Entre Movimientos Sociales y luchas por la Emancipación

Reclamaban la libertad de los esclavos y la supresión o disminución de impuestos. Pero fueron dominados en seguida y muertos muchos a la manera de la época: unos, degollados, "sin más proceso que el de la voz"; otros, ejecutados "a golpe de pistola"; otros "a golpe de cuchillo". El cabecilla José Leonardo Chirino, zambo libre, llevado a Caracas, fue condenado: "a muerte de horca que se ejecutará en la plaza principal de esta capital adonde será arrastrado desde la Cárcel Real, y verificada su muerte, se le cortará la cabeza y las manos y se pondrá aquella en una jaula de fierro sobre un palo de veinte pies de largo en el camino que sale de esta misma ciudad para Coro y para los Valles de Aragua, y las manos serán remitidas a esa misma ciudad de Coro para que una de ellas se clave en un palo de la propia altura y se fixe en la inmediación de la aduana llamada de Caujarao, camino de Curimagua, y la otra en los propios términos en la altura de la sierra......" (Historia Constitucional de Venezuela, José Gil Fortoul) 

      Así es descrita en uno de los textos, que el positivismo oficial, otorgó, en recopilación de documentos llenos de polvo depositados en los archivos de la oficialidad, la heroica contienda encabezada por José Leonardo Chirino, hombre de color que habitaba en lo que actualmente conocemos como el estado Falcón. Y es que entorno a la rebelión de este personaje, verdadero representante del descontento social, que se desarrollaba en el seno de la crisis de la sociedad colonial, se ha tendido a opacar los planteamientos elevados de quienes sufrían el látigo de la “godarria” criolla. Con cobros exuberantes de impuestos, maltratos y apropiamiento de la fuerza de trabajo de los hombres y mujeres. 

      Algunos historiadores “flamantes”, pertenecientes a la Academia Nacional de la Historia, y otros que se suman a la zalamería de la exaltación a la brillantez criolla, reniegan de aceptar que este acontecimiento forma parte del movimiento preindependentista venezolano, por el contrario lo califican de simple rebelión. Algunos arguyen y fundamentan, que este levantamiento, no tenía un proyecto elaborado para la formación de una República independiente al mejor estilo de la formada posterior a la Revolución Francesa, sin embargo, podemos observar que las exigencias elevadas por los sublevados de Coro de 1795, clamaban por las mismas razones por las cuales en 1811, los “grandes cacaos” de Caracas firmaron la independencia absoluta del imperio Español. Aplicación de la “ley Francesa”, fundación de la República de la Libertad y de la igualdad, y eliminación definitiva de los tributos al REY.

      La eliminación de los tributos y de las alcabalas, debido a los abusos constantes, por parte del recaudador Iturbe, no fue el único detonante de la revuelta. Ya Chirino, en sus contantes viajes al caribe, específicamente a las islas de Curazao y Haití, escuchaba las ideas que venían del otro lado del charco, con relación a la “Revolución Francesa”, no obstante esta influencia, la rebelión se lleva a cabo por acontecimientos in situ, llevando a cabo actos despóticos constantes a sus compañeros de color, mestizos e indios, por peninsulares y criollos,  dueños absolutos del poder político. “Eliminación de la aristocracia blanca”, racista y ultra conservadora era uno de sus petitorios, pero sin duda alguna, el derecho de declarar la abolición de la esclavitud, se convierte en uno de los elementos más revolucionarios para el momento. Cuestión que fue a parar a oídos sordos de quienes lucharían posteriormente por la independencia de Venezuela y formarían parte de la denominada oligarquía nacional; y es que la abolición de la esclavitud en Venezuela se realizaría formalmente 61 años después, a más de medio siglo desde que se proclamó en las serranías falconianas, bajo el gobierno de José Gregorio Monagas en 1854.        

      Lo cierto del caso es, que esta contienda por la dignidad, por el respeto y por la abolición de los vejámenes, forma parte de la historia oculta de nuestra nación, que la historiografía tradicional ha ocultado con la producción de innumerables tomos que no hacen sino contar la historia de las elites y de los intelectuales, que construyeron la nación a su imagen y semejanza, relegando al olvido propuestas reivindicatorias como la de José Leonardo Chirino. No hijo de la Ilustración, pero si militante de la Libertad. De manera que la cuestión social en Venezuela tiene su peso y participación, pero hay quienes detrás de la academia resaltan los acontecimientos heroicos que condujeron a la constitución de los poderes dominantes del país. Leer la historia con otros ojos no es fácil, sería un mejor ejercicio (re)escribirla.           

Carlos_rivas_45@hotmail.com                



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Carlos Rivas

Escuela Popular de Comunicación ?Eulogio Paredes?. Vocero de la Casa del Costurero.

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