De satélites

La pasada centuria se ganó con creces la denominación de "siglo de las comunicaciones". Se desarrollaron innovaciones que asombraron al mundo y permitieron no sólo el avance de la humanidad sino la impronta del dominio de unos contextos sobre otros. En todo caso, la revolución científico tecnológica e informacional impulsó con creces la conexión en redes, cuya máxima expresión es Internet.

A mediados de aquel siglo la tecnología satelital comenzó a orbitar sobre la Tierra, como expresión del avance de las naciones que liderizaban la geopolítica mundial en los dos grandes bloques de poder. Las naciones tercermundistas, estigmatizadas por su subdesarrollo, estaban a la zaga de estos cambios tecnológicos. Al generarse el debate Norte-Sur y conformarse los No Alineados, la confrontación condujo a los reclamos por la instauración de un nuevo orden comunicacional.

Los portaestandartes de la teoría crítica en América Latina generaron multitud de páginas, libros e investigaciones, abogando por ese nuevo orden y reclamando una verdadera democracia comunicacional.

Se exigía la equidad en el acceso al conocimiento y la independencia tecnológica de los grandes centros del poder. Se denunciaba radicalmente la hegemonía informativa, el control y manipulación de la información.

Octubre 2008. El gobierno bolivariano ha cumplido su promesa de poner en órbita para este año el primer satélite venezolano. Este hecho, que debió ser noticia obligada, in extenso, de primera plana, fue minimizado.

Venezuela cumple finalmente un largo sueño de décadas y por el cual tanto se luchó. Los beneficios sociales, no sólo para nuestro país sino para toda la región indoamericana y del Caribe, en el campo de la salud y de la educación, son invaluables.

La telemedicina y la teleducación serán directamente beneficiadas con el transporte de las señales radioeléctricas a sitios lejanos, a comunidades dispersas o desasistidas por medio de esta tecnología satelital. El Satélite Simón Bolívar o Venesat-1 implicó el esfuerzo de varios entes del Estado y comprometió el apoyo tecnológico de la República China y la cesión de una órbita por Uruguay. En esencia, atenderá al desarrollo humano. Es un satélite pacifista y dará prioridad a la educación y la salud.

Periodista/Prof. universitaria


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Asalia Venegas S.


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