¿Quién dijo que Guaidó era bruto?

¡Golpe, golpe! Venga ese golpe compadre, al fin libres, y que viva Venezuela libre. ¡Viva Venezuela, mi Patria querida! Y, quién dijo, miedo. Miedo es para los cobardes, los que no tienen apoyo, mucho menos, cojones, que así es como se llega a Miraflores, luchando, a brazo partido. Ése es Guaidó. Guaidó y su mundo. El consentido de Trump y, respaldado por 50 naciones, como un sólo pueblo. ¡Vaya dignidad!

¿Anjá, y ahora qué? Ahora es que viene lo bueno con el disfrute del poder. ¿El poder de los pobres? Y, de los ricos también, con Guaidó con el imperio y, el imperio con él, y la montaña de dólares que le entrarán al país, para que sea soberano e independiente. ¿Así como así? Claro, el país se ha desprendido de veinte años de "angustiosa tiranía", de un socialismo relancino como ingrato, de un socialismo pobre, que en nada le sirvió a los EEUU y, como tal, ha llegado Juan Guaidó, el mismo que viste y calza, que sin lanzar un tirito, ni empujar a nadie, y aquí estoy yo, está siendo aclamado por el poder, es decir, él es nuevo dueño del poder venezolano. Así tenía que ser, ¿elecciones, para qué? ¿Diálogo, se dialoga con el gobierno de los EEUU?

¿A qué no le adivinan el rompe cabezas que armaron? Y en las propias narices del régimen que, hizo todo lo posible con la ayuda de los cubanos, rusos y chinos, de despescuezar a Guaidó, pero el temible, el único, el infatigable, el oportuno, el político, el cazador sin fronteras de Guaidó, en este lindo amanecer del Este capitalino, 30 de abril, se abrió al mundo como una primavera de sueños sudorosos que bañó de felicidad a los gringos y, a Luis Almagro que no encuentra de qué pata bailar y, camina como Chencha, y eso de Guaidó venía como extensión del cielo -otros dicen que de Dios- desde el día que él se proclamó presidente, aunque está por demás alabarlo, pero el "pueblo" que lo ama está consciente que, por él luchó por su poder, pues, lo quería en el poder y, lo demás está por venir con una dulce calma que, mala no será, aunque según Adams, no será fácil, pero vale el intento que, Trump está dispuesto a socorrerlo con su muro invisible de protección contra viento y marea.

Desde ya comienza el conteo de los primeros cien días del gobierno de Guaidó que jura, y perjura que, como mínimo necesita unos diez años para, descubrir, sacudir, hurgar, levantar el negro gobierno que recibe y, echarlo andar en la ruleta del capitalismo que el que menos tiene pueda tener algo para que sigan vivos que, su único fin como presidente es ser presidente, lo demás no lo trasnocha que, los gringos se ocuparán de lo demás, incluyendo la política exterior y las riquezas del país pasan a manos de los colombianos, para que produzcan más drogas para los gringos y europeos.

Mientras, hay que cobijarse con la misma cobija, y armarse de mucha paciencia que, los ricos tienen que recuperar todo lo que han perdido durante los veinte años de estar en la oposición hambreando al pueblo, pero que eso pasará al olvido, no Guaidó que se ganó la Historia y corre por el mundo como corría Marcos Pérez Jiménez, presidente constitucional de Venezuela, años atrás, no así Pedro Carmona que ha tenido el más breve gobierno posible en el poder, y eso da rabia. ¿Y dónde está don Pedro?

Si las Fuerzas Armadas le han manifestado su apoyo a Maduro, ¿entonces, con quién gobierna, Guaidó? ¿Ay, Guaidó, qué has hecho? A no ser que el nuevo ministro de la defensa sea, Leopoldo López. ¿Qué enredo es éste? Me enredé por Guaidó. ¡Oh, no!.



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Esteban Rojas


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