El juego de Ferreira en Lechería

Manuel Ferreira, tomó sus obligaciones como alcalde de Lechería tal como si fuera un hobby. Nunca enserió la responsabilidad en función de resolver los problemas de la comunidad. Sus cuatro años en el gobierno pasaron sin pena ni gloria, no dejó una obra de envergadura con la cual haya contribuido al desarrollo económico de la ciudad, mucho menos en el aspecto cultural.

Se centro en jugar con la capacidad mental y de aguante de la comunidad, apretando la cuerda hasta ver si soportaban las medidas o si se rompía la cuerda. El caso de la basura es un ejemplo clarísimo de cómo provocó la protesta de la comunidad ante lo injusto de los aumentos por el servicio. Teniendo todavía en el limbo a los comerciantes por el alto costo de los impuestos.

Insiste en una reelección, sin las credenciales necesarias de una labor social, aparte de la huella histórica que en el municipio Urbaneja los alcaldes no repiten, y menos él que ha subestimado el raciocinio de los votantes del municipio con la población más inteligente del estado Anzoátegui, debido en buena parte a su nivel de educación y formación-

Ferreira pretendió impactar convocando a todos los dirigentes deportivos del municipio, luego de haberlos abandonado por tres años. Se acordó de ellos en tiempo elecciones, quizás para explicarles el por qué de su fracaso en el sector deporte, que en buena parte engloba la desaparición o disminución de actividades de las ligas, como producto de su nefasta gestión. Sobreviven las privadas.

El problema principal de Manuel Ferreira, es que no es de Lechería, no siente ese amor por el municipio. Su juventud la pasó en las calles de la urbanización Tricentenaria, ni pendiente si existía Lechería. De repente tuvo la misma visión de otros burgomaestres que pasaron por allí, pensando más en el beneficio personal que en el de los lecheirenses.

Siempre se ha quejado de la falta de recursos, pero para el cierre de campaña gasto una fortuna en dólares colocando pendones, lanzando fuegos artificiales al más parecido estilo de los alacranes. Ni siquiera el candidato del chavismo dilapido tanto dinero.

El traslado de personas para el acto en la plaza Bolívar, terminó de descubrir la realidad de su candidatura, puesto que trajo personas de Guanta, Barcelona y Puerto La Cruz, alquilando una decena de autobuses para poder aparentar que tiene gente. Es que no tiene cara para pedir votos, ni para visitar los condominios golpeados por el alto cobro del servicio del aseo urbano.

Las circunstancias en estas elecciones son muy distintas a la de la vez anterior, en principio la gente saldrá a votar, con la certeza que allí se aplicara a plenitud el voto inteligente. Después no pudo practicar guerra sucia, la que fue su única arma en las elecciones pasadas. El slogan está fuera de contexto "Vamos por mas", ¿más qué? impuestos, huecos, inseguridad, aumentos de la basura.

Ferreira está perdido no puede engañar por dos veces a la misma gente. Es más su derrota será la despedida de su corta carrera política en la que ha querido proyectarse como el papá de los helados al ser candidato de organizaciones rivales como lo son Fuerza Vecinal y La Manito. El jueguito de aprovecharse de la buena fe de los habitantes de Lechería y de los dirigentes nacionales se le terminara este 21 de noviembre.



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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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