereses del país. Solo el general Zamora (1845 1860 - 10 /1 / - +- Tubo ideas de pueblo, se guió por las actuaciones de nuestro Libertador <> Luego el general Cipriano Castro (el cabito) como lo llamaban la burguesía de aquel entonces. Él, el G. Cipriano, en sus 9 años de gobierno (1898 - 1908) trato de romper el esquema de esas oligarquías burguesas.

Esta gente guiándose por su estado de consanguinidad, sustubierón en su ámbito social, que éllos, eran los dueños del país, nadie los bajaría de ese trono, y si por casualidad fuerzas extrañas los pertubaban, contaban con un socio rapaz igual que éllos (EE. UU.) Para que los mantubiera en el poder (no importaba entregarles la casa, sólo que los dejaran vivir adentro).

Al llegar el 2 de Febrero de 1999 A estos ciudadanos se les empezaron a caer toda clase de prebendas. Ya no iban haber más privilegios y aunque tenían la la fuerza del monstruo yanqui, por estar tan ocopados en sus andanzas; se olvidaron de leer la Biblia: el pasaje de David y Goliat. O sea, un pueblo dormido despertó y derrumbo ese muro de humillación.

Y se preguntaran, ¿cual es el punto? El punto es: que esta clase oligárquica y burguesa. No sabia lo que tenia, hasta que lo perdieron. Por eso andan como león ambriento, cuando un gato montés le quita la presa. Están furioso y, esta furia, los hace peligrosos, traicioneros, mentirosos, chantajistas, difamadores, ciegos y sordos.

Ahora gente de esta revolución, y, si se dice "Gente de está revolución" Es porque aquí cabemos todos. Por que somos venezolanos, no somos iguales a éllos, oligarcas-burgueses que sólo pensaban en sus grupos. Ahora no, sólo hay que cumplir con las leyes establecidas. Pero lo que se quiere sobre nosotros los revolucionarios, es que no nos pase lo mismo "que no sabríamos lo que tenemos, hasta que no lo perdamos" cuidado, mucho cuidado, hay que estar ojo avisor y defender está revolución: si el caso se da, hasta con nuestras propias vidas.

leoher98@gmail.com


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Leopoldo Hernández


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