¡Que el pueblo gringo le meta el hombro Dios mío!
El Pueblo norteamericano y los más de 40 millones de residentes extranjeros alienados por la desinformación continua, castrados o re-direccionados sus pensamientos hacia la nada con toda suerte de sueños imposibles; con los cerebros de sus jóvenes productivos dañados por el alto y medicado consumo de drogas para su total e infantil control, debe meter el hombro y empujar.
Ese Pueblo Norteamericano que hasta hace poco hacía creer al Mundo que eran los gringos afortunados y veíamos sus turistas por el Planeta con sus lentes oscuros y vestidos andrajosos dizque para pasar de bajo perfil pero que eran gringos. Gringos pobres y de clase media que visitaban los países “tercermundistas” con sus sobacos hediondos y que muchos sólo venían a cargar sus zapatos y sus buches con cocaína. Esos gringos que estuvieron engañados y auto-engañados por el científico engaño a que han sido sometidos de la manera más sinvergüenza, hoy quieren liberarse con unos pocos indignados cansados y maltratados por más de doscientos años. Esos gringos y residentes de esa Norteamérica cruel para el Mundo y para sus habitantes, ya quieren ver la realidad de lo que sucede con sus tristes vidas.
Nosotros, los que observamos y tenemos la oportunidad de saber a ciencia ciertísima lo que sucede con el norteamericano común y su clase media desclasada hoy, tenemos la esperanza de ver la Revolución de los gringos. Ese triste Pueblo que las religiones de subterfugio los mantiene con la esperanza en un cielo literal pero que viven el infierno del capital, parece que despiertan a la realidad.
Ese Pueblo gringo de todas las razas que hoy buscan la manera de limpiar sus narices de la cocaína que les proporciona su gobierno para joderlos desde hace treinta años; ese Pueblo estadounidense que los hombres y mujeres del Mundo los queremos aunque son cómplices inconscientes para asesinar y subyugar a otros pueblos sin saberlo; esos gringos blancos, negros, asiáticos y latinos, que buscan como sanar las heridas de sus brazos provocadas por las agujas cargadas de heroína que les facilita su gobierno para degradarlos.
Ese Pueblo de la Norteamérica que engaña y humilla al Mundo desde hace doscientos años y que la marihuana que le castra sus neuronas y los entretiene en ese sueño americano que les mantiene en su traba eterna, se rebela poco a poco, con retardo, pero se rebela.
Ese gran Pueblo norteamericano que sus jóvenes desde hace cuatro generaciones vienen siendo drogados y alcoholizados para que cometan toda suerte de desmanes y puedan ser la reclutada carne de cañón que el imperio viste de marines para que asesinen en lejanas tierras y sean asesinados; o más doloroso aún, para que sean odiados por más del 90% de la población mundial. Una población mundial que sufre los atropellos de esos oficiales y soldados norteamericanos salvajemente usados y luego desechados.
Cae el imperio que somete al omiso pueblo norteamericano y la gran mayoría de ese hombre y mujer de los Estados Hundidos lo ignora. Y lo ignora lastimosamente por la científica alienación de la que viene siendo sometido.
Que el Pueblo de Norteamérica demande jurídicamente a su gobierno por haber sometido a sus jóvenes a ser drogadictos por más de sesenta años es válido y es hacer revolución. Que el Pueblo norteamericano proteste en las calles contra su elite gobernante por dejarlos sin viviendas es hacer revolución. Que el gringo Pueblo reclame en las calles por el abandono a sus suerte de los once millones de indigentes en sus ciudades, es hacer revolución. Es seria, desesperada y dramática, las distintas situaciones sociales y económicas del Pueblo Pueblo norteamericano.
Cae el gobierno de los Estados Hundidos, el imperio, el salvaje capitalismo norteamericano, el tío Sam, pero cae y como debe caer, ahora que su pueblo meta el hombro y lo empuje a la quinta paila. Si te revolucionas como se revolucionan los pueblos del Mundo y el Planeta entero Pueblo gringo, el Mundo se convierte en feliz. Es el pensamiento del capitalismo lo que tiene toda la sociedad mundial en la sin salida. Sólo un empujoncito y lo desmadramos. ¡Cuánto te agradeceríamos los pueblos del Mundo gringo Pueblo!
*Periodista, escritor, poeta
nandopico@yahoo.com
