Desde el Zulia insistimos, decimos al gobierno que no sólo Caracas existe

Ayer en la tarde, serían las tres aproximadamente, fui a uno de los centros comerciales más emblemáticos de Maracaibo, el Centro Comercial Doral Mall; éste era un centro muy concurrido hasta la debacle económica que azota al país desde hace unos años. Antes de entrar, ya tomaba nota de que no había luz, pero el súper mercado que funciona -o debería funcionar- que está en dicho centro estaría funcionando por medio de una planta eléctrica, al menos eso pensé. El hecho cierto es, que una vez dentro, me di cuenta de que TODOS los locales estaban apagados, y de que en el súper mercado apenas había unas pequeñas luces y unos trabajadores muy sudados y agotados; al preguntar si estaban operando me dijeron que sólo recibían efectivo ¿? y transferencias; el estado del establecimiento comercial, también ha decaído muchísimo.

Lo anterior lo traigo a colación para ejemplificar el estado absolutamente depauperado en el que se encuentra la ciudad de Maracaibo, y en general el estado Zulia. El sector comercial está prácticamente paralizado, dentro de una ciudad prácticamente paralizada. No sólo se trata del "Doral Mall", sino de TODOS los centros comerciales -a excepción del Sambil-. Testigo de lo señalado son el centro comercial Bulevar Delicias Norte, centro comercial Delicias, centro comercial Costa Verde, todos emblemáticos de la ciudad; o no operan u operan a menos de la mitad de su capacidad. También, es necesario destacar, que a la par ha surgido una cantidad enorme de bodegas de todo tamaño, nos hemos convertido en un pueblo de revendedores. En cada esquina un revendedor de mercancía contrabandeada. De todo se consigue, desde la Coca Cola colombiana, hasta atún y papel de baño. Un buhonero en cada esquina, esa es nuestra realidad. Eso no sólo afecta la estética de la quebrantada ciudad, sino que afinca el caos reinante.

La precariedad de los servicios básicos hace pensar que estamos en estado de guerra convencional, la de atanques, metralla y aviones de combate. El gobernador sigue pregonando que se aplica un sistema de seis horas de luz por seis sin luz, pero la realidad nos dice otra cosa, casi nunca hay luz; y al no haber luz no hay agua, porque no se puede bombear ésta desde los embalses. Entonces estamos sin agua y sin luz, a merced de los especuladores que literalmente trafican con la primera, vendiendo los camiones cisterna en precios dolarizados.A esto no escapa el agua "de tomar", o los típicos botellones, cuyo precio a diario sufre un incremento. Piénsese toda esa situación bajo un calor que oscila entre los 30 y los 40 grados de sensación térmica, un verdadero calvario.

En este punto, los maracaiberos estamos contestes en que nuestra tragedia va más allá del clamor, y se vuelve indignación por ver cómo es tratada la capital en contraste con nuestra ciudad y nuestro estado. Más allá de las consideraciones técnicas que pueda esgrimir el gobierno -que las esgrime-, pensamos que debe prevalecer el factor humano, y más si se trata de un gobierno que se dice de izquierdas. Todos nos sentimos aquí ciudadanos de segunda, venezolanos de segunda. El eterno centralismo, ese viejo lastre, aún campea en Venezuela, de hecho, ha demostrado que no le importa ni el color de los partidos ni el signo ideológico, Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra. Todos los maracaiberos, los zulianos y en general os venezolanos -no residentes en Caracas- queremos que, si vamos a padecer, padezcamos TODOS, no algunos. Cabe preguntarse el por qué no distribuyen equitativamente la energía eléctrica, por qué no hay problemas con el combustible en Caracas mientras que los zulianos tenemos que pasar días en cola para poder abastacer nuestros vehículos.

En definitiva, ¿hasta cuándo irá a ser nuestro himno la Grey Zuliana?, ¿hasta cuándo Maracaibo marginada y sin un real?, ¿por qué la odiosa desigualdad?, nosotros también existimos, y para el desarrollo de la nación es nuestro estado el que más ha aportado riquezas naturales, amén de grandísimos hombres en todos los ámbitos de los saberes.

De algo sí puede estar seguro el gobierno, de algo pueden estar seguro todos sus integrantes, esto que estamos viviendo -si es que esto puede considerarse vivir- jamás lo vamos a olvidar, jamás vamos a olvidar este maltrato, esta discriminación, este atropello masivo a nuestros derechos, y llegará el momento de demostrárlo.

He dejado de lado la "deslabor" del burgomaestre maracaibero porque eso ameritaría una nota aparte, pero a todo lo dicho hay que agregar que las calles están rotas, sucias, y que, la ciudad en general está llena de basura.



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José Miguel González Villalobos

Abogado, Magíster Scientiarum en Derecho Procesal Civil, Cristiano, Bilingüe, con baja tolerancia a la estupidez. Entrenador personal.

 miguelvillalobos9@hotmail.com      @jomigovi

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