Los nuevos Tulioferarios de Mérida

Sin la presencia de Don Tulio Antonio Febres-Cordero Troconis (n. 31 de mayo de 1860 – m. 3 de junio de 1938) la Historia del Estado Mérida estaría incompleta. Para Mérida, Don Tulio es y seguirá siendo por los siglos venideros su Cronista Mayor por excelencia, su Rapsoda como lo llamó Don Mariano Picón Salas, su memorialista en la fina expresión del Dr. Gregory Zambrano o el más fiel enamorado de la ciudad que dedicó a su tierra sus desvelos de escritor y combatió con verbo encendido al positivismo, que a su ver se empeñaba en “revertir el orden natural de las cosas” en nombre del progreso, según su biógrafo el Dr. Ricardo Gil Otaiza.

Mientras más leemos y conocemos la vida y obra de Don Tulio más nos asombramos de cuán polifacética fue, de cómo se las ingenio a pesar de las limitaciones de su época (se lo imaginan en la era de la Internet o en la moda del Twitter con millones de seguidores consultándolo) para abarcar aspectos tan diversos como la historia menuda (ahora local), la literatura oral, la antropología, el derecho (única carrera que culmina en 1882) y la educación (que orgullo ser su alumno). Para escribir en géneros tan diferentes: cuento, novela, poesía crónica y ensayo. Y lo más importante y transcendental de su vida ser el Archivero Mayor de la Ciudad y el Albacea de su cotidianidad representada en las costumbres, tradiciones y creencias que supo buscar y oír de primera fuente (sin importar que para ello debía ir hasta Aricagua como ocurrió con el Canto Guerrero y no Guerrido), inventariar y luego escribir en lenguaje sencillo e inteligible a los ojos del pueblo sus leyendas y tradiciones. Lamentablemente a 150 años de su nacimiento, Don Tulio Febres Cordero es un perfecto desconocido para los merideños, como también ya son Don Ramón Darío Suárez, Don Pedro Nicolás Tablante Garrido y Don Eloi Chalbaud Cardona, también Cronistas Mayores, mientras que los medios y las autoridades del gobierno se empeñan en promocionar y desempolvar a algunos cronistas menores o plumíferos de ocasión más si de Bicentenarios se trata que pretenden emular a Don Tulio y no llegan a nuevos Tulioferarios (Léase Turiferario. Del lat. Turiferarĭus: Encargado de llevar el incensario según el DRAE). Con esto no pretendo ofender la memoria de Don Tulio, a quien admiro y respeto desde mi infancia, el nombre es una invención para desenmascarar a quienes tienen por oficio mantener una cortina de humo detrás de los gobernantes de turno mientras les recitan de memoria la historia escrita por Don Tulio que es lo único que escasamente han leído, pero sin entender la lección del Maestro.

Escribo esto a propósito de la Birria (léase adefesio, mamarrachada) de Comisión Bicentenaria de Mérida ahora y antes de los 450 años de la Fundación de Mérida, que han dejado muy mal parado el nombre y renombre de la ciudad, para quienes conocemos la Historia de Mérida y la hemos estudiado, en ocasiones similares en los centenarios de Bolívar, Páez, Sucre, Miranda, 19 de Abril de 1810, 5 de Julio de 1811, Batalla de Carabobo y Muerte del Libertador, todo el Estado (incluidos sus municipios) de la mano de la Ilustre Universidad de los Andes celebraron esos centenarios con actos dignos (sin desfiles patrioteros) y veladas literarias donde los invitados fueron lo más granado del pensamiento de la época. Para quienes duden, consulten en la Sala Febres Cordero los documentos, hojas sueltas, periódicos y libros reunidos y legados por el mismo Don Tulio, que dan fe de estas conmemoraciones y celebraciones.

Lo que si no me gustaría invitarles a leer (por ser antididáctico) es un folleto intitulado Comisión Presidencial Bicentenaria 2010, de Mérida por supuesto, auspiciado por el Gobierno Bolivariano y Revolucionario de Mérida / DEPPECD / FUNDECEM / CORMETUR / IMMECA / Zona Educativa / plagado de crasos errores y de conceptos en sus 40 páginas. Sólo señalaré dos que en su pag. 5 resumen todo lo que pueda decir: “Dos magnas celebraciones centrales: 1.- 19 de abril de 1810. Declaración de la Independencia realizada por el Cabildo o Ayuntamiento de Caracas. 2.- 16 de Septiembre de 1810. Declaración de la Independencia de Mérida realizada por el Cabildo o Ayuntamiento de Mérida.” Como decía el tristemente célebre ex presidente “ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”. El 19 de Abril de 1810 (así se escribe y no abril) no fue la Declaración de la Independencia, por supuesto, que más adelante señalan en la pag. 27 que el “5 de julio de 1811: Firma del Acta de Independencia” Un error lleva al otro, es inamisible que una Comisión Bicentenaria no sepa que está celebrando, más cuando sus actividades están dirigidas a estudiantes, que de paso pocas de las señaladas en el folleto se cumplieron. Señores, tampoco el 16 de Septiembre es la Declaración de la Independencia de Mérida, lo que ocurrió ese día fue la separación de Mérida de la Provincia de Maracaibo y su Adhesión a la Independencia de Venezuela. Y para la época Cabildo y Ayuntamiento no eran la misma cosa. Una buena publicación no se distingue por el lujo de su edición, ni por lo revolucionario de su portada, sino por la veracidad y pulcritud de su contenido. Aquí vale la pena preguntar: o somos constructores de ciudadanía o destructores de nuestra Historia? Espero que por estás criticas constructivas no me llamen anti Bicentenario, ya de todo lo demás nos dicen a cada rato, esos mismos que ahora niegan lo que tienen obligación de conocer.

Desde Bailadores

(*) Promotor cultural

nesabad@hotmail.com


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Néstor Abad Sánchez (*)


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