Atemorizan las fotografías que sobre el deterioro del puente General Rafael Urdaneta, siguen publicando algunos medios de comunicación de la región, sobre todo a quienes por alguna causa, tienen que transitar el imponente tramo vial que conecta la costa occidental del Zulia con la oriental, por encima de nuestro majestuoso Lago.
Más allá de la discusión, creo que en primer lugar, lo que se debe hacer es una revisión profunda de la estructura, tomar los correctivos y aclarar de una vez la situación, porque el Gobierno nacional dice que no hay necesidad de alarmarse y los medios muestran unas fotografías de Padre Nuestro y Señor Mío. Hablan incluso, de que debajo de las aguas el deterioro es todavía más grave.
Y en segundo lugar, establecer responsabilidades. Es inconcebible tanta impunidad. No puede ser que no haya alguna investigación judicial, ni siquiera una condena moral, para los que durante 40 años tuvieran la responsabilidad del mantenimiento del puente y dejaran que la corrupción lo llevara a los extremos que dicen los ingenieros zulianos.
El puente Rafael Urdaneta desde que lo inauguró Rómulo Betancourt, el 24 de agosto de 1962, está dando de qué hablar. En el imaginario de nuestros abuelos se encuentra que el general Marcos Pérez Jiménez iba a ser una vía con paso peatonal, áreas verdes, espacios comerciales, pero después cayó y llegaron los adecos, procedieron a construirlo al mismo costo, pero casi redujeron el proyecto a la mitad.
Como todos lo que han circulado por esa vía – que por cierto, son muchos-, saben que lo hicieron a cielo abierto, de seis canales, única y exclusivamente para el tránsito vehicular y con unas baranditas que igual caen al lago cuando las impactan los carros que se han precipitado al vacío.
Se ahorraron el dinero de la cabilla y el cemento para construir los locales, el de las aceras, brocales, caminerías y el de comprar la gramita y los vidrios, porque el Lago lo hubiésemos contemplado, pero desde los cristales de las ventanas del viaducto.
Los mayores comentan: “Si el puente lo construye Pérez Jiménez, la gente se mata dándole cabezazos a las paredes del túnel, porque no puede lanzarse al Lago, que iba a ser una estructura cerrada, pero lamentablemente le metió la mano la democracia puntofijista”.
Todavía así, es considerado el tercer puente del mundo y yo le añadiría el que más dinero produjo, sin embargo, se habla del deterioro, pero no de los responsables - a no ser que sea para señalar al presidente Hugo Chávez - y menos del billete recaudado en el peaje.
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