En materia de cantantes españoles no estoy muy actualizado. Entre mis favoritas figuraba Rocío Durcal, quien se creció como interprete de música mexicana.
Casi todos los artistas andaluces y gitanos me llegan al alma, ya que, a mi criterio, son algo así como los margariteños de aquellos lares. Aparte de ellos, Julio Iglesias, quien no se hizo famoso cantando tonadas gallegas y, desde luego, Joan Manuel Serrat, en razón de sus poéticos mensajes de vanguardia. No he oído canciones vascuences, pero supongo que deben ser explosivamente alegres.
En cuanto al señor Alejandro Sanz, como cantante no me da la menor nota. En cambio sus opiniones políticas expresadas en mi país (las que exprese en España poco me importan) tienen un tufillo a franquismo reencauchado. Hace tres años, en vísperas del referendo que reconfirmó a Hugo Chávez en la Presidencia, dicho artista llegó a nuestro terruño con ganas de dictar cátedra sobre la política vernácula, que para la época estaba un tanto caldeada.
Según su apreciación de entonces, si a él le hicieran un referendo y tres millones de personas le pidieran que se retirara, entonces no volvería a cantar más nunca. Ignoro si su declaración tuvo impacto entre los votantes venezolanos, pero el caso fue que seis millones de criollos le pidieron a Chávez que siguiera frente al gobierno y a la revolución bolivariana.
Hace poco fue negado el uso del Poliedro para una presentación de Alejandro Sanz. El motivo, según dijo un ministro, fue porque no, y punto.
Poco antes el Ensamble Gurrufío fue deportado de Tenerife, donde, tras ser invitados, no los dejaron actuar, los metieron presos y los devolvieron en el primer avión.
Al cantante Alejandro Sanz nadie le negó la entrada a Venezuela ni el derecho a presentar su espectáculo y ganarse unos billetes. Tan solo se le vetó el uso del Poliedro, quizás de manera arbitraria.
Al menos no lo deportaron ni lo pusieron preso durante algunas horas como extranjero pernicioso.
Si todavía quisiera someterse a un referendo en Venezuela, con gusto lo complaceríamos, a ver si, en vez de inmiscuirse en la política interna, se larga con su música a otra parte.
augusther@cantv.net
