Así hasta yo soy alcalde

Los peores enemigos de la campaña electoral de la oposición en Maracaibo son sus propios embustes y falsedades; esta ciudad es un verdadero desastre, un ejemplo irrebatible del desgobierno que actualmente tenemos enquistado en el municipio y que, en lugar de gobernar y hacer gestión, ha pasado el tiempo de espaldas al pueblo y echándole la culpa a los demás de problemas puntuales como la basura, los huecos en las calles y la inseguridad. La administración local en manos de UNT es un caso patético, sobre todo cuando hablan de la inseguridad. Asoman las costuras. Durante el período que gobernó Pablo Pérez en el Zulia, acusaban directamente al Ejecutivo nacional, ahora cambiaron: cargan con Arias Cárdenas. Ellos nunca se han responsabilizado del problema, además las condiciones a las que redujeron la Polimaracaibo evidencia que no les interesa brindar protección a la ciudadanía. Esto ni siquiera se debe decir, porque la gente lo ve, lo palpa, lo siente. Con respecto de los huecos de las calles siempre han dicho que no le bajan los recursos o que les deben y, por consiguiente, carecen de dinero para ejecutar planes de bacheo, y yo me pregunto. ¿Y por qué en la campaña sí andan como locos extendiendo asfalto?, malo pero lo echan; eso sencillamente quiere decir que hay recursos monetarios, sólo que no les interesa gastarlo tapando baches. Lo hacen de momento, por seguir engañando a los electores de cara a las elecciones del 8-D. No hay otra explicación. Y el pueblo sabe que es así, afortunadamente. Más mentiras: el cuento del aseo urbano. Es asombroso como la municipalidad se ha deslastrado de este importante servicio que le es inherente y encima de exponer a la gente a una situación peligrosa de salud pública, dan vergüenza los montones de basura en cualquier esquina de la ciudad. En principio inculparon al pueblo, pero rectificaron sabiendo que la gente no se iba a calar tan irreflexivo señalamiento, y desde entonces urdieron la patraña de incriminar a Chávez y a Francisco Arias Cárdenas y después incluyeron al presidente Maduro. Así sí es fácil gobernar, de esa forma hasta yo soy alcalde. No asumo ninguna obligación, me meto al despacho y me pongo a esperar la gandola de billete que llega vía situado constitucional y el furgón de plata que entra por impuestos y otros conceptos, lo que hacen actualmente. La gente no soporta más esta situación, requiere un cambio, sangre nueva, ese revolucionario que lamentablemente nunca ha tenido la Alcaldía de Maracaibo, me refiero a un chavista de verdad como el filósofo Miguel Angel Pérez Pirela, sin la mácula de la demagogia y la mentira en la frente, carente de individualismos y rivalidades dentro del Psuv, de acusaciones de robo y corrupción, lejos del dinero malhabido, la ambición desenfrenada, el doble rasero y el apetito voraz al poder; que desde ya trabaja horario completo de la mano de los pobres, de los profesionales y técnicos, de las asociaciones y organizaciones, de los pequeños y grandes empresarios, de la población en general. Pérez Pirela sólo exige un requisito: amar a Maracaibo ¿y qué maracucho no quiere a su tierra? La queremos todos… ¡y bastante!: vos sabéis que sí.


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Alberto Morán


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