Maracaibo en llamas

Cualquiera pudiera llegar a la errónea conclusión de que la ineptitud tiene límite, ya que al fin y al cabo los seres humanos somos –valga la redundancia- seres limitados. De allí podría inferirse que ningún rasgo humano puede trascender hacia la infinitud.

Pues bien, el gobernador del estado Zulia Pablo Pérez Álvarez, y el alcalde de la ciudad de Maracaibo Daniel Ponne han demostrado y siguen demostrando que el axioma hombre limitado es igual a ineptitud limitada es falso.

Lo que se está viviendo en el Zulia, y en particular en Maracaibo no tiene parangón, no puede, ni de cerca, compararse con algo que se haya visto anteriormente como “acción gubernamental” en la entidad; estos dos habitantes, que no ciudadanos, son ineptos al extremo, son los ineptos por antonomasia, y así Maracaibo se encuentra sumida en el más grande caos delincuencial y más grande abandono del que se tenga conocimiento hasta ahora.

Nunca antes Maracaibo había sido una ciudad tan insegura, y esos dos tristes personajes tienen las dos policías para combatir el delito en la entidad, pero obviamente no solo no hacen nada –porque no les interesa-, sino que contribuyen a que el fenómeno de la delincuencia aumente apoyando y sirviéndose de la presencia paramilitar en la ciudad, harto conocido es el caso de las águilas negras y sus fechorías en el casco central de la ciudad capital zuliana.

Todo lo anterior, me lleva a pensar que cuando el insigne escritor y médico argentino José Ingenieros escribió su obra de obligada lectura “El Hombre Mediocre” tuvo a la mano una bola de cristal y a través de ésta pudo visualizar el futuro y ver las características de quienes serían los gobernantes en el estado Zulia, a nivel de su gobernación y de la alcaldía de Maracaibo.

Clamaba Miguel de Unamuno cerca del final de su vida que él no sólo no quería morir, sino que ante lo inefable de ese hecho no le bastaba la esperanza de ir a ningún paraíso, puesto que él quería ser siempre como era, con esa personalidad, con sus conocimientos y sus preferencias, etc; pero éstos personajes de la gobernación del Zulia y la alcaldía marabina deberían sentir una angustia parecida a la del gran Unamuno, sólo que en vez de querer seguir siendo lo que son deben sentirla por querer dejar de ser lo que son y representan, si tuvieran algún ideal –lo que consideran fútil y necio- quisieran no permanecer como son, pues de sus vidas y sus memorias no se recordará nada más que una estadística negra.

En conclusión, y aunque parezca repetitivo, el Zulia y Maracaibo jamás se han encontrado en un estado de ingobernabilidad tan marcado, esto es tierra de nadie. Que esto lleve a la reflexión a los dirigentes del PSUV al más alto nivel para que se haga la necesaria revisión del partido en la región, pues el que Pablo Pérez haya ganado la gobernación sin que ningún zuliano lo escuchara hablar es algo que debe llevarnos a aplicar correctivos donde haya que aplicarlos.

Miguelvillalobos9@hotmail.com


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José Miguel González

Abogado, Magíster Scientiarum en Derecho Procesal Civil, Cristiano, Bilingüe, con baja tolerancia a la estupidez. Entrenador personal.

 miguelvillalobos9@hotmail.com      @jomigovi

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