Para mí, Chávez hizo la línea estratégica dos pensando en Maracaibo

      Nadie me saca de la mente que cuando el presidente Hugo Chávez redactaba la línea estratégica de acción política dos, pensaba en Maracaibo, ¿o será que este problema es muy común en otras partes del país?, pero uno de los aspectos que ha ocasionado mayor daño, sobre todo en este municipio, es que muchos dirigentes que dicen ser revolucionarios, pareciera que se creen dueños de los cargos y las candidaturas.

      Se ponen como los muchachos malcriados: lloran y patalean porque tienen que ser ellos y nadie más que ellos. Se saltan a la torera la voluntad del prójimo. Es una obsesión terrible. No les gusta apoyar, pero sí recibir el respaldo incondicional de los demás. Qué socialistas tan particulares, ¡¿no?!

      Lean esta parte de la línea estratégica dos, llamada: “Convertir la maquinaria en un partido-movimiento al servicio de las luchas del pueblo”, y vean lo que dice el presidente Chávez: “En el ámbito interno (del Psuv) es necesario reconocer que las aspiraciones de la militancia por lograr la democracia interna, en cierto modo, han sido frustradas por algunos militantes con cargos de dirección o de gobierno, los cuales manejan recursos y gestionan cuota de poder, para imponer sus lealtades personales por encima de los auténticos liderazgos populares, leales a los principios revolucionarios”.

      Nada más igual a lo que ocurre en este municipio. Aquí han devastado cualquier intento de liderazgos populares. Ni siquiera los dejan asomar. Las ambiciones de poder han hecho estragos en la revolución marabina y, ante semejante situación, creo que se debe, principalmente, escarbar en las asociaciones, colegios profesionales, incluso, entre los asistentes a los debates de las cinco líneas estratégicas e identificar y dar cabida a nuevos y genuinos líderes. Se colocan (¿por qué no?, en un cargo de los codiciados a rabiar por los dirigentes rojitos) al servicio del pueblo y se apoyan para que hagan gestión, a fin de que las comunidades los conozcan fortaleciendo la revolución y más adelante puedan ser candidateables. Aún queda tiempo de aquí al 2012.

      La gente quiere un cambio y eso pasa por la búsqueda de rostros frescos, con credibilidad, que convenzan a la población de que ahora si va la vencida. Difícilmente cree en dirigentes perdedores que pregonan ser revolucionarios y en lugar de batallar por el bienestar de la población, se fajaron durante estos últimos doce años por mantenerse en un puesto.

      En el Zulia tenemos aspirante a la Gobernación: Francisco Javier Arias Cárdenas, creo que la mejor opción, pero aún no se sabe quién será el abanderado a la Alcaldía de Maracaibo. Y eso es un paso tan delicado como determinante.

      Hay que tomar en cuenta que la aceptación del aspirante al ayuntamiento marabino también puede incidir en la victoria del postulado a la Gobernación y eso implica un trabajo duro para Arias Cárdenas, porque no es igual un candidato de consenso que unifique, sume, cohesione; a uno sin credibilidad, que reste, divida, desuna, fragmente, desmotive.

      La escogencia del aspirante a la municipalidad comprende convencer a la gente con hechos concretos de que en efecto, se hizo un estudio serio y minucioso de las ventajas y desventajas del candidato y la garantía de que no nos calarán nuevamente a gente marcada por la derrota, que encima de eso enturbie el ambiente, provoque rivalidad, rompimiento, desarticulación, separación, desconfianza, resquemor, aspectos que producen las divisiones internas que nunca dejaron levantar cabeza al Psuv en estos predios.

      Arias Cárdenas debe tener cuidado con los bates quebrados, porque para colmo de males, van a Caracas a venderse, a mover sus influencias, a fin de que los propongan como la mejor alternativa sino para la candidatura a la Alcaldía, para un apetitoso cargo en esas instituciones emblemáticas de la región, cuando es allí en ese juego perverso donde radica el centro de las roscas que en Maracaibo no permiten avanzar la revolución. Y eso lo sabe la gente.

      Después dicen que los marabinos somos “así”, somos diferentes a los demás, ¡¿diferentes?!, diferentes son esos dirigentes que se enquistan en el poder y han hecho todo lo contrario al proceso bolivariano y, sin embargo, quieren seguir enchufados a como dé lugar.

      Estoy seguro que esos políticos no cesan ni cesarán de sus intenciones, porque ellos si son “así”, aún perdiendo elecciones difícilmente recapacitan y rectifican; sucumben a las mieles del poder y de cualquier manera buscan imponerse. ¡Dios ilumine al presidente Chávez! ¡A Arias Cárdenas! Aunque reconforta pensar que si se sometió a debate la línea estratégica dos, es porque será rigurosa su aplicación. Ya aquí el mal está identificado, solo hay que colocar el tratamiento adecuado, tomando en cuenta que nunca surtió efecto el que venían aplicando.

      Y en cuanto a los oportunistas, añado que seguramente se verán en Caraca con carticas y secreticos dándose esos abrazos que culminan con un duro sacudón de hombros mirándose fijamente a los ojos, a modo de dramático televisivo, para venderse como la panacea, la salvación, y no han hecho algo que el pueblo se los agradezca de corazón.

      Por lo menos, eso es lo que demuestran las contundentes derrotas que han sufrido aquí en Maracaibo.

albemor60@hotmail.com 


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Alberto Morán


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