En Mérida, la solución es eliminar el transporte privado de pasajeros

Ayer, estuve presente en una reunión de Cámara del Municipio Libertador del Estado Mérida, con representantes de las organizaciones de Adultos Mayores y con Discapacidades, donde discutían las recientes Leyes aprobadas en la Capital de la República, sobre las Tarifas para el Transporte Publico.

Lo más revolucionario que oí en ese debata fue la palabra EXHORTAR, donde algunos concejales solicitaban a la Cámara a exhortar al Alcalde para que aplicara la Ley. Sentí una profunda pena por un Poder Municipal que no tiene ningún Poder y donde todos parecen ser empleados del Alcalde. Algo así como que todos los Alcaldes y Gobernadores del país son empleados del Presidente de la República.

Durante la IV República y cuando Mérida era una ciudad estudiantil, los únicos que se atrevieron a enfrentar al poderoso sector de los transportistas privados, fueron los estudiantes de la izquierda política, los cuales algunos de ellos ofrendaron sus vidas luchando por el medio pasaje estudiantil.

Veinte años después, esta ciudad es habitada mayoritariamente por personas Adultas Mayores y con los pocos estudiantes que aquí quedan, representan el 70 % de la población. Si se aplican las nuevas leyes del transporte público, solamente el 30% de los usuarios de este servicio estarían obligados a pagar las tarifas que acuerde la Alcaldía Municipal y estas serían tal altas, que los usuarios, con los pocos salarios que reciben, tanto del sector público como del privado, no les alcanzaría para pagarlas.

Cuando uno llega al terminal de pasajeros de la Empresa Pública Tromerca en Ejido y ve mas de 50 autobuses Yutong, rojos –rojitos, parados para que no compitan con las líneas de transporte que comanda su líder Benjamín Lara, uno se da cuenta cual es la raíz del problema y necesariamente tiene que sacar la conclusión que aparece en el titular de este artículo. No puede ser que, para favorecer a una veintena de transportistas, haya que sacrificar a miles de usuarios, cuando El Estado podría prestar este servicio a plenitud en toda la ciudad.

Las Rutas son del Estado, la Infraestructura es del Estado, los autobuses los tiene El Estado, los subsidios tiene que pagarlo El Estado y el combustible es del Estado, ¿Por qué el servicio no lo puede prestar El Estado? ¿Por qué esa veintena de transportistas no se dedican exclusivamente a prestarles servicios a las empresas privadas para que les hagan el transporte al personal que ocupan, como hacen en Guayana, por ejemplo?

Una vez más pude comprobar, que la raíz del problema es la existencia en esta ciudad, de una pequeña elite de privilegiados transportistas, que se resisten a dejar de disfrutar de las concesiones que históricamente les ha otorgado la municipalidad.

Y eso que estoy sugiriendo hacer con el transporte privado en Mérida, es porque en esta ciudad se dan condiciones especiales que no se dan en otras ciudades de Venezuela. No estoy proponiendo la Nacionalización del transporte a escala nacional. Todavía no están dadas las condiciones para que eso suceda.

Por favor, les recuerdo a mis queridos lectores, que van a reaccionar con rabia al leer este artículo, que ellos también tienen o tuvieron progenitoras. La mía me dejó hace 46 años y solo a mi me toca recordarla. ¡Gracias y hasta la victoria siempre!



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Juan Veroes


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