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Rusia muestra su revolución científica y sanitaria a Venezuela, es el momento de la modernidad

Las relaciones humanas en el capitalismo de Estado deben llamarnos la atención por su prostitución interna con el dólar en el intercambio de productos, sin dudas, hay un mal entendido y las familias venezolanas se encuentran expuestas a un conjunto de simbologías que alteran su reflexología sobre el acontecer diario y el aburguesamiento de una o dos esferas sociales de nuestra estructura social.

Es una retórica que se formaliza en crónica al pasar el tiempo. Convirtiéndose en un instrumento paradigmático de representación de los peligros de la nueva vida urbana.

Es que nuestro transito hacia el socialismo se ha visto envuelto en muchas trabas porque el Capitalismo como sistema dinamina nuestras acciones diarias y el manejo de nuestra moneda es el dólar, más no el bolívar soberano que lleva una diversidad de devaluaciones casi diarias que nos convierte en el país más inflacionario del mundo y, el Banco Central de Venezuela no pone coto a las exigencias del gobierno sobre el dólar paralelo y oficial que tienen sus anclas en las mismas sedes institucionales del gobierno y gestado como administradores por personeros que solo manejan capitales de uso diario, cuando el dólar en otros países cae cada día por su menguo valor monetario.

De allí, los peligros que corre la nueva clase obrera aplaudida con anterioridad, pero hoy sujeta a una desnudez económica que ya raya en el hambre y hambruna, donde el sistema educativo y sanitario determinan una parálisis brutal por escasez presupuestaria y el Petro es una moneda virtual que no se presta a nuestra realidad económica, sino una moneda virtual perteneciente a un club de amigos que tiene su círculo de acción en la periferia de la banca oficial y una extensión de la privada.

Es un ápice heterogéneo lo que nos arrastra. Nos han proletarizado como un mecanismo narrativo de cierta criminología artificial. Y finisecular.

De allí, que debemos descomponer el caos de la ciudad que tiene su origen desde los puntos de orientación política y de alimentos, creo, ya basta de falsedades y promoción de líderes de poca abstracción para analizar la gran problemática venezolana.

Venezuela, se ha convertido en un gran barrio popular, casi desértico, siniestro que desea con sus habitantes desean como meta surgir, desarrollarse, pero, carecen de la ayuda oficial.

Necesitamos ir a la modernidad del Estado. E incorporar el mercado alimenticio a una mercantilización ideal y justa para que el pueblo adquiera proteínas adecuadas para elevar el coucciente intelectual de nuestros niños, que necesitan dar energía a sus neuronas de una manera equilibrada sin mucha azúcar y gluten como ejemplos. Necesitamos alimentarnos de una manera más variadas y no con productos ya prefijados, los salarios no dan para eso y tenemos una población más enferma.

Es un tema complejo, lo que sucede en Venezuela, porque gente no preparada direccionan el poder para eternizarse no les interesa la condición humana de cada individuo como factor humano del Estado, es una mecanización con tips psicológicos que nos dan para cambiar posturas sociales y de agenda personal.

Hay que romper ese pasado. Venezuela debe ir a su modernización y Rusia nos tiende la mano, para lograr ese propósito, ya lo hizo con la telefonía en tiempos de Carlos Andrés Pérez y, no entendimos ese mensaje y el sentir de su presidente Vladimir Putin, el campo socialista y de la religión es una manera de disciplina, pero nunca una manera de control del Estado hacia sus ciudadanos,

El pueblo, llego el momento, de descubrir sus derechos y su autoridad cultural. Es necesario formarlo en el campo del derecho y la oratoria parque estas manifestaciones se implementen en el desarrollo industrial y empresarial. Y no se reflejó, lo que hoy vemos en Ciudad Guayana en las empresas básicas del Estado y en el Ministerio de Educación, hay un divorcio con nuestra realidad histórica.

Es el momento de tomar de Rusia sus mejores ejemplos de desarrollo cultural y social, es un hecho sociopolítico.

La economía debe tener y sujeto y destinatario, no ser un mecanismo de especulación y arbitraje para crear hiperinflaciones que solo beneficia a micro grupos. Representamos un territorio de identidad e intercambio vital y los polos pasivos dejarlos atrás. Hay que manejar los discursos financieros hacia lo formal y nutrirnos en la estructura económica.

Es trabajo, dejar atrás esa retórica nacionalista que ya resulta falsa, al ver en nuestro contexto tanta corrupción. Y nos separamos de nuestras huellas. Y en un mapa simbólico llenarnos de tristeza en un país ya destrozado por el mal manejo de las bandas financieras y atacar el sistema capitalista, cuando utilizamos su moneda como nuestra moneda de valor, hundiendo nuestro bolívar hacia el foso, por personeros del gobierno que solo les interesa sus individuales.

Es el momento de escuchar a Rusia y analizar sus parámetros sanitarios y bursátiles.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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